Croacia, entre sus niños de guerra y la gloria a la vuelta de la esquina

Esta generación dorada de futbolistas, que está escribiendo el capítulo más grande de su corta existencia (se le reconoció su Independencia en 1992), se desarrolló en medio de guerras, conflictos políticos, el refugio y el exilio.

El esfuerzo realizado por los jugadores croatas durante los tres tiempos suplementarios seguidos en el Mundial no son otra representación de su propia historia. Sí. Esta generación dorada de futbolistas, que está escribiendo el capítulo más grande de su corta existencia (se le reconoció su Independencia en 1992), se desarrolló en medio de guerras, conflictos políticos, el refugio y el exilio.

“Se juega como se vive”. Esa frase encaja a la perfección con Croacia, que tiene a sus principales estrellas defendiendo la bandera como lo hicieron sus antecesores en la Guerra de los Balcanes, cuando tuvieron que huir de sus tierras, perdiendo familiares, hogares y esquivando bombas.

La única verdad es la realidad. Y la de Luka Modric fue así: vio morir a su abuelo a los 6 años y, tras quemarse su casa, escapó de Zadar. Algo similar sucedió con el arquero Danijel Subašić.

Otras figuras, caso Ivan Rakitic o Mario Mandzukic (autor del gol que le dio el pase a la final), tuvieron que exiliarse. El primero de ellos, junto a su familia, lo hizo en Suiza, mientras que el delantero (al igual que el defensor Dejan Lovren) recaló en Alemania, aunque luego regresó porque sus parientes no tenían permiso para estar allí.

“Fue difícil de niño entender lo que estaba pasando en los Balcanes”, escribió una vez Modric, el mejor jugador de este Mundial. Hoy, llevando la cinta de capitán de su seleccionado, entiende todo lo que pasó y es por ello que buscará conducir a sus país a la gloria misma.

Mañana, en Moscú y ante Francia, Croacia tendrá la chance de escribir un capítulo muy importante de una historia dañada desde la Unión Soviética y la vieja Yugoslavia, porque desde el fútbol darán el gran impacto, ya que los cuatro millones de habitantes son conscientes que será una expresión de vida y no solo deportiva.

Así, cada futbolista sabrá que, en las pelotas que le toque disputar mañana, estarán junto a ellos sus parientes que defendieron la patria y la bandera como ellos lo están haciendo en esta Copa del Mundo, en la que tienen la gloria a la vuelta de la esquina...