Nueva Alianza, 30 años de historia y un mensaje cada vez más claro: la diversión
“El fútbol no es más que fantasía, dibujos animados para mayores”, escribió Osvaldo Soriano. No obstante la genialidad, nos permitimos abrir un paréntesis, para aclarar que en el caso de los chicos se requiere de un trato nada fantasioso, sino realista: no tomarlos como jugadores, aunque parezcan serlo.
Asociación Nueva Alianza realmente los alivia, y nos dio a quienes hacemos El Clasiquito la seguridad de estar en el camino correcto. En el salón “César Sebastianelli” (en homenaje a un presidente que le dio un impulso fenomenal en los ’90), se oyen frases claras: “Si no entendemos que hay que ayudar al de al lado, estamos cocinados”. En ello tiene que ver que Alianza ya no sólo está formado por jugadores del casco urbano platense, ahora está en el corazón de los chicos de su periférica barriada El Retiro.
Marcos Caminos tomó la coordinación y reconoce que “se sumaron muchos padres”, gracias a una fórmula que da menos triunfos pero más unión grupal: “en cada entretiempo metemos los 4 cambios”, dijo el ex jugador campeón con Cambaceres, una hazaña en 1ª C (‘98/’99) donde ganaron los dos torneos en forma invicta.
Como en “Polémica en el Bar”, famosa tira televisiva, por ese quincho de la institución pasan las intergeneraciones, toda gente querida de las andanzas de la Liga: José Spoto, Jorge Maidana, Daniel Medina, Leandro Rinaldi, Fernando Tarabini…
En tiempos de corrupción, no es menor que las cuentas claras conserven la amistad: “Cuando les cobrás 10 pesos y ven que vuelven al club esos 10, se copan”, afirmó a Hoy un alto dirigente.
Aquí están los duendes de una gloria mundial como “El Cañoncito” Varallo, tío de Jorge Cruz Varallo (un 10 de sintonía fina que jugó desde la ’72 hasta la Primera Liguista con la albinegra).
Aquí nació un Juan Martín Turchi, que hace 20 años debutaba profesionalmente en un Estudiantes del Profe Córdoba (un gol de cabeza a Argentinos Juniors, nocturno, arco de 55). Aquí construyó su perfil de futbolista un tal Axel Clazon (que de ANA marchó al semillero de Vélez, fue a River y llegó a ser capitán en la Reserva, aunque su debut en 1a lo disfrutó en Platense).
Aquí se jugó el primer Mundialito de LISFI en el verano del ’96, siendo la cancha de Alianza –aún sin paredón perimetral- una de las cuatro subsedes, y participando con la ’81, donde jugaba de “4” el pibe Romá, hijo de un vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Aquí podríamos seguir escribiendo miles de anécdotas graciosas y con gusto a hazaña deportiva, pero dejaremos de escarbar en el archivo hasta que llegue la próxima visita. Que con el mismo misterio que tienen los goles, uno nunca sabe cuándo nos tocará. ¡Hasta la próxima vez, Albinegros!