Moreno arremete contra las farmacias

El secretario de Comercio acorrala a los comerciantes entre los precios de los medicamentos y la inflación real que deben costear. En el sector afirman que están en “una encrucijada”

n su momento fueron los frigoríficos, después los tamberos y ahora le llegó el turno a las farmacias. El Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, viene ahogando al sector a partir de su política de control de precios y la anarquía inflacionaria. 

En la Argentina K, el pequeño o mediano farmacéutico debe lidiar con una encrucijada que no avizora una salida al corto plazo. Por un lado, la inflación que debe afrontar es el doble del valor de los aumentos de precios autorizados por el polémico funcionario. Es decir, mientras la suba otorgada para este año ronda entre el 12% y el 15% (un 10% más para los remedios de consumo masivo y los de menor demanda tuvieron incrementos de hasta el 15%), la inflación anual proyectada por las consultoras privadas llega al 30%.

En diálogo con Hoy, Graciela Luján, Presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la ciudad, contó la complicada realidad que deben afrontar.

“El precio del medicamento llega a las farmacias con valores ‘pisados’, es decir que  aumenta en una proporción menor que el resto de las cosas. Estamos en esa encrucijada. El aumento del precio no tiene relación al resto de los incrementos, ya sea de alquiler, servicios o aumento salariales”, sostuvo Luján.

La caída de las ganancias

Aunque es un problema importante, la inflación no es la única variable que afecta al sector, ya que deben  lidiar con otros obstáculos que vienen dinamitando las ganancias de los comerciantes más modestos.

 Por un lado, las farmacias realizan un aporte del 16% al servicio brindado por el PAMI, lo que termina representando una carga tributaria extra a las ya existentes, mientras que por otro lado la forma de pago de la industria termina atosigando a la economía farmacéutica.

 “Hacemos un aporte a la seguridad social en el concepto de una bonificación, en el caso de PAMI los farmacéuticos aportamos un 16,6% para que se pueda atender a la obra social. Asimismo, a las farmacias hay una parte que la industria le abona en concepto de nota de crédito destinado al pago de las droguerías, por lo que lasfarmacias tienen menos efectivo y mucho menos rentabilidad”, agregó a este diario la titular del Colegio de Farmacéuticos local.

El problema del stock deteriora el servicio

Los cambios respecto a la distribución realizadas por las droguerías están complicando la prestación, principalmente a los pequeños y medianos farmacéuticos. El cierre o recorte o falta de reposición hace que muchos medicamentos no se puedan conseguir o se demoren más de debido.

“Necesitamos tener un buen stock o hacer reposiciones acordes a las ventas. En la ciudad antes teníamos una sucursal de una droguería muy importante que ahora no está más. Lo que uno quiere  es brindarle el mejor servicio posible a la gente, y a veces los medicamentos cuestan conseguirlos. Las farmacias de barrio se sienten afectadas por estas cosas”, agregó Luján, quien además sostuvo que “las droguerías no tienen la reposición en cuanto a servicio como ocurría antes”.

La improvisación de las restricciones

Según pudo constatar este medio a través del diálogo con autoridades de uno de los laboratorios más importantes del país, las restricciones a las importaciones están generando complicaciones a la hora de abastecer de medicamentos al mercado.

Con el impedimento de importar algunos insumos del exterior, los principales laboratorios del país debieron asumir la tarea de producirlos. Ahora bien, el problema reside en que al no ser planificada  la medida gubernamental (respondiendo a la necesidad del estado de atesorar dólares), las empresas no dan abasto para cubrir la demanda, por lo que no llegan a completar las entregas, ni a desarrollar una mayor capacidad productiva.