Viejos son los trapos

El fenómeno de los jugadores de más de 35 años que desafían el paso del tiempo y extienden el promedio de longevidad en el fútbol

Ayer fue Zlatan, el sábado había sido el Pepe Sand y la lista puede seguir de manera interminable. Cada vez más son los futbolistas que se destacan en el primer nivel del fútbol local y mundial, acreditando el fenómeno de la extensión de la longevidad en el deporte, producto de la nutrición, la evolución de los entrenamientos y el avance de la medicina para tratar lesiones.

Hace 26 años Roger Milla se convirtió en un extraño caso por haber jugado un mundial con 42 años. Nació el 20 de mayo de 1952 y llegó a la Copa del Mundo de Estados Unidos en muy buen estado físico. Era una verdadera rareza.

Ahora los jugadores, en líneas generales, son más grandes físicamente (el promedio de estatura supera ampliamente a los del siglo XX) y además han extendido la brecha de edad promedio de un profesional, que oscila entre los 20 y los 40 años.

Ayer, Zlatan Ibrahimovic, con 39 años recién cumplidos (nació el 3 de octubre de 1981), marcó el gol del triunfo a poco del final con una media chilena para el Milan en la victoria 2 a 1 ante Udinese de visitante. El equipo de Zlatan es el único puntero de la Serie A italiana y el sueco es el único goleador del campeonato con 7 tantos en 6 partidos jugados, en un torneo en el cual también participan otros delanteros más chicos que él como Ciro Immobile (30) o el mismísimo Cristiano Ronaldo (35).

En Argentina, José Sand, que nació el 17 de julio de 1980 y tiene 40 años, marcó el único tanto de Lanús en la derrota con Boca. Y también durante el fin de semana estuvo en el tapete Santiago Silva (39) por haber sido “retirado” implícitamente de la actividad tras recibir dos años de sanción por parte de la AFA.

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