Injusticia deportiva
El Pincha pasó por arriba al Corinthians, pero no le alcanzó para clasificar a las semifinales de la Copa Sudamericana porque falló en los penales. Durante los 90 minutos ganó 1 a 0, pero en la definición desde los 12 pasos erraron Rollheiser, Lollo y Ascacíbar.
Fin del sueño para el León. El pedido de la hinchada de “ganar la Sudamericana” deberá esperar un año más, ya que ayer el equipo de Domínguez hizo todo bien dentro del campo de juego, menos patear los penales en la definición.
El Corinthians perdió 1 a 0, pero se llevó un premio demasiado grande de La Plata por el simple hecho de estar fino en la definición desde los 12 pasos y aguantar el vendaval de juego y ataque que ofreció el León tanto en el primer tiempo como en el segundo.
Con el entusiasmo y el vértigo que se contagiaba desde las tribunas, Estudiantes salió a quemar las naves desde el primer segundo. Tanto fue así que todavía no se habían jugado dos minutos cuando le “marcó la hora” a Cassio, el arquero del Corinthians, a través de un bombazo de Mauro Méndez en la primera intromisión al área adversaria.
El Pincha salió prácticamente ganando a la cancha y de allí en más se encargó de acorralar a su rival.
Antes de los diez minutos Estudiantes ya había generado tres situaciones más debajo del arco, y de no ser por el arquero que tiene un apellido que suena y hacer acordar a una marca de relojes, hubiese cerrado la llave muy temprano en la cancha.
Los hinchas no paraban de alentar y Andújar fue prácticamente un testigo de lujo de las acciones que se desarrollaban de tres cuartos de cancha hacia adelante.
A no ser por algún córner de los brasileños, Estudiantes manejó con criterio los tiempos a través del despliegue de Rollheiser, al traslado de Sosa y la templanza del Corcho Rodríguez.
Dos remates en los palos antes de que se termine el primer tiempo confirmaron la supremacía de Estudiantes, que llegaba con Benedetti cuando se proyectaba, con Mauro Méndez cuando se recostaba hacia la izquierda y con Carrillo, siempre amenazante dentro del área.
En la parte final el arquero del Corinthians agigantó su actuación y salvó a su equipo en varias ocasiones.
Estudiantes ratificó el protagonismo y remató tres tiros en los palos. Si hubiese ligado tan solo un poco de todo lo que fue a buscar hubiese cerrado la llave tranquilamente con una goleada por tres o cuatro a cero. Pero no.
Un polémico arbitraje tampoco ayudó al equipo de Domínguez, cuyos jugadores reclamaron por una mano ya en tiempo de descuento después de un cabezazo adentro del área que rebotó en un defensor brasileño.
Ya en los penales Estudiantes no estuvo a la altura de las circunstancias. Otra vez el entrenador mandó a patear a Benjamín Rollheiser, que había ya había errado en otras definiciones, y tanto Ascacíbar como Lollo fallaron en la definición desde los 12 pasos.
Mariano Andújar apenas pudo contener un solo remate y la ilusión de Estudiantes se diluyó en la Copa Sudamericana.