La Aprevide y el desafío de frenar la feroz interna de la 22 antes de que termine en una masacre
Desde hace cuatro meses se vive un clima de tensión con amenazas y disturbios en el seno de la hinchada de Gimnasia. Javier Alonso quiso responsabilizar a ciertos gremios por el comportamiento de los hinchas, pero no aplica el derecho de admisión.
Lo ocurrido el sábado en la cancha de Gimnasia despertó mucha preocupación entre los allegados al gobernador Axel Kicillof, ya que el espiral de violencia que se vivir cada vez que el equipo juega de local a menos de 15 cuadras la casa de Axel Kicillof puede derivar en una masacre con serias consecuencias políticas para la carrera del candidato “más presidenciable” de la oposición en el país.
Puertas hacia adentro, en calle 6 no cayeron para nada bien las declaraciones que Javier Alonso (titular de la Aprevide) emitió hace un poco más de un mes, cuando al ser consultado por este medio sobre el destrozo de la comisaría de El Dique por parte de la barra de Gimnasia salió por la tangente echándole la culpa a un gremio vinculado a la construcción en la región.
Las diferencias internas en el seno de la denominada “22” la pusieron de manifiesto los propios simpatizantes, subiendo y posteando videos a comienzos de septiembre criticando al histórico líder que tuvo este grupo en los últimos veinte años, Cristian “Volador” Camilieri.
Las expresiones vivieron desde el sector de Marcelo Amuchástegui, el hijo del “Loco Fierro”, quien fue el mentor de la barra de Gimnasia a finales de los ’90.
Desde hace dos meses, cada vez que el equipo juega de local, el espiral de violencia va en aumento: cuando no hay amenazas, hay directamente piñas, corridas y la tensión reina en el ambiente de la tribuna Centenario, o incluso también en la de calle 60.
La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte ni siquiera reforzó el número de policías para custodiar la seguridad en la precia a los partidos contra Riestra, Godoy Cruz, Unión o Central Córdoba.
Tampoco dispuso medidas de restricción de ingreso a Camilieri, el “Negro Junior”, “Gareca” o algunos de los laderos de “el Volador” pese a que quedaron filmados destruyendo el frente de la comisaría de El Dique.
Ahora al Lobo le quedan dos partidos de local en el año: el 24 de noviembre contra Atlético Tucumán y el 8 de diciembre ante Talleres.
¿Acaso la convivencia de Cowen como funcionario de la Provincia junto a Alonso está poniendo en riesgo la integridad física de los otros socios que quieren ir a ver un partido con tranquilidad a la cancha?