Rossi y las excusas por el deterioro naval

Durante la celebración por los 200 años de la Armada Argentina, el ministro de Defensa justificó la demora en el arreglo del rompehielos Irízar. Los astilleros nacionales y la industria militar toda, en riesgo

Ayer, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, presidió el acto por el "Bicentenario del Combate Naval de Montevideo", fecha en la que se conmemora el día de la Armada Argentina en homenaje a la victoria alcanzada sobre la flota española en 1814 que permitió consolidar los principios de la Revolución de Mayo. Desgraciadamente, 200 años después nuestra realidad no es tan gloriosa.

La nota de color de la jornada, sin embargo, fueron las declaraciones del funcionario K, quien  señaló que “a 200 años de su creación, vale hoy reflexionar acerca de la actual Armada Argentina”, y agregó: “el equipamiento logístico dentro de las FF.AA. es una cuestión primordial, por eso estamos trabajando para que el rompehielos 'Almirante Irízar'  esté en condiciones de intervenir en la próxima Campaña Antártica”.

Llamó la atención que Rossi mencione al rompehielos nacional, símbolo de la decadencia de nuestra industria naval. Averiado hace ya demasiado tiempo, sufre el deterioro mientras los astilleros están paralizados y sus trabajadores temen suspensiones. Toda la industria militar ha sido desmantelada pero Rossi quiso justificar la demora con la reparación del Irízar y enfatizó que “un rompehielos no se compra en una góndola, sino que requiere del tiempo necesario”. 

El dirigente no se puso colorado pese a que, por la situación de la flota argentina, el país no puede explorar ni realizar trabajos científicos y estratégicos en el continente blanco. Pero no sólo la soberanía de la Antártida pone en juego el gobierno nacional, sino que con la desprotección de las fronteras, la falta de radarización de nuestro espacio aéreo y la ausencia de control en la propiedad de miles de hectáreas de nuestra codiciada Patagonia, provocan que el país arriesgue recursos vitales para el futuro de una nación.

Pero Rossi ni se inmutó, y concluyó: “Los que estamos acá somos una gota de mar frente a los 200 años de historia de la Armada. Las Fuerzas Armadas que nosotros imaginamos hacia el futuro tienen un rol fundamental en la construcción del país que queremos para las futuras generaciones”.