¿Todo pasa?
Joseph Blatter fue reelegido en la FIFA en medio de un escándalo mundial que sacude de lleno al gobierno kirchnerista. Las relaciones de los implicados con la administración K. Allanamientos que complican aún más al oficialismo
El fallecido expresidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, estableció una frase que quedó grabada en la memoria nacional, como lo es “todo pasa”, que lucía orgulloso en un anillo en una de sus manos, mostrando el desparpajo con el que se conducía desde lo más alto del poder del deporte favorito de los argentinos.
El estruendo que significaron las investigaciones que se vienen realizando en los Estados Unidos y Suiza por las cuentas de la FIFA y los sobornos cobrados por dirigentes de la institución para la organización de los mundiales 2018 en Rusia y 2022 en Qatar, no impidió que Joseph Blatter haya sido ayer reelegido por un nuevo período de 4 años al frente del organismo.
La hecatombe que devasta en su interior a la FIFA, sacude fuertemente al fútbol argentino y roza de lleno al gobierno kirchnerista, quien desde el año 2009 viene solventando a la AFA con dineros públicos a través del controvertido programa Fútbol para Todos, manejados hoy por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que a la vez se desempeña como presidente del club Quilmes.
Según el informe del Departamento de Justicia norteamericano, el durante 35 años mandamás del fútbol nacional, Julio Humberto Grondona, habría recibido en 2013 quince millones de dólares de coima por la comercialización de las Copas América de 2015, 2016, 2019 y 2023.
Pero no sólo Grondona está involucrado en estos hechos oscuros, sino también personas muy ligadas a la AFA y al gobierno nacional, como lo son el CEO de la empresa Torneos y Competencias (TyC), Alejandro Burzaco, y los dueños de Full Play, Hugo y Mariano Jinkins, quienes siguen prófugos de la Justicia y hacen peligrar la “inocencia” que proclama a cuatro vientos el oficialismo.
Socios peligrosos
Torneos y Competencias es socia del gobierno kirchnerista a través de los servicios que desde el Ejecutivo se contrata para la producción de los partidos de la B Nacional y de los partidos de Primera División que se emiten por alta definición.
Cuentan los que transitan los pasillos de la Casa Rosada, que Burzaco era habitué de los despachos de muchos funcionarios, principalmente los de la Jefatura de Gabinete que hoy conduce Aníbal Fernández, y que sus consejos para mejorar la televisación del fútbol eran tenidos en cuenta debido a la experiencia que había adquirido la productora a lo largo de los años en el manejo del mundo televisivo.
En el día de ayer y por orden del juez federal Claudio Bonadio, la sección Fugitivos del Departamento Interpol de la Policía Federal, realizó sendos procedimientos en las empresas TyC y Full Play. El objetivo de los mismos fue buscar documentación e información que permita conocer los movimientos de las tres personas. Los investigadores apuntan a las finanzas e indagan sobre posibles tarjetas de crédito corporativas.
Los implicados están acusados de haber pagado sobornos a dirigentes de la FIFA para quedarse con la organización y transmisión de las principales competencias deportivas, entre ellas la Copa América que se realizará las próximas semanas en Chile.
Burzaco y los Jinkins afrontan dos juicios distintos: por un lado, el juicio de extradición, que quedó en manos del juez Claudio Bonadio luego de que la cancillería recibiera el pedido y le diera curso a la Justicia; por otro, la denuncia de la AFIP, que recayó en el Juzgado Penal Tributario Nº 2, a cargo de Diego García Berro.
El gobierno mientras tanto se hace el distraído como si nada de lo que está ocurriendo lo tocara. Resulta incomprensible también la actitud tomada por Aníbal Fernández, que niega cualquier clase de relación de la administración nacional con TyC y con las decisiones que se toman en la máxima institución del fútbol argentino.
Los intereses que se mueven alrededor del fútbol se han incrementado en los últimos años. En Argentina puede verse clubes en la miseria, a la vez que se ve una AFA con dirigentes millonarios, y que amenaza ahora con explotar por los aires tras una denuncia de corrupción con consecuencias impredecibles, demostrando que nada pasa, sino que todo acto tiene consecuencias en la vida.
Operativo lavado de imagen
Siguiendo con las instrucciones precisas que desde el propio gobierno nacional se les bajó a los dirigentes futboleros, la AFA votó en el día de ayer en contra de la reelección de Joseph Blatter al frente de la FIFA hasta el 2019.
Antes de que estallara el escándalo, a casi nadie le quedaban dudas de que los dirigentes de la AFA iban a mantener su posición histórica y acompañar la postulación de Blatter.
Sin embargo todo cambió y según cuentan allegados a los dirigentes del fútbol nacional, un llamado recibido desde la Casa Rosada los obligó a cambiar de planes y a apoyar la moción de la UEFA de pedir el fin de ciclo de Blatter, como una forma de iniciar un maquillaje superficial que sirva para lavar la imagen de una institución que ha sido vapuleada por la opinión pública tras el paso de Julio Grondona por el poder. Desde el gobierno se busca darle a la AFA un nuevo perfil, menos autoritario y más abierto a la sociedad, más que nada por las críticas que despierta en distintos sectores de la población el oscuro manejo de los fondos del Fútbol para Todos.