La Cumbre de la discordia: denuncias cruzadas y conflicto en un club de barrio
Se trata de la Sociedad de Fomento La Cumbre, ubicada en 131 entre 531 y 32. La CD denuncia que un grupo de vecinos quiere sacar una parte del predio, pero los protagonistas se defendieron de la acusación.
En el medio de la pandemia y en un contexto social que impulsó la toma de terrenos y usurpaciones en la Provincia de Buenos Aires, un inesperado conflicto alteró la tranquilidad de otro club de barrio de La Plata. Se trata de la Sociedad de Fomento La Cumbre, ubicada en 131 entre 531 y 32, cuya actividad ha mermado en los últimos cinco meses producto de la pandemia y las medidas de aislamiento que aún rigen en la actualidad.
En la parte de atrás del predio, además de una cancha de paddle en desuso, se había utilizado una parcela de tierra para realizar una huerta y también darle rienda suelta a las actividades recreativas al aire libre. Sin embargo, ese pedazo de tierra se puso en disputa por un grupo de vecinos que aseguran que son dueños de ese parte del lugar.
Daniel Almada, referente de la Comisión Directiva, recibió al diario Hoy y confirmó que se presentó una denuncia en la Unidad Funcional de Instrucción 9 de La Plata por la ocupación de ese espacio del club.
“Estas tierras en donde se construyó el club, y las casas que están al lado, eran tierras fiscales porque pasada el ferrocarril por acá. Por eso nosotros recibimos una sesión de tierras a varias décadas: no es que somos propietarios, como tampoco lo son los que están al lado y no tienen los papeles”, comentó el dirigente, señalando a las personas que reclaman una parte trasera del club La Cumbre.
De todos modos, este diario recibió el testimonio de Ana María y un grupo de vecinas linderas al club, quienes aseguraron tener acreditado el dominio de las tierras en disputa, y aclararon que en ningún momento se ejerció un intento de toma.
“Esa parte del terreno es mía. La tenemos desde la década de 1990 y tenemos todo en regla. La gente del club avanzó en la parte del fondo y quiso armar una huerta. Pero no corresponde porque esas tierras son mías”, comentó la vecina de 60 años, quien además se mostró con intenciones de llegar a una solución.
“La huerta se puede hacer en un costado”, acotó una de las hijas de la señora que vive en una de las casas que está pegada al club.
Lo cierto es que ante la falta de actividades y las escasas disciplinas que se realizan en el lugar, el club La Cumbre quedó en el medio de un conflicto que deberá dirimir la Justicia, pero que todas las partes coincidieron en que la toma o la supuesta usurpación no es lo correcto.