Blatter pasó factura y castigó a Argentina

Por culpa de los chanchullos de la familia Grondona y el escándalo de la reventa de entradas mundialistas, la FIFA demoró “curiosamente” la elección del juez para las semifinales. Finalmente será el turco Cuneyt Cakir, quien pertenece a la UEFA, como Holanda...

En las últimas horas, la policía brasileña detuvo a Ray Whelan, director de Match, la empresa que posee exclusividad con la FIFA para la venta de paquetes del Mundial Brasil 2014, a quien acusa de liderar una red de reventa ilegal de entradas y en la cual se encontraría vinculado el hijo del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Humbertito Grondona. 

La banda, que operaba desde el 2002, revendía a unos 1.000 euros cada una de las entradas de cortesía en las tribunas VIP de los estadios mundialistas, destinadas originalmente a ONGs, patrocinadores y familiares de jugadores, precisó la policía la semana pasada.

Uno de los accionistas de Match es la empresa Infront Sports and Media, dirigida por Philippe Blatter, sobrino de Joseph Blatter, presidente de la FIFA. Infront, basada en Suiza, es propietaria de HBS, que tiene la exclusividad de los derechos televisivos y retransmisiones de la Copa del Mundo.

De esta manera, la FIFA se asegurará que "cualquiera que cometa un delito será sancionado, sin importar quién sea", dijo la portavoz de la federación, Delia Fischer, en relación a la investigación abierta por la venta de entradas del Mundial en el mercado negro.

Por tal motivo, el organismo mayor del fútbol internacional, le pidió al actual entrenador del seleccionado Sub 20 argentino, y especialista en los escándalos mediáticos, que envíe un informe sobre por qué apareció una entrada a su nombre en el mercado negro. Teniendo en cuenta que la respuesta no llego a término y el heredero del mandamás de la calle Viamonte hizo caso omiso al pedido, no son pocos los que creen que la FIFA tomó cartas en el asunto y marcó el territorio en la designación del árbitro que impartirá justicia en el choque de semifinales entre Argentina y Holanda. 

En este sentido, Blatter y compañía colocaron, horas después de lo estipulado por el reglamento, a Cüneyt Çakir de Turquía para que sea el encargado de impartir justicia en el encuentro ante la Naranja mecánica. El Turco viene de dirigir sin sobresaltos en los empate en uno entre Argelia y Rusia por la tercera fecha del Grupo H y la igualdad sin goles entre México y Brasil de la segunda jornada del Grupo A. En ambos partidos, sacó ocho tarjetas amarillas y no expulsó a ningún jugador. Sin embargo, que dirija en una encuentro de semejante envergadura llamo poderosamente la atención. 

De todas maneras, lo sospechoso del caso es que al enfrentarse dos selecciones, una de Europa y la otra de América del Sur, no exista imparcialidad, ya que Çakir pertenece a la Federación Europea de Fútbol, entidad a la que pertenece Holanda. 

Luego de varios hechos bochornosos donde quedó en videncia la mano negra de la FIFA, en esta oportunidad, por culpa de los chanchullos de la familia Grondona, y el escándalo de la venta de entradas truchas, la casa madre del futbol mundial nos pasó factura buscando sacarnos del Mundial. Otra vez, solos contra todos.