La agresión al fiscal platense

Trascienden más detalles del segundo ataque a Cartasegna

Ya estaría identificada la causa que provocó la agresión. El fiscal tiene un moretón en la espalda y el lunes próximo será sometido a estudios médicos. Gendarmería avanza con las pericias. Pidieron la apertura de los celulares de la zona al momento del hecho

Para los investigadores judiciales y policiales es clave encontrar el móvil de un hecho delictivo para poder orientar la pesquisa y hallar a los autores. Para eso sirven todos los detalles, y uno de ellos parece ser muy significativo en la agresión que sufrió el fiscal Fernando Cartasegna el miércoles de la semana pasada en su despacho judicial.

De acuerdo a fuentes muy cercanas a la reservada investigación, este medio pudo averiguar que el delincuente que redujo desde atrás a Cartasegna, pasándole un cable por el cuello y apretándolo hasta dejarlo casi sin respirar, lo paseó por la oficina y le mostró una pila de expedientes para indicarle el motivo del ataque. Lo primero que le marcó fue el documento que le había llegado al fiscal el día anterior. Esa sería la “punta del hilo” a desovillar, y aunque no se informó de qué expediente se trata, se sabe que no es ninguno de los que se sospecha.

El victimario sin dudas fue un profesional. Ingresó al Palacio Judicial sin que nadie lo advirtiera. Sigilosamente, entró al despacho más custodiado de Tribunales, y una vez que se quedó solo con Cartasegna lo redujo sin darle posibilidad de reacción. El agresor, con guantes de látex, un arma y una linterna, se las ingenió para humillar y dejar al borde de la muerte al funcionario judicial. Los investigadores no descartan que el atacante haya sido un integrante de las fuerzas de seguridad.

Una marca en la espalda

De acuerdo a los detalles reveladores a los que accedió este diario, el fiscal recibió una fuerte golpiza por la que aún le queda una marca en la espalda. Los pesquisas no descartan que el delincuente haya creído muerto a Cartasegna, única razón por la cual no lo habría seguido agrediendo. Como se recordará, la víctima, que se encontraba con la boca tapada y el cuello apretado con un cable, se desvaneció en el suelo.

El malviviente además le pidió al titular de la UFI nº 4 llamara a uno de sus dos hijos para que este escuchara cómo iba a morir su padre. Sin embargo, el fiscal se negó y llamó a su secretaria.

Otro dato que trascendió ayer es que Cartasegna le vio la frente al agresor, lo que descarta que el malviviente haya actuado encapuchado. Sin embargo, el uso de la linterna para encandilar al fiscal fue determinante para que nunca viera por completo su rostro.

El asesinato habría sido el objetivo del experimentado intruso y por eso la causa va a ser caratulada como tentativa de homicidio. 

En tanto, los peritos de la Gendarmería avanzan con las pericias solicitadas por la titular de la UFI nº 1, la fiscal Ana Medina. En la escena del osado ataque, los especialistas levantaron algunas muestras que podrían ser dactilares.

Que una fuerza federal como la Gendarmería realice los estudios es otro indicador para la fiscal de que el ataque bien podría haber venido desde un sector de la Bonaerense.

Otra cuestión se sumará a la investigación. La fiscal Medina pidió a las empresas telefónicas un in­forme de todas las antenas de celulares que se activaron entre las 14 y 18 en las inmediaciones del edificio de 7 entre 56 y 57. Por último, se anunció que el lunes próximo a las 15.30, Cartasegna será sometido a estudios médicos en el marco de la licencia extraordinaria dispuesta por la Procuración. En caso de que los resultados sean favorables, el fiscal podría volver a trabajar.

Trascendió que al fiscal le sustrajeron un maletín

El fiscal Fernando Cartasegna ingresó el 3 de mayo pasado al estacionamiento interno del edificio judicial ubicado en la manzana que va de 7 a 8 y de 56 a 57. Se movilizaba en un Etios gris y en su interior dejó un maletín con una notebook y una copia de una causa que le había ingresado a la UFI nº 4 el día anterior.

Cerca de las 15 Cartasegna fue reducido por un desconocido que le hizo sufrir una serie de torturas, entre las que incluyó que escribiera con azúcar la palabra “Nisman” y luego que corrigiera las letras lamiendo el piso. También le realizó simulaciones de fusilamiento y hasta lo obligó a rezar.

El fiscal tenía las manos atadas con cinta de embalar y los pies, con hilos de coser expedientes. El delincuente lo había amordazado. Le metió bollos de papel en la boca y luego se la cubrió con cinta. 

Además, como parte de los tormentos, el agresor quiso que Cartasegna llamara a uno de sus hijos. Pero este se negó y terminó llamando a la secretaria de la UFI nº 9, Brenda Ponce.

La reacción de esa funcionaria fue clave. Al escuchar los gemidos, puso en alerta a los custodios. Mientras eso pasaba, la víctima se desvaneció. El agresor escapó y ahora se descubrió que del vehículo del fiscal desapareció el maletín. Al parecer las cámaras de seguridad no enfocaban ese sector. 

La copia de la causa que estaba en el portafolio habría sido lo que movilizó el ataque.

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