Milani y un patrimonio imposible de justificar

Un peritaje contable oficial, recibido por el juez Daniel Rafecas, revela que el exjefe del Ejército K no tiene manera de argumentar su enriquecimiento personal. Las inconsistencias en las declaraciones juradas del militar. Números que no cierran

El exjefe del Ejército kirchnerista, César Milani, deberá rendir cuentas ante la Justicia por su injustificable crecimiento patrimonial durante la mal llamada década ganada. Ayer, un cuerpo de peritos contables del Ministerio Público le entregó al juez federal Daniel Rafecas un informe en el que se especifican las incongruencias en la riqueza personal del militar, que no se sustancian con los ingresos recibidos por Milani cuando comandaba los destinos de las Fuerzas Armadas.

Según consta en el informe entregado al magistrado, el hombre preferido de Cristina Kirchner en el Ejército no pudo comprobar con datos certeros el “descomunal” incremento de su fortuna. Se destaca que “la ecuación ingresos contra inversiones y compras, de acuerdo a la documentación aportada, es inconsistente”.

La causa en la que se investiga a Milani por enriquecimiento ilícito fue abierta en el mes de julio de 2013. En ella se infiere que la compra de determinada cantidad de inmuebles, en diferentes barrios de los más caros de la Ciudad de Buenos Aires, no se condice con el sueldo que recibía como titular del Ejército y que para hacerse con ellos se habría valido de dinero “sucio” proveniente de la corrupción.

Oscar Fernández, Rubén Pappacena y Abel Britos, peritos contables del Máximo Tribunal, concluyeron que “no aparecen justificados ni el patrimonio del señor Milani ni sus consumos, esto es, los importes mínimos que hubiera necesitado para atender sus necesidades personales y las de su familia".

Cifras inconexas

Por más de 40 años, Milani trabajó en el Ejército y nunca se le conocieron negocios paralelos al de su actividad profesional. Siempre formó parte de las Fuerzas Armadas pero no percibió por ello sueldos holgados que le revistieran la posibilidad de progresar económicamente en base al salario cobrado desde el Estado.

El hecho que más sobresale en el peritaje oficial es la incapacidad mostrada por Milani para conciliar la compra que hizo de una casa en el año 2010 en el coqueto barrio de La Horqueta, en la ciudad de San Isidro, por la que pagó más de un millón y medio de pesos, cuando esa propiedad, según valuadores profesionales, estaba por encima de los tres millones por esos años.

El extitular de las Fuerzas Armadas afirmó que había recibido un préstamo de parte de su par de la fuerza, Eduardo Enrique Barreiro, por 200.000 dólares, lo que le permitió hacerse con la casa en cuestión, aunque los expertos no pudieron certificar que el empréstito se haya realizado y que el dinero dado por su camarada de armas haya terminado finalmente en la adquisición del inmueble.

La casa, de unos 1.150 metros cuadrados, era imposible de adquirir con los ahorros de 5.000 pesos mensuales que el exjefe del Ejército aseguró a la Oficina Anticorrupción que acopiaba por mes. Todo esto implica para la Justicia una prueba trascendental de que habría recibido dinero de la oscura cueva de la corrupción.

A esta compra se le suman una gran cantidad de rodados y otros inmuebles que estarían a nombre suyo o de familiares directos. Estos bienes tampoco podrían justificarse y han sido puestos bajo la lupa judicial, en lo que significa otro claro ejemplo del descontrol del dinero público que se dio durante los gobiernos kirchneristas.

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