Flamea la celeste en sus 67 años

Es un club grande de la Liga Amateur, que a lo largo de su historia ha jugado en tres predios distintos. Próximamente, en la actual cancha de 58 y 145, se hará la primera tribuna, construida por los propios hinchas. Una de las familias fundadoras aportó su testimonio

Cuando se acercan los sábados, los chicos del barrio que van con sus familias hacia la cancha de 58 y 145 llevan pilchas celestes y blancas. Hoy, todo San Martín festeja su cumpleaños: 16 de junio de 1950. Alberto Ferreyra es uno de esos vecinos que está desde el primer día, celebrando cómo pasa el tiempo y sigue rodando la pelota. En una entrevista con este medio, brindó una información importante: “Esta vez no habrá fiesta”. Además, sensibilizado por una fecha tan especial, marcó: “Ya van 67 años, son muchos”.

Padre e hijo, emblemas

En el encuentro con el señor, al que se lo conoce como “Conejo” Ferreya, exjugador, técnico y presidente del club, hubo un momento para rememorar la Liga Amateur de 1966. “Elegimos la camiseta a rayas albicelestes en honor al Racing de José Pizzuti. Jugábamos entre amigos del barrio y habíamos conseguido 17 torneos al hilo. El que insistió para que entremos fue Lucho Bravo (periodista, ya fallecido), que era amigo del presidente, Juan Carlos Santoro”, relató uno de los fundadores de San Martín.

Ferreyra sigue desde el primer día y no deja de arremangarse: “Se está haciendo una utilería, la ampliación del vestuario de árbitros y la parrilla. Además, los muchachos de la hinchada, que tienen distintos oficios, están construyendo la tribuna de calle 58”.

Laureano Ferreyra, hijo de Alberto, nació en 1976. Jugó, por supuesto, en el Celeste, desde el fútbol infantil. Su mamá Susana llevaba a “Laly”, porque Alberto no se podía despegar de la Primera.

“Este amor se remite a la época en que papá jugaba, cuando la cancha no estaba donde la tenemos hoy”, narró a sus 40 años, Laureano, ya retirado, con dos hijos, Tomás (12) y Elena (5). “Ahora se está formando una nueva comisión y estoy ahí, ayudando”, remarcó. El destino tiene sus vueltas: Alberto lo sacó campeón en 1983 como DT y Laureano consiguió en el campo la vuelta olímpica, casi 30 años después. 

Tres canchas

Los talleres del ferrocarril, en 56 y 132, fueron el lugar del debut; luego, 60 y 142, que pertenecía al colegio San José (actual barrio Decano Funes). Para el actual campo de juego “J. C. Santoro” se hizo un convenio con el Ministerio de Educación y se le dio un espacio en 58 y 145, a la par que se construía en esos terrenos la Escuela nº116.

En la sede del Santo, de 60 y 144, también se realizan  otras actividades, como kung fu, zumba, folclore, tango. Incluso hay un restaurante, CPA para las adicciones y un convenio con Facultad de Odontología.