Se profundiza el cierre de empresas

La alimenticia Paty bajó la persiana de su planta ubicada en Capital Federal, dejando 250 personas sin trabajo. También cerraron una fábrica de quesos en Carlos Casares y una aceitera. Continúan las suspensiones en automotrices y autopartistas

La crisis económica no deja rubro sin tocar. A las automotrices y autopartistas que ya comenzaron a fines del año pasado a realizar suspensiones y despidos, ahora se le agregan empresas alimenticias, aceiteras y de electrodomésticos. Lo poco que quedaba de la industria nacional, sin ningún estímulo durante los gobiernos kirchneristas, se derrumba y no parece haber luz al final del túnel.

Para peor, la debacle amenaza con llevarse puestas hasta las marcas más tradicionales del país. Esta semana, la empresa alimenticia Paty (controlada por la brasileña BRF), cerró de un día para otro su planta ubicada en Martínez, en la zona norte de la Capital Federal, dejando 250 personas sin trabajo.

La compañía decidió achicar costos y trasladar “todas las operaciones de carne vacuna” a su otra planta ubicada en San Jorge, Santa Fe, “para asegurar la sustentabilidad de su negocio”.  Según denunciaron los trabajadores, esta situación no es nueva: “Ya sumamos más de 20.000 obreros de la carne despedidos en los últimos dos años”, dijo a Hoy David Soria, delegado gremial de los empleados de Paty.

“Queremos la reincorporación de todos los trabajadores, porque encima en realidad estamos en el aire, no estamos ni suspendidos ni despedidos. No nos llegó ni un telegrama, pero la fábrica cerró. El jueves hubo una asamblea de un centenar de trabajadores de Paty en donde planteamos hacer una serie de actividades hasta el jueves que viene que tenemos una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo”, destacó.

Situación generalizada

El desmantelamiento progresivo de fábricas enciende la luz de alarma ante una posible baja pronunciada del nivel de empleo. Esta semana, a la situación de Paty hay que sumarle la de la fabricante de electrodomésticos FINPAK, que suspendió a sus empleados de la planta de Catamarca, debido a la "sostenida caída de las ventas", aunque el cese de tareas podría extenderse hasta agosto (ver aparte).

En la misma línea, en General Villegas, en el noroeste bonaerense, la empresa Glencore cerró su planta de aceite, poniendo en riesgo la sustentabilidad de las 100 familias que dependen de la firma.

Este mes, además, ocurrió el tenso conflicto en la autopartista GESTAMP, que fue tomada por sus trabajadores en rechazo a los 67 despidos que había efectuado la compañía, en un contexto en el que el sector automotriz y de autopartes arrastra 12.000 obreros suspendidos desde que estalló la crisis. 

En este marco, el fallo de la Corte Suprema norteamericana y la incertidumbre sobre el rumbo de la economía, muestran que el panorama se oscurece a paso redoblado.

El oscuro rol del Estado

Según explicó a Hoy David Soria, delegado de los trabajadores de Paty, la empresa Brasil Food (BRF) estaría en proceso de vender la producción de Quickfood (entre la que se encuentra la marca Paty), a otra multinacional brasilera que ya tiene presencia en el país: Minerva.

En ese sentido, explicó: “Minerva tiene como accionista al Estado nacional, a través de la plata de la ANSES. Entonces estamos planteando que si es cierto que se van a la planta de San Jorge para reducir costos, queremos que la planta de Martínez sea estatizada con control de sus propios trabajadores”.

Es decir, el Gobierno tiene poder de incidir en el problema pero parece priorizar sus negocios con las empresas controladoras del mercado de la carne. Además, Soria recordó que en la última cumbre de la CELAC se había trazado un oscuro panorama para la región: “En esa reunión de todos los gobiernos de Latinoamérica se dijo que para atraer inversiones había que convertir toda la zona del Río Bravo para abajo en una “maquila”’, y a eso apuestan, por eso el ataque a las autopartistas, los despidos y las bajas de sueldo”.

Alarma ante la “sostenida caída de ventas”

Tal como reveló nuestro diario hace una semana, la venta de electrodomésticos viene cayendo en picada, y está en el peor momento de los últimos diez años. En ese marco, la fabricante de electrodomésticos FINPAK suspendió a sus empleados de la planta de Catamarca, debido a la "sostenida caída de las ventas" del sector, y advirtió que el cese de tareas podría extenderse un mes más.

La empresa explicó en un comunicado que "en vista a que continúa la fuerte retracción de la demanda, la empresa está considerando mantener la suspensión de las operaciones fabriles hasta los primeros días de agosto".

Cierra una fábrica de lácteos

La tradicional fábrica de lácteos Arias, ubicada en Carlos Casares, se vio forzada a cerrar producto de las erradas políticas del Gobierno nacional, dejando sin empleo a 26 personas, algunas de ellas con 35 años de antigüedad.

Desde la compañía señalaron que hace unos años, debido a que el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno impedía la exportación de quesos, la empresa por un lapso de casi dos años vio como sus estanterías de los depósitos estaban colmadas de mercaderías,  de la que nada se vendía. A pesar de esas dificultades, en aquel momento la empresa pudo “bancar el gasto que generaba tener empleados y no vender”.

El conflicto se destrabó y de a poco la situación se normalizó, pero la situación económica empeoró. De esta forma, las ventas les disminuyeron entre un 30% y un 35% y las proyecciones seguían marcando una tendencia en caída.