Los negocios chinos de Cristina

La presidenta cierra millonarios acuerdos con empresarios en tierra oriental, que despiden un olor a grandes negociados con capitalistas amigos. El caso de la construcción de las represas en Santa Cruz que dejan al descubierto un entramado muy oscuro urdido desde lo más alto del poder

La presidenta Cristina Fernández en su viaje oficial a China, expresó ante los empresarios orientales que la Argentina “es una fuente inagotable de oportunidades”, levantando polémica en una población que ve cómo el avance del gigante asiático en nuestro país se parece a un depredador cazando a una presa indefensa.

Una de las obras monumentales que se planean hacer en conjunto con capitales chinos, son las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, en la provincia de Santa Cruz, de ahí la reunión que ayer tuvo la Jefa de Estado con empresarios de Gezhouba Group Company Limited, socia de la argentina Electroingeniería en la construcción de dichos emprendimientos.

Que justamente la empresa argentina, ligada al Secretario Legal y Técnico de la presidencia, Carlos Zannini, sea la encargada de llevar adelante la obra en tierra santacruceña, hizo que todo se tiñera de color oscuro y la certeza de negocios poco claros y que rayan en la corrupción, haya empezado a circular por buena parte de la población.

En diálogo con Hoy, el ex vicegobernador de Néstor Kirchner en la provincia de Santa Cruz durante los años ’90, Eduardo Arnold, señaló que “Electroingeniería es Zannini, es Ferreyra que estuvo preso con Zannini y de allí que siempre favorezcan a esta empresa con la adjudicación de obras, y en este caso ocurre lo mismo, la adjudicación de la obra del complejo hidroeléctrico se hace todo con empresas de Lázaro Báez y Ferreyra”.

Para Arnold, “cada obra que hace el kirchnerismo es un robo a mano armada, no es un pequeño robo por un porcentaje de cada obra que se hace para una caja política, en el caso del kirchnerismo que se hayan comprado con empresarios amigos más de 75.000 hectáreas sobre el Río Santa Cruz para cobrar las indemnizaciones que se darán por las represas, es una verdadera vergüenza”.

No es natural ni simple coincidencia que todos los terrenos aledaños a donde se van a construir las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner hayan estado en manos de Lázaro Báez y de otros amigos de la familia presidencial. Muchos sospecharon desde un comienzo que el empresario patagónico acusado de lavado de activos, contaba con información privilegiada suministrada por el poder político nacional.

“Obviamente que la información que tuvieron es privilegiada sin ningún lugar a dudas, salta a la vista eso. Esperemos que salga una indemnización real que deban tener los dueños de los campos que van a ser inundados, y no que se autoindemnicen, como ya lo hicieron antes en YPF con Eskenazi, que es socio de ellos”, sentenció Arnold.

Los acuerdos secretos que se tejen con el gigante asiático son puestos en duda por especialistas, que ven como los chinos realizan negocios en el país pero que dejan poca ganancia para la Argentina, además de perjudicar la mano de obra nacional, ya que terminan trayendo sus propios ingenieros, profesionales y hasta el último tornillo que se usan para la construcción de esas obras, siendo un monumental negocio para China pero que va en perjuicio de la Argentina.

El proceso de entrega y saqueo de la Argentina va en aumento, y estos negocios hechos a espaldas de la gente, no hacen más que mostrar la debilidad de un gobierno en retirada, que busca evitar su incapacidad económica tomándose de la mano del gigante asiático, que puede traerle a nuestro país graves consecuencias de cara al corto y mediano plazo.

CFK, otra vez, como relatora

Desde la República Popular China, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner volvió a asumir el rol de relatora de la realidad y, como si hubiese asumido hace una semana, afirmó que Argentina tiene "características muy especiales en cuanto a su capacidad como productor de alimentos", ya que "prácticamente toda su superficie es cultivable".

Asimismo, la presidente confirmó que "hoy estamos en condiciones de producir alimentos para más de 500 millones de personas, la República Argentina tiene apenas 40 millones, o sea menos del 10% de lo que puede producir en capacidad alimentaria".

Lo que no dijo la presidenta es que, luego de una década de gobierno K, la Argentina dejó de ser el granero del mundo. Miles de tambos bajaron las persianas por el manejo monopólico de la industria asociada al gobierno nacional, mientras que el país se está quedando sin vacas ya que la ganadería, por la traba a las exportaciones, perdió toda rentabilidad. A su vez, economías regionales, como la producción de frutas en Río Negro, también están con la soga al cuello, lo que ha llevado a que los productores tuvieran que tirar toneladas de fruta en un país donde todos los días hay chicos que mueren de desnutrición.

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