por daniel "profe" córdoba

La mente y el corazón pueden igualar cualquier desventaja

Estudiantes tiene la obligación de ganar el clásico, pero va a ser más visitante que nunca el domingo en la cancha de Gimnasia. El equipo de Romero no gastó ni un cospel en refuerzos y viene de sufrir una goleada. Pero en un clásico todo puede igualarse.

Por Daniel “Profe” Córdoba

Otra vez La Plata tendrá su día “clásico”. Nuestra ciudad, ya de por sí, tiene algunos atractivos para ser mencionada: un museo, la Catedral imponente, también un bello centro y algún que otro atractivo más. Pero si hay algo que en un país unitario como la Argentina saca a Capital Federal del centro de atención, son los clásicos de fútbol entre los equipos que reúnen la pasión de una ciudad que suele dividirse mayoritariamente en dos: Estudiantes y Gimnasia, en este caso.

Más allá de jugar de visitante, la presión de ganar indudablemente debe llevarla el equipo de 1 y 55. Gimnasia no ha podido gastar un cospel en reforzarse. Coherentemente su dirigencia optó por la austeridad como lema. Su equipo está plagado de juveniles o players con poca experiencia que poco a poco van ganando minutos en Primera.

Como si fuera poco, por expulsión, ha perdido a uno de sus jugadores que más juegos como titular ha realizado. Además, llega con una goleada a cuestas.

El cuerpo técnico del Lobo deberá ingeniárselas en estas próximas 72 horas que quedan por delante para poner en campo un equipo competitivo. ¿Podría ganar el clásico? Claro que sí. La mente y el corazón junto con una excelente estrategia pueden igualar cualquier desventaja previa. Yo lo he podido comprobar.

Estudiantes será más visitante que nunca. A diferencia de Gimnasia, ha gastado dinerales en cuerpos técnicos y jugadores. Viene de ganar con lo justo en condición de local contra Huracán sobre la hora. Le sobran jugadores de experiencia, pero un clásico es eso. Más allá de los últimos resultados, todo podría igualarse.

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