Los Triperos colmaron el Bosque y le dieron un marco excepcional

El estadio Juan Carmelo Zerillo lució repleto de hinchas del Lobo, que recibieron al equipo con banderas, papeles y humo azul y blanco. La gente hizo su fiesta

Desde que Facundo Sava arribó a Gimnasia, el recuerdo del clásico del antifaz en 2000 cobró protagonismo en el mundo albiazul, a tal punto que se esperó el partido de ayer para vivirlo de igual manera. Es por ello que los hinchas Triperos fueron a la cancha con una sensación especial y disfrazaron el Bosque como pocas veces. Incluso, en la semana, miles de hinchas se hicieron socios para decir presente en esta cita.

Desde temprano, la familia del Lobo se acercó a las adyacencias del estadio Juan Carmelo Zerillo. Muchos aprovecharon el hermoso día para almorzar en los puestos de la avenida que desemboca en el Monumento, como para empezar a vivir la previa.

Más allá de unos pocos incidentes, que se produjeron porque algunos quisieron ingresar sin entrada, la convocatoria se dio con total normalidad.

El grueso de la hinchada, mientras se acercaba la hora del cotejo, empezó a repartir las banderitas que le dieron un marco impresionante al escenario. Cada rincón fue copándose de simpatizantes que llevaron sus camisetas, gorros y toda aquella indumentaria en representación de Gimnasia.

Los cánticos se iniciaron varios minutos antes, y el clima fue en aumento hasta que el equipo salió a la cancha por la boca del lobo, mientras los papelitos bajaron de la tribuna Centenario y los humos albiazules entraron en escena para dibujar un marco muy emotivo.

El Colo fue el más ovacionado, junto a Fabián Rinaudo. Pero luego, durante el desarrollo, los gritos de aliento y guerra se los llevó Facundo Oreja

Asimismo, el griterío en contra del Pincha, especialmente para Mariano Andújar, fue uno de los más reiterados de la tarde, aunque en definitiva la gente armó una verdadera fiesta, a la que solamente le faltó la victoria.