Luciana Angiolillo, la taekwondista de oro que sueña con Tokio 2020

En su visita a este medio, la deportista platense, que brilló al ganar el Torneo Nacional de la disciplina, repasó el logro obtenido y confesó sus expectativas de cara a los Juegos Olímpicos 

Cuando me rompí la rodilla en 2014, pensé en dejar lo que más amo”, expresó, melancólica, Luciana Angiolillo. En los últimos días, la deportista platense se ubicó en lo más alto del taekwondo: tras dos peleas intensas (categoría 62 kilos), Angiolillo se consagró campeona en el Torneo Nacional, que se llevó a cabo en el microestadio del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) y contó con la presencia de más de 550 atletas compitiendo en representación de sus provincias. 

De La Plata, y con apenas 23 años, Luciana cerró un año fantástico, que la tuvo brillando una vez más en los Juegos Universitarios, esta vez en Taipéi. Además, cabe marcar que la joven campeona está culminando su tercer año en la carrera de Educación Física, en la UNLP, la cual lleva con esfuerzo y compromiso.

La integrante del seleccionado argentino entrena tres veces por semana en el Cenard y, además, lo hace en el Club Unión Vecinal, al cual representa en distintos torneos. “Me levanto 5.40 para tomar el micro o tren, y así llegar a tiempo a entrenar a Buenos Aires”, contó Luciana, que demuestra día a día que, con esfuerzo, todo se puede.

Feliz y consciente del logro obtenido, la taekwondista visitó la redacción de este medio con la medalla que supo ganar y expresó sus sensaciones, contó anécdotas y habló sobre su sueño de formar parte de los próximos Juegos Olímpicos.

—¿Cuál fue la clave en la obtención del oro?

—Fueron dos peleas. En la primera gané sin quedar conforme. En la segunda me sentí cómoda, estuve concentrada y triunfé bien. Estoy muy feliz por cerrar 2017 de esta forma.

—¿Cómo es tu vida?

—Para ir al Cenard voy en colectivo o tren, son tres horas de viaje. Salgo de casa antes de las 6 para no perder el colectivo (risas). Otros días  entreno en Unión Vecinal y, además, curso el tercer año de Educación Física en la UNLP.

—¿Qué balance hacés de este año?

—Arranqué pensando en un cambio en mi vida desde lo mental y fue muy favorable. Estoy muy feliz por cómo se dio todo y agradecida por cada logro que se me fue dando.

—¿Cuánto tienen que ver tus padres?

—Son muy importantes, fundamentales en mi vida. Ellos me apoyaron desde chica. Cuando me lesioné gravemente, hace tres años, pensé en largar todo, pero no bajé los brazos.

 —¿Cuáles son tus próximos objetivos?

—Voy a prepararme para las competencias de 2018, entre las que se destacan los Juegos Sudamericanos de Bolivia, además de una gira por distintos países. Voy a volver a mi categoría olímpica (57kg) y apuntar a los Juegos de Tokio 2020.