Narcotráfico: el ejemplo brasilero lejos del argentino

El gobierno de Rousseff realizó importantes inversiones en tecnología aérea para combatir el flagelo en la triple frontera. La impotencia del kirchnerismo ante una grave problemática

La triple frontera es uno de los territorios donde mayor desarrollo han logrado las organizaciones ilegales destinadas al narcotráfico.  El crecimiento de la problemática hizo que varios de los gobiernos de la región realizaran importantes inversiones para com­batir el flagelo que ame­naza con desarticular los lazos sociales de las nacio­nes latinoamericanas.

En ese marco, la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció la incorporación, a través de las Fuerzas Armadas,  de  dos aviones no tripulados de alta tecnología que tendrán como objetivo la vigilancia pormenorizada de las zonas fronterizas con los países del Cono Sur, principalmente en lo que respecta a la frontera común con Argentina y Paraguay. La potencia sudamericana pa­gó  24 millones de dólares por dichas adquisiciones, lo que generó una ampliación del llamado escuadrón Horus (flota destinada a combatir el traslado de drogas) de dos a cuatro aeronaves.

Ahora bien, la particularidad que reviste el narcotráfico fronterizo hace que cada uno de los gobiernos deba plantearse políticas sistemáticas y simultáneas para reducir la capacidad de acción de los grupos narcos. 

A diferencia de Brasil, el gobierno argentino se ha mantenido impotente y paralizado. Pero aún, se negó sistemáticamente a instalar radares, lo que convirtió a las fronteras en verdaderos coladores y permitió que proliferen las pistas clandestinas, que sirven para entrar la droga al país.

“Desde un primer momento Dil­ma Rousseff viene implementando políticas contra el narcotráfico y Argentina viene haciendo todo lo contrario. Brasil tiene la fuerzas aérea controlando el cielo, y Argentina no. No hay políticas que combatan la problemática”, indicó a Hoy Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA). Además sos­tuvo que Brasil debe acrecentar su inversión porque el gobierno kirchnerista decidió dejar la problemática librada al azar.

La negación k a las gestiones brasileras


En más de una oportunidad, y en distintas gestiones presidenciales,  el gobierno brasilero le planteó a la Argentina un trabajo conjunto pa­ra erradicar la circular de narcotraficantes por los pasajes existentes en la triple frontera. Ante ello, el kirchnerismo siempre rechazó acuerdos unilaterales.

“Tenemos que recordar que cuando Dilma Rousseff se hace cargo de la Presidencia lo primero que ha­ce es viajar a Buenos Aires para te­ner una reunión con la presidenta Cristina Fernández, en donde plantea la necesidad de que Argentina ponga a las Fuerzas Armadas a luchar contra el narcotráfico en todas la frontera norte. Desde el gobierno argentino se le contestó que eso era imposible”.

La triple frontera y la falta de controles

El armamento adquirido por el gobierno de Rousseff apunta a cumplir funciones en la triple frontera, región de permanente flujo de drogas.  Desde AARA sostuvieron que en la región en conflicto existen más de 60 pasos fronterizos (sólo con Paraguay) por donde se movilizan los grupos delictivos, y que a su vez existen varios más que se hacen en el espacio aéreo, a través de “vuelos rasantes por el río Paraná”.

“El narcotráfico en la Argentina está de para bienes, no hay quien lo frene”, sentenció Izaguirre.