En el nombre del padre

Omar Pouso vivió un partido con emociones encontradas. Un sabor amargo por la igualdad y la floja imagen que dejó el equipo, pero a su vez, una dosis de emoción por haber marcado su segundo tanto con la camiseta del Lobo (el primero fue en la igualdad 1-1 ante  Independiente Rivadavia en Mendoza). 

Para el uruguayo haber anotado, llevando el dorsal número 41 en la espalda, tuvo un significado muy especial: “Estaba emocionado porque se juntaron muchas cosas. Esperé este momento mucho tiempo y realmente se lo quería dedicar a mi padre por eso quise festejarlo solo o más internamente. No lo grite por eso, nada que ver los que pensaron otra cosa”, explicó. 

Con respecto a la igualdad obtenida y el rendimiento, dijo: “Lo importante es que sumamos un punto pero bueno, esto sigue y no hay que bajar los brazos. El empate vino por un error nuestro, teniendo los centrales en el área no podemos jugar corto. Tenemos que aprender de esas cosas y mejorar de cara al futuro porque el arranque en el torneo es bueno y todavía falta mucho”. 

Noticias Relacionadas