El TC y la historia de los autos locos
La carrera de las mil millas del TC se pareció más a un capítulo de los “Autos locos”, aquella serie de dibujos animados que mostraba a diferentes personajes que se sacaban chispas, se chocaban y hacían todo lo posible para llegar primero a la meta
"Aquí están de nuevo: el más osado grupo de pilotos de carreras del mundo en sus.... ¡Autos locos!”
Muchas veces los hechos reales superan a la ficción. Esto es lo que ocurrió en el autódromo Galvez de Buenos Aires, cuando la carrera de las mil millas del TC se pareció más a un capítulo de los “Autos locos”, aquella serie de dibujos animados que mostraba a diferentes personajes que se sacaban chispas, se chocaban y hacían todo lo posible para llegar primero a la meta. Lo atractivo no estaba en el resultado final, sino más bien en los golpes y los despistes, que ayer fueron una constante en Buenos Aires.
El auto de auxilio tuvo que ingresar más de diez veces para asistir a los competidores y el final del evento se dilató hasta pasadas laa 17 cuando el sol empezaba a caer.
Agustín Canapino, tratándose de una prueba especial, compartió el Chevrolet ganador con Martín Ponte y Federico Alonso.
En esta carrera, además, debutó la piloto Julia Ballario, quien para muchos fue la Penélope Glamoure de la jornada y llegó como invitada de Camilo Echeverría, quien luego se iría al pasto.
Mariano Werner arrancó adelante seguido por Ardusso, Ortellli y Trucco. Al momento de llegar a Ascari, el siete veces campeón se transformó en el nuevo segundo. Vueltas más tarde el piloto de Salto doblegó a Werner.
En el noveno giro se produjo el primer ingreso del auto auxiliar por el despiste de Bruno y Nolesi que le hicieron honor a los hermanos macana, Pedro y Roco, y el profesor Locovich en su auto convertible.
Los autos de Camilo Echevarría, Matías Rossi, Juan Martín Bruno, Carlos Okulovich y Mathías Nolesi protagonizaron un fuerte accidente durante la cuarta hora y terminaron afuera de la pista. Una postal que apareció en varios momentos de la tarde, recordando a la vieja serie en la que “los autos locos” se tocaban y hacían cualquier cosa con tal de cruzar la bandera a cuadros.
Esta vez, Canapino se puso en el saco de Pierre Nodoyuna (si el perro Patán), se burló de todos sus rivales y terminó subiéndose al podio ante miles de aficionados que gritaron por Chevrolet.