La tarde en que el Country fue un Caribe Pincharrata con variedad deportiva

Alrededor de la pileta, los socios albirrojos tuvieron actividades para seguir de cerca; entre ellas, una exhibición boxística de ambos sexos. Gran jornada de sol y salud

El profe de boxeo, Rocky Bustos, no tiene la fama ni el 1% de los éxitos del Cholo Simeone, aquel DT que en 2006 dio la gloria a todos los Pinchas. Sin embargo,  a la hora de preparar a sus deportistas, se le parece en el pensamiento: “Al juego del fútbol lo relaciono con el boxeo, siempre hay un momento en el que alguien transmite miedo en los ojos y en el cuerpo. Quizás, darle miedo al adversario consiste simplemente en que este sienta que uno no tiene miedo” (textual del libro Creer, biografía de Diego Pablo Simeone).

El último domingo de enero le tocó al deporte de los puños mostrarse ante toda la masa societaria e invitados que aprovecharon la esplendorosa pileta de Estudiantes en el Caribe (perdón…), en City Bell… Sucede que es casi una isla, un lugar soñado, una suerte de costa alejada de los caños de escape y de los ruidos, donde los pájaros y el verde son el remanso para tantos Leones.

Los 30 grados no impidieron la puntualidad y a las 17 apareció la primera pelea de exhibición. Un hombre y una mujer, como Adán y Eva, pero no solos: alrededor del improvisado ring se amontonaron 200 curiosos. 

En ese “clima” en el que todos andaban empapados de sudor, el solo hecho de entrar en calor transformó los pómulos de Silvia Bergos (35) y Gerónimo Peris (24) en color escarlata. Pero la juventud de la vida y hacer lo que a uno le gusta no saben de meteorología adversa. “Me gusta estar acá, mucho más en verano, pero durante el año entreno en la sede, que es mi segunda casa”, afirmó a este medio el púgil Fabián Falcón (22).

De repente, se organizó un round exclusivo para las cámaras de diario Hoy. Dos muchachas recibieron el llamado de Rocky: “Entran ustedes, despacio, no se olviden de que es una exhibición”. Florencia Olgiatti (19) y Martina Passaretti (18) se trenzaron fuertemente, bajando un poco el ritmo recién cuando a una de ellas se le soltó la cinta con que se ató su larga cabellera.

No fue solamente una tarde de guantes, vendaje y suaves movimientos de cintura para los esquives. A pocos metros se armaron dos canchas de fútbol-tenis, una de vóley, clases de baile, todo bordeando esa pileta, que es una maravilla de las tantas que sabe ofrecer el León.

El boxeo no sabe de cuentos, es para guapos

De charla en charla con los deportistas del duro mundo del boxeo, debe rescatarse la historia de Gastón Suárez, el berissense que es pupilo de Luis Rivera en CF El Cruce y que ayer fue uno de los invitados especiales. A los 28 años, luego de haber llegado a una final mundialista en Brasil, este supergallo contó cómo es una semana suya, combinando familia, trabajo y deporte. “Buscaré este año otra oportunidad, pelear por un Sudamericano. Trabajo en el Hospital de Berisso como enfermero de terapia intensiva y hago guardias extras en Bomberos de YPF. Cuatro días a la semana tengo 18 horas laborales de corrido y, si bien tengo cuatro días seguidos de descanso, ahí tengo unas seis horas en el Hospital”.

Un ejemplo de sacrificio y conducta, que se inició a los 14 años en el boxeo, al tiempo que ya era un destacado atleta que se subía a los podios de las maratones en la región. “Agradezco a mis padres,  que no son gente pudiente y estuvieron ayudando de la mejor forma”, se despidió el Pigi.

Coquito Sequeira pasó a saludar a los viejos amigos

Uno de los jugadores que surgió de las Juveniles del Pincha, Javier Sequeira, nacido en Berisso, fue uno de los que ayer siguió de cerca la movida boxística. “Coco fue uno de los que estuvo entrenando cuando nos iniciamos”, acotó un alumno de la Escuela de Boxeo, que también recordó al hoy jugador profesional Pincha, Emi Ozuna.

Sequeira observó los primeros rounds, saludó, y luego partió junto con su familia. 

A veces, no es tan sacrificado…

El doctor Rivera es una de las figuras del boxeo local en base a sus largas luchas como organizador de veladas y en los últimos años como “concertador de combates” para la empresa Arano Box. Ayer disfrutó como siempre, feliz de estar en el ambiente, pese a que había viajado toda la madrugada desde Bragado, adonde llevó a pelear a un boxeador santafesino. 

“Cuando terminó la responsabilidad profesional, hicimos un asadito a la orilla de un lago”, confesó Luis, quien, por supuesto, hizo un poco de nado en la pileta albirroja.

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