El Lobo recuperó su aullido y espantó al Santo
Gimnasia jugó el mejor partido de la era Sava, volvió al gol por Pereyra y derrotó a San Lorenzo 1 a 0 en el Bosque
Primer tiempo
La semana pasada, Gimnasia se había vuelto de Santa Fe conforme con el rendimiento, pero con bronca por la derrota. Anoche, ese funcionamiento se potenció y el resultado llegó. Y fue ante uno de los animadores de la Superliga como San Lorenzo, que volvió a jugar mal y quedó muy lejos del líder Boca.
De arranque, el Lobo mostró una serie de características que pretende inculcarle el técnico Facundo Sava: presión alta, juego rápido y protagonismo desde la pelota parada.
La primera fue al instante, cuando Bonifacio aprovechó una salida en falso y asistió a Niell, quien quiso colocarla y su intento se fue desviado.
A los 8 minutos, el Ciclón respondió con un pase profundo en el que Gudiño, que quedaba mano a mano con Martín Arias, dominó mal y se le fue el balón largo.
Desde entonces, el Lobo buscó por arriba, especialmente con Guanini, quien primero remató ante una salida dubitativa de Navarro, en la que Coloccini despejó sobre la línea. Y luego con un cabezazo que se fue apenas afuera.
Con un dibujo que fue mutando, desde el 3-4-2-1 a determinados movimientos entre Faravelli y los laterales-volantes, Gimnasia no pasó mayores sobresaltos, aunque le quedó lejos el arco de enfrente.
En tanto, San Lorenzo tampoco pudo pesar en ofensiva más allá de la intensidad. Recién generó peligro a los 34 minutos, cuando Blandi descargó para Belluschi, quien sacó un misil desde afuera del área que pasó lejos de los tres palos.
Sobre el cierre, y luego de uno de los tantos desbordes de Angeleri, Quignón pisó el área, anticipó de cabeza y el balón terminó en los carteles de publicidad detrás del arco.
Así, el 0 a 0 los mandó al descanso.
Segundo tiempo
En los primeros minutos, más allá de algunas insinuaciones, poco había sucedido hasta que Gimnasia rompió la chapa. A los 11 minutos, Martín Arias buscó a Colazo, quien la bajó de cabeza, y Alemán frotó la lámpara para el gol del Lobo: punteó por el costado de Angeleri con toda la clase y luego asistió al segundo palo a Pereyra, quien a la carrera la mandó a guardar.
A partir de allí, el Tripero se armó bien en el bloque defensivo y esperó para salir de contra cuando tuvo la oportunidad.
El Ciclón, en tanto, movió el banco, se la jugó en ofensiva y atacó con mucha gente por todo lo ancho de la cancha. No obstante, careció de profundidad y así fueron creciendo las figuras de Alderete, quien despejó todo el peligro, como la seguridad de Alexis capturando todos los envíos.
En tanto, el Tripero se basó en la tenencia de Alemán, quien se hizo cargo de la conducción del equipo para tener una pausa, jugar con la desesperación del adversario y buscar el pase exacto para sentenciar la historia.
Rinaudo fue patrón del mediocampo; Colazo participó más en el circuito y Bonifacio atacó cuando vio el hueco por derecha.
Tras la expulsión de Paulo Díaz, a los 38 minutos, el Lobo se acomodó mejor en el campo y pudo incrementar la cuenta, aunque le faltó efectividad.
Primero lo tuvo Colazo con un remate cruzado que tapó Navarro; después, tras un desborde de Bonifacio, Barrales lo perdió en soledad; mientras que al instante, Rinaudo sacó un derechazo que el arquero, ex-Gimnasia, la descolgó del ángulo.
Los minutos pasaron y el Lobo volvió a festejar un triunfo luego de tres partidos y dio muestras de carácter. Ahora deberá ratificar lo hecho, el sábado, ante Temperley.