ENTREVISTA

Agustín Dettbarn presenta Desnudo, su nuevo EP

El músico platense dio inicio a su año musical con el lanzamiento de su nuevo obra: un disco opuesto pero a la vez complementario a Vestido, su primer material discográfico.

Agustín Dettbarn es un guitarrista, compositor y vocalista de La Plata. A lo largo de los años, formó parte de diversos grupos con los que lanzó trabajos discográficos. Entre ellos, se destacan Inside (2007) y Cinemática (2006), con quien participó en el disco tributo a El eternauta titulado Los ellos (2011). Además, fundó la banda Esa Extraña Forma, con la que dio pasos fuertes en la escena local y regional. En 2019 empezó a componer su material como solista y se presentó en vivo bajo el nombre El Día que la Dejó Carlos.

Durante 2020 amplió sus métodos de composición y en 2021 lanzó Vestido, su primer EP conceptual. El 2022 lo encuentra presentando Desnudo, su segundo EP en plan solista.

Saliendo del formato banda de su trabajo anterior, Desnudo se planta con una sonoridad más acústica y despojada, con elementos provenientes de la guitarra criolla y la voz. Músicos invitados colaboran con el clima más íntimo de estas canciones, como Pablo Matías Vidal en voz, Fran Cadierno en cello y Nahuel Acosta en contrabajo.

Sobre este nuevo trabajo, el músico expresó: “Estas canciones son las que canto en casa cuando estoy solo, las que, como muchas otras, salen desde la búsqueda de la guitarra y se mantienen en estado puro, con producción y arreglos que buscan justamente reflejar la intimidad que mantienen, la búsqueda de mantener las bases de la canción misma. Hay historias ficticias, retazos de mi vida personal y fundamentalmente la consigna de seguir, de hacerse cargo, de soltar lo que debe irse e ir a buscar lo nuevo que llega”.

En diálogo con este multimedio, el músico platense brindó detalles sobre su nuevo EP y las próximas fechas de presentación en vivo.

—¿De qué trata este nuevo trabajo?

—El EP se llama Desnudo y se hizo al mismo tiempo que el EP anterior, que se llama Vestido. Fue un plan global, es decir, yo tenía ocho canciones, cuatro de las cuales estaban producidas en banda y con otros instrumentos, y con algunas cositas más distintas a la hora de cantar. Incluso hubo alguna que otra pista electrónica dando vueltas, y de eso se trató Vestido. Las otras cuatro canciones estaban en plan acústico, más despojadas, y fueron producidas casi 100% con guitarras y voces. Entonces, de ahí vino la cuestión de Desnudo. Se me separaron las aguas y quedaron esas dos ideas. La preproducción de Vestido y Desnudo fue en 2020 en mi home studio que monté durante la cuarentena, viéndome en la necesidad de hacer música. Después todo ese material se lo llevé a Matías Olmedo, músico y productor que tiene un estudio que se llama El Zumbido, y él se acopló como productor, así que terminamos de hacer la producción juntos.

—¿Cómo te influyó la pandemia al momento de componer y pensar los discos?

—La pandemia me obligó a mirar un poco para adentro y ver qué me estaba pasando a mí con todo lo que estaba haciendo. Y también, durante la pandemia se dieron una serie de situaciones que me llevaron a decir basta con algunas cosas que estaba haciendo. Puntualmente con lo profesional. Necesitaba más tiempo para mí y tenía cosas no resueltas con la música. Tenía pendiente encarar algo solista con la música, expresar cosas que quizás no se hallaban en las bandas que había tenido, y todo eso se volcó, sobre todo, en Desnudo, que es la parte que salió después porque yo me encontré con que tenía que cerrar etapas para poder abrir etapas nuevas. Entonces, a principios de 2021, me replanteé lo profesional y fue un paso difícil de dar. Así que toda esa introspección se volcó en las letras, sobre todo en el aspecto de mirarme mucho a mí, en mi historia hasta acá y en lo que ya no iba a estar más y en lo que era para seguir. Eso es lo que hizo la pandemia: me obligó a soltar cosas y a plantearme otras. Eso está en las letras.

—¿Qué significan para vos estos discos?

—Los discos son las dos caras de lo que soy yo. Vestido tiene algunos elementos en los cuales se cobija o con los que se protege para narrar las historias, incluso historias inventadas que son referencias de otras historias de uno, mientras que Desnudo es la otra cara, la canción más pura. Es como decir: Bueno, este soy yo con la guitarra, esto es lo que hago en mi casa cuando estoy solo. Esto es lo que hice en mi intimidad mientras el mundo explotaba afuera.

—¿Cuál es la canción que más te gusta de todo este trabajo?

—La canción que más me gusta de las que han salido hasta ahora es Erre ce. Es la primera canción que saqué como solista y está en Vestido. Es una canción que salió del taller de composición La Trama Panal, a cargo del músico Pablo Vidal. Se logró durante la que fue la última actividad del taller, que se planteó como una suerte de amigo invisible. Te tocaba uno de tus compañeros de taller, porque era una actividad grupal, y tenías que hacer una canción. A mí me tocó con un amigo que se llama Agustín Ramos Costa (de ahí viene RC, que es el baterista de La Teoría del Caos). Con Agus nos hicimos cercanos durante ese tiempo y compartimos cosas durante el proceso creativo en las que él me apoyó, así que la canción es un agradecimiento para él y es el relato de las charlas que teníamos, de los obstáculos que yo tenía y tengo todavía. Además, en esa canción también incursioné en la cuestión de rapear y de charlar un poco la canción. Me sentí cómodo con eso y me llevó a otros lugares después. Es una parte de mi música que antes no existía y no pensé que fuera a estar, porque nunca pensé que yo de repente podría estar rapeando en una canción. Me parecía un universo totalmente ajeno a mí y eso apareció durante esos días. Con esa canción, también, tengo una historia muy linda porque la mandé al primer Festival de la Canción Argentina y un día me llamaron para decirme que era finalista y la canté con banda en el Teatro Astral durante una gala.

—¿Cuáles son los artistas que te influyeron en estos EP?

—De forma indirecta o directa, el Flaco (Luis Alberto Spinetta) y Gustavo Cerati están siempre. Pero puntualmente con estas últimas canciones aparecieron otras cosas. Descubrí a Childish Gambino (Donald Glover) con especial atención en los discos y los detalles de la producción. Lo mismo me pasó con Billie Eilish, que la escuché durante toda la pandemia para la producción de lo que fue, sobre todo, Vestido. Ellos fueron importantes. También Dante Spinetta, que me voló la cabeza con el Niguri Session. La escuché mucho a Nathy Peluso, que me parece una artista increíble y la sigo en cada cosa que hace por lo que canta, por lo que compone y lo que interpreta.

—¿Tenés fecha para próximas presentaciones en vivo?

—El 16 de junio voy a estar en Mamita Bar, Colegiales, y el 17 junto a Facu Keiliff en el bar D78 de La Plata.

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