Lo ganaron con el VAR y es un golpe a la ilusión

En un partido de mucho roce, como había anticipado el preparador físico Luis Martín con diario Hoy, la Selección perdió 2 a 1 con Arabia Saudita. El equipo marcó cuatro goles en el primer tiempo, pero le anularon tres. El sábado juega con México y no hay margen para el error.

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El preparador físico platense Luis Martín había advertido que el partido con Arabia podría resultar muy físico y luchado. Y no se equivocó…

La Selección Argentina sufrió una durísima derrota en el primer partido del Mundial, dejó atrás un invicto histórico y pasó de ser noticia por los elogios que recibía en la previa, a la sorpresa que causó el resultado. Ahora bien: ¿perdió bien Argentina?

El partido fue muy distinto en el primer tiempo que en el segundo. Arabia Saudita especuló de forma temerosa, y a los tres minutos el arquero Al Wais le tapó un remate a Messi que había capturado un rebote y no definió con la contundencia que suele caracterizarlo.

El equipo árabe fue muy superado en los primeros minutos y apeló al juego brusco y físico que había anticipado el Profe Martín. Pegó como lo hicieron los africanos de ­Camerún en el Mundial 1990, y condicionó el juego de Argentina durante una buena parte del partido.

Un penal a Paredes luego de un córner de la izquierda le permitió a Messi cortar el maleficio del Mundial pasado cuando había errado un disparo de la misma característica pero ante Islandia.

Argentina creció en el juego, pero sintió el roce y las faltas del rival. Arabia Saudita logró superar el huracán en el medio del desierto y con sus jugadores metiendo y raspando en toda la cancha empezó a soltarse un poco más.

La Selección Argentina nunca cambió su libreto: intentó manejar la pelota para crear espacios, pero cuando no los encontraba abusaba del pelotazo de Paredes o De Paul para Di María, Messi o el Papu Gómez, que cayeron en la trampa del entrenador del rival.

Como lo hizo César Luis Menotti hace más de 45 años, la defensa del rival de Argentina jugó al límite y se paró muy adelantada. Sin embargo, los delanteros nacionales, incluso Messi, quedaron unos centímetros por delante de los permitido.

En el contexto de un Mundial tecnológico, a instancias del VAR le anularon tres goles a Argentina, que sumando el que ya había hecho Messi de penal se hubiera ido ganando 4 a 0 en el primer tiempo.

Cada gol anulado a la Selección era una nueva esperanza para los árabes, que se apoyaron en la destreza de Mohammed Kanno y de Al Wadsari para dejar mal parados a Tagliafico y a Molina.

El equipo nacional sintió el balance que suele aportarle Lo Celso y en el segundo tiempo se vino abajo.

De entrada, un gol a los tres minutos cayó con un baldazo de agua fría para un equipo que no tuvo respuestas anímicas ni físicas.

Con más de medio estadio alentando (los árabes fueron en gran número al primer partido de su Selección en Catar) Al Wadsari clavó un golazo al ángulo que dejó sin reacción a un Emiliano Martínez, que no mostró la misma solvencia que había tenido el año pasado en la Copa América.

Entre nervios y desesperación, la Selección se fue gastando la última cuota de crédito que tenía en el partido, pero Arabia ya estaba agrandada y segura, y hasta pudo marcar un gol más.

Inesperada derrota para un equipo que cayó en la trampa de jugar al límite con el offside y que fue víctima de fallos milimétricos que hubieran cambiado radicalmente la historia del partido.

Si a la Selección le hubieran convalidado al menos uno de los tres goles que le anularon, la historia hubiera sido otra.

Ahora no hay margen para lamentarse. Hay que ganarle a México el sábado para seguir soñando con el Mundial.

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