La pareja que llegó manejando a Rusia y adoptó un pitbull en Brasil

Se conocieron y empezaron a salir en Mendoza. Después del Mundial 2014 dejaron todo y se compraron una Saveiro para empezar a recorrer el mundo muy lentamente hasta llegar a la Copa. En el medio del viaje adoptaron una mascota…

Por Juan Pablo Ferrari

Cobertura exclusiva en Rusia

La pasión que despierta el fútbol entre los argentinos alcanza límites inverosímiles. Este es el caso de Agustina y Julián, una pareja de mendocinos, que después del Mundial 2014 decidió emprender una aventura inigualable. 

Los dos trabajaban y estudiaban en Mendoza, pero la ilusión por ver a la Selección Argentina ganar el Mundial pudo mucho más. 

A finales del 2014, los dos dejaron todo lo que tenían: familia, trabajo, afectos y, con los ahorros juntados, compraron una Volskwagen Saveiro cero kilómetro. Entre la excusa de acentar el motor y conocer nuevos horizontes, se fijaron como primera posta, Brasil. Allí pasaron gran parte del verano, trabajando en las playas y disfrutando del clima tropical hasta el final del otoño. En todo ese tiempo fueron modificando la parte de atrás de la camioneta, que pasó a ser una especie de sofá-cama espacioso para dormir en el vehículo y ahorrar las noches de estadía.

“Hubo etapas del viaje en el cual nos tuvimos que quedar entre tres y cuatro meses trabajando en algún lugar para juntar dinero y hacíamos todo lo que estaba al alcance para ahorrar. Pero muchas veces la misma gente que nos daba trabajo nos ofrecía alojamiento a muy bajo costo o gratis”, confesó la joven emprendedora, que cuando llegó este año a Rusia se puso a vender gorritos del Mundial a 1000 rublos (unos 500 pesos argentinos) para solventar la estadía. 

Teniendo en cuenta que la Saveiro blanca que compraron era “0 km” cuando salieron de Argentina, apenas le tuvieron que hacer un service a los 12 mil kilómetros. Un viaje de manual…

“En Brasil adoptamos a Rocko, que tiene tres años y nos acompañó cuando empezamos a subir por América y nos cruzamos a Europa”, siguió narrando en contacto con este diario la apasionada hincha de la Selección Argentina en alusión al perro Pitbull, que además de imponer respeto por si algún osado quiere molestar a la pareja en el medio de la ruta en algún paraje nocturno, suele dormir entre ellos como un integrante de la familia en el asiento de atrás del vehículo. 

“Llegamos hasta acá con él trabajando en casi todos los países que recorrimos. Nos pusimos como meta llegar a Rusia en 2018 y lo logramos. El perro se porta re bien y, si tenemos que dejarlo con alguien para entrar a la cancha, está acostumbrado: o se queda solo en la camioneta o se queda con alguna persona. Es muy sociable”, explicó la mendocina. 

Como ellos, cientos de compatriotas dejaron la rutina establecida en Argentina empujados por la pasión que despierta el equipo de fútbol y la camiseta celeste y blanca. A partir de ahora habrá que esperar una recompensa mayor por parte del equipo, a semejante entrega de un pueblo futbolero que añora volver a festejar un título en cuatro años...

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