La lluvia desempolvó la mística y Pavone se encargó del resto

Como en 2006 ante Sporting Cristal, Estudiantes le ganó a los peruanos de Real Garcilaso en una noche llena de emociones. Ahora lidera la tabla del grupo 6 y el Tanque Pavone marcó dos goles

Con Sabella en el palco con la misma chomba roja de las “cábalas” o “costumbres”. Con Verón y el ceño fruncido, siempre buscando elevar el nivel. Con Bernardi a grito pelado, sintiéndose observado por todo el estadio. Primero, con lo justo y necesario. Y luego, con toda la artillería acumulada de un delantero que respondió en la cancha todo lo que estaban reclamando... 

Así se reencontró Estudiantes anoche con la mística copera, que como ocurrió el 21 de febrero del 2006 ante otro peruano (Sporting Cristal) lo acompañó escribiendo otro resultado imponente en la Copa. 

Lucas Melano, que en el primer tiempo había desperdiciado todo lo que tuvo a su alcance, no dudó en patear la pelota con dirección al arco, tras un centro a media altura que lo encontró solo en el segundo palo. Con el agua bendiciendo la definición, el delantero y el entrenador reventaron sus gargantas con un fuerte desahogo por lograr romper un partido que se había tornado complicado. 

Después, con el ingreso del Tanque Pavone se terminó de confirmar la ventaja para el equipo local, que ahora lidera de forma holgada el grupo 6 de la Copa y llega a la tercera fecha mirando a todos desde arriba. 

Los peruanos, que sufrieron la presión en los primeros minutos, corrieron y complicaron jugando de contragolpe.

Estudiantes había buscado por derecha con las subidas de Sánchez y por izquierda con el despliegue de Lucas Rodríguez. Pero por más que lo buscó y generó seis situaciones claras, no pudo irse festejando al descanso. 

En la parte final, como si fuese una película destinada al Oscar en Hollywood, todo cambió a favor del León. 

Con el grito de la gente cayendo desde la tribuna Sur, el árbitro venezolano tuvo la ocurrencia de frenar el partido al escuchar una fuerte explosión por los truenos que acompañaban la tormenta eléctrica, desconociendo que en el Estadio Unico hay más de quince pararayos. Esta situación le jugó en contra a Garcilaso, cuyos defensores descuidaron a Melano en el primer córner que se ejecutó tras la reanudación del partido y le permitieron al equipo albirrojo empezar a marcar el camino del partido. 

Casi como una caricia del destino, el cordobés Melano tuvo una revancha personal a las críticas que venía recibiendo, y el técnico Bernardi entendió que no tenía sentido seguir postergando el ingreso del Tanque Pavone. Con todo a favor, mandó a la cancha al goleador de Tres Sargentos, que no dudó en pedir la pelota y patear un penal sancionado a los treinta minutos, y luego definió con mucha jerarquía luego de una asistencia de Sánchez tras una jugada que nació en los pies de Braña, otro de los sobrevivientes de aquella noche del 2006. 

Con los hinchas eufóricos en las tribunas, Estudiantes cerró un resultado clave para encaminar el objetivo de pasar de fase y avanzar a los octavos de final de la Copa. Jerarquía en el ataque, quedó claro, no le falta…