Joyas platenses de las artes marciales van por la gloria

Laureano Staropoli y Damián Ruiz, luchadores profesionales de MMA, visitaron diario Hoy de cara a su presentación en Bolivia, representando a la Argentina

Mis padres se opusieron cuando se enteraron de que me iba a dedicar a esto. Muchos piensan que te podés morir practicando este deporte”, comentó Laureano Staropoli, platense de 24 años que viajó en la jornada de ayer hacia Bolivia para competir en un torneo MMA de trascendencia mundial. Lo hizo junto a Damián Alejandro Ruiz, de 27, oriundo de Río Gallegos pero adoptado por La Plata hace más de ocho años, cuando vino a estudiar. Ambos representarán a la Argentina este sábado, desde las 21, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

Las artes marciales mixtas (conocidas frecuentemente por sus siglas en inglés, MMA) refieren a un deporte de combate, de pleno contacto, que incorpora golpes, patadas, llaves y técnicas de una gran variedad de disciplinas. En la antesala de su participación, Laureano y Damián, de la escuela Invictus, visitaron este medio y expresaron sus sensaciones. 

—¿Cómo empezaron en las MMA?

LS:—Yo había arrancado taekwondo a los 8 años, disciplina que implica otro tipo de contacto. Luego, de a poco, me fui metiendo en esto. Mis padres, que se opusieron en su momento, por suerte hoy me apoyan mucho. Hay gente que piensa que te podés morir practicando este deporte. 

DR:—Yo soy de Río Gallegos, me vine a estudiar Educación Física y, cuando iba por el tercer año, me metí de lleno en esto. A mis padres tampoco les gustó en un principio, porque lo toman como un deporte violento, pero después entendieron.

—¿Cómo es el nivel en la Argentina?

LS:—En las MMA, el país está creciendo a pasos agigantados. Tenemos un embajador argentino, Santiago Ponzinibbio, que está abriendo el camino. Somos muchos peleadores que nos estamos “rompiendo el lomo”.

—¿Se puede vivir de esto?

DR:—Somos profesionales, pero no podemos darnos aún el lujo de vivir de esto, tenemos que conseguir sponsors, becas. No es fácil, pero nos apasiona.

—¿Cuáles son sus expectativas?

Ambos:—Vamos ilusionados. Dejaremos todo con la esperanza de traer un buen resultado a nuestro país.