Alerta por el desempleo

Un despido cada seis minutos en la Argentina

Desde la llegada de Cambiemos al poder, 115.700 trabajadores perdieron su empleo en nuestro país, deteriorando gravemente el tejido social. Las suspensiones laborales suman más de 130.000. Las pymes, las más perjudicadas por la política del Gobierno nacional

"Recuperamos todos los puestos de trabajo que se perdieron en el último año”, dijo el Presidente Mauricio Macri el pasado martes en la ciudad de Rosario en el acto por el Día de la Bandera. Más allá de los pronósticos optimistas del oficialismo, la realidad no se condice con lo que se vive en las calles, que impacta fuertemente en los sectores más vulnerables de la sociedad.

De acuerdo a los datos provistos por el Ministerio de Trabajo de la Nación que conduce Jorge Triaca, desde el 10 de diciembre de 2015 al 31 de mayo de 2107 en la Argentina hubo 115.700 despidos, que se dividen en 75.200 puestos en el sector privado, y 40.500 en el Estado. 

De esta manera, los datos muestran que en suelo nacional un trabajador pierde su fuente laboral cada seis minutos, algo que se asemeja a los años 90, cuando el neoliberalismo hizo estragos en el tejido social, desmembrando a cientos de miles de familias que se quedaron sin el sustento mínimo para subsistir.

A esta triste situación se le agrega el hecho de que en los 564 días que van de gobierno macrista, las suspensiones laborales en fábricas y empresas han superado las 130.000. Así, la cantidad total de despidos y suspensiones alcanzan los 245.700 afectados, lo que brinda el desalentador dato de que existe un caso de expulsión o suspensión cada tres minutos en el país, sembrando de escepticismo la estabilidad laboral de los trabajadores.

El panorama se agrava si se tiene en cuenta que el último in­forme sobre desocupación elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestra datos alarmantes sobre la evolución del empleo en la Argentina, ya que la tasa de desempleo subió al 9,2% en el primer trimestre de este año, con un alza de 1,6 punto porcentual respecto al cuarto trimestre del año pasado, cuando había sido de 7,6%.

Con estos números, que muestran la fuerte contracción económica que reina en buena parte de la producción nacional, se evidencian las contradicciones de un discurso oficial que habla de “brotes verdes” y “pobreza 0”, pero que todavía no ha podido hacer pie en el mercado laboral, pareciendo que los grandes enunciados lanzados desde el Gobierno son imposibles de alcanzar .

Pronóstico reservado

Las principales perjudicadas por el modelo instaurado por el ma­crismo han sido, sin ningún lugar a dudas, las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), que han visto mermar su competitividad y productividad. La grave situación ha llevado a que se produzca el cierre de más de 9.000 de estas firmas en los últimos 18 meses, en un promedio de veinte por jornada en lo que va de 2017.

Especialistas consultados por nuestro medio señalan, entre las razones que explican que este fenómeno, la política de apertura indiscriminada de importaciones que llevan adelante las autoridades económicas. La misma ha provocado la imposibilidad de las pymes de competir con los productos que vienen del extranjero, expulsando del mercado laboral a decenas de miles de trabajadores en un sector que emplea entre el 75 y el 80% del trabajo registrado.

Algunos datos evidencian cuánto daña a la industria nacional la entrada de productos sin ningún tipo de control oficial desde el exterior, como por ejemplo el crecimiento en un 18% de la adquisición de bienes de consumo, lo que llevó a que en los últimos meses haya caído un 8% la producción de las pequeñas y medianas empresas.

De acuerdo a cifras dadas a conocer por las cámaras empresariales, el 60% de los despidos acaecidos desde diciembre de 2015 se dieron en el sector industrial, principalmente en las ramas de la metalurgia, el calzado, textil y marroquinería. Esto conllevó además a que los empleados en blanco perdieran alrededor de un 10% de su poder adquisitivo durante 2016.

Una situación preocupante la de los despidos y suspensiones a lo largo y ancho del territorio nacional, evidenciando que las palabras del Presidente Macri de que “cada día se crean nuevas oportunidades” están muy lejos de la realidad que se percibe en la vida cotidiana. 

Así, la política oficial no hace más que desparramar dudas y desconfianza hacia el interior del andamiaje económico y social de cara al futuro inmediato.

El desempleo, bajo la lupa de los especialistas

Economistas consultados por nuestro medio analizan la situación del mercado laboral en la Argentina, así como también por qué las políticas oficiales no frenan la ola de despidos y suspensiones en el país.

“La situación asfixiante lleva al despido de trabajadores”

Martín Simonetta - Director ejecutivo de la Fundación Atlas. Profesor en la UCES

"El panorama laboral en la Argentina es complejo. Una situación particular se da con las pymes, que no pueden generar políticas públicas que les permitan subsistir porque no tienen el poder de lobby que poseen las grandes empresas para conseguir cosas que las favorecen.

Las pymes están vinculadas a las empresas familiares y son las que generan más trabajo, pero al tener sobre ellas una importante presión fiscal, necesitan despedir trabajadores, resquebrajando el tejido social. Es fundamental que existan políticas a largo plazo que reconozcan el valor social de la pyme como cimiento de la economía, cosa que por el momento no se visualiza en la política económica.

El mesurado cambio mostrado desde el Gobierno, en concordancia con el llamado aterrizaje lento, tiene como consecuencia inevitable un despegue lento. Es fundamental arreglar el avión, realizando las modificaciones necesarias para cambiar la suerte del vuelo en el que viaja el presente y futuro de toda una nación”.

“Una de las variables de ajuste es el empleo”

Julio Gambina - Economista. Doctor en Ciencias Sociales

“A esta altura son más los empleados privados cesanteados que los del Estado. Respecto del Estado, está muy vinculado a una política de ajuste recurrente, ya que pretende reducir el déficit fiscal y para ello, una de las variables de ajuste es el empleo.

La política del Gobierno para combatir  la inflación promueve una gran contracción monetaria. Las medidas que aplica el Banco Central son parte de una política de enfriamiento de la economía para intentar que bajen los precios, por lo tanto hay una caída del consumo en términos generales. 

La desaceleración de la economía genera problemas en el sector privado, con cierre de empresas, caída de ventas, suspensiones y cesantías. 

No se puede pensar la economía al margen del rumbo de la política económica. 

Está claro que el gobierno de Macri tiene un rumbo de la política económica que privilegia los intereses del gran capital y en ningún caso busca privilegiar los intereses de los trabajadores”.

“El Gobierno no puede tocar los bolsillos al infinito”

Roberto Dvoskin - Profesor en la Universidad de San Andrés

“En la industria están cerrando las empresas que no son exportadoras y que venden todos sus bienes en el mercado interno. Hay una decisión intencionada de las autoridades de beneficiar la inversión afectando al consumo, lo que genera una situación inversa, ya que al no haber consumo, la gente no invierte porque no hay en qué.

Esto genera un grave problema en el empleo, con aumento de despidos y suspensiones. Si vos producís menos, no te hace falta gente para trabajar. Hay una estrategia económica que lleva a que no haya posibilidad, en este marco, de reactivar, ya que si no se activa vía salarios o bajando los costos de la producción, no hay manera de que las cosas funcionen.

Ninguna sociedad puede soportar tasas de desocupación más altas, ya que llega un momento en  el que se tiene una situación social muy aguda y esto no puede terminar nunca bien. El bolsillo no tiene ideología, entonces el Gobierno no puede seguir tocando los bolsillos al infinito”.

“Se registra una destrucción neta del empleo”

Nicolás Zeolla - Economista e investigador del Conicet

“En el escenario nacional se registra una destrucción neta del empleo en las ramas de la construcción, la industria y los servicios. Eso obedece a que la actividad económica está estancada desde la recesión del año pasado. Los números de este año muestran un leve crecimiento en la construcción, que terminan matizando las cifras de puestos de trabajo. 

No se pudo revertir la destrucción del empleo porque todavía no se revirtió la caída en el consumo, y eso es el efecto directo de las consecuencias de las políticas de distribución regresiva del ingreso que terminó impactando sobre los niveles de consumo y actividad. 

El Gobierno está encarando una política de cambio del régimen de funcionamiento de la actividad económica, desde un modelo centrado en el mercado interno a otro centrado a la actividad primaria y la inversión externa directa. Hay que revertir la lógica porque en este modelo claramente hay gente que no encaja y queda fuera”.

“Es falso que hayan crecido los puestos de trabajo”

José Castillo - Profesor en la UBA

“La ola de despidos es enorme desde la asunción de Macri. Los motivos son varios, primero por la baja de la economía, la recesión y la caída en las ventas. El segundo es la caída que se da en algunos rubros, como electrónica o textiles, que tiene que ver con la entrada de productos importados que genera un descenso en la creación de empleo local genuino.

El Gobierno trata de disimular esto inventando números: por ejemplo, diciendo que los puestos de trabajo bajaron el año pasado pero este año han crecido, cuando es completamente falso que hayan repuntado. Meten dentro del crecimiento un aumento en los monotributistas, cuando eso no es trabajo de calidad para los argentinos.

La realidad es que la desocupación creció, llegando al 9,2% a nivel nacional. En el Conurbano está arriba del 11% y, como también se vio en estas últimas semanas, ha crecido el desempleo juvenil, habiendo dificultades para obtener el primer trabajo, lo que también refleja el enfriamiento de la economía”.