¿Hipopótamos enanos?, ¿perros deformados?, no: Capibara

Brasil, enviados especiales

Viajar por diferentes partes de mundo le permite a uno entender que nunca se terminan de conocer cosas nuevas en la vida.

Vaya si lo sabrá un turista español, que de paseo por la Laguna de Pampulha, en las afueras de Belo Horizonte, casi se queda con el corazón en la mano cuando fue sorprendió infraganti (utilizando la rivera de la Laguna como baño público) por una extraña especie de roedores gigantes que habitan el lugar.

Se trata de los Capibara, que a la vista de cualquier extranjero resulta una mezcla de perro deformado con hipopótamo enano.

Los Capibaras suelen habitar esta región de Brasil y también son conocidos en Venezuela y Colombia. A simple vista, son lentos y torpes en la tierra, pero resultan hábiles nadadores. No se alejan demasiado del agua.

Esta especie no logra regular bien la temperatura corporal, por lo que no puede correr mucho. De ahí que el agua sea una muy buena fuente de escape contra otros animales como los pumas y los cánidos, sus principales enemigos.

El Capibara posee un cuerpo pesado en forma de barril y una cabeza pequeña, con un pelaje pardo rojizo en la parte superior del cuerpo que se vuelve pardo amarillo en la parte inferior. Pueden crecer hasta 130 cm de largo y llegar a pesar 65 kg.

Presentan pies ligeramente palmeados, prácticamente carecen de cola y tienen 20 dientes. Sus patas posteriores son algo más largas que las anteriores, y los hocicos son romos, con los ojos, narinas y orejas en la parte superior de la cabeza. Las hembras son un poco más pesadas que los machos.

El término Capibara proviene del guaraní kapiÿva, que significa “señor de la hierba”, mientras que su nombre científico hydrochaeris significa “puerco de agua” en griego. Muchas de las formas de nombrar a esta especie suelen migrar entre regiones y en muchos casos provienen de nombres de origen indígena.
De acuerdo a lo expuesto en diferentes comercios de Belo Horizonte, la piel de los Capibaras es utilizada para hacer cinturones, agendas o todo tipo de trabajo en las marroquinerías.

Salieron espantados

Ayer, por lo pronto, resultaron efectivos para espantar a quienes utilizan los espacios naturales para hacer sus necesidades fisiológicas.

Usted ya fue advertido: si viene a Belo Horizonte y necesita ir al baño, no sea ratón y busque una estación de servicio. De lo contrario lo sorprenderá un Capibara.

Noticias Relacionadas