entrevista

Alain Hernández: “Lo mío es una vocación que me he encontrado por el camino”

El actor catalán debuta con un papel protagónico en una serie diaria como Jesús de la Reina, el heredero de una de las perfumerías más importantes de España.

Ya puede verse en Antena 3 Internacional Sueños de libertad, su nueva serie para las tardes de lunes a viernes, en reemplazo de la icónica Amar es para siempre, que se despidió de las pantallas.

Sueños de libertad es protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, junto a un gran elenco. Narra el viaje de Begoña Montes, la protagonista que, atrapada en un matrimonio tóxico, buscará la ansiada libertad. En exclusiva para Argentina, hablamos con Hernández para conocer detalles de su trabajo y la propuesta.

—Antes de empezar a hablar de este proyecto que acaba de estrenarse en la pantalla de Antena 3 Internacional y AtresPlayer te voy a hacer una pregunta que te va a llevar a tus comienzos, ¿siempre tuviste en la cabeza la idea de ser actor?

—No, la verdad es que no y rotundamente no. O sea, lo mío no es una vocación desde pequeñito, sino que es una vocación que me he encontrado por el camino. Yo lo que pensaba era seguir con el negocio familiar, con la empresa familiar y de hecho estudié una carrera de Marketing y Relaciones Públicas para aplicarlo a la empresa familiar. Y bueno, de aquellas cosas que uno necesita airearse un poco, de todo lo que se está, me puse a estudiar teatro, un curso como algo más exacto para a airearme como hobby. En ese momento tampoco pensé que yo llegaría a ser actor y fue mi profesor de ese curso, cuando yo le pregunté qué hago. Porque esto me gusta mucho, pero tengo este dilema de continuar con la empresa familiar, que es lo que se me pide o lo que me pide el destino. Y entonces el profesor me dijo rotundamente que yo tenía que ser actor, que era una lástima que el mundo de la interpretación se perdiera un actor como yo, eso fue lo que me impulsó. Porque alguien que se dedicaba tanto a esto me pudiera decir eso tan directamente. Empecé a estudiar arte dramático y antes de acabar esos tres años ya estaba haciendo cosas en las televisiones locales, cositas de teatro, entonces iba haciendo mi caminito, mis cortometrajes con las escuelas de cine. Fueron básicos también de apuntarme yo en la base de datos de actores y actrices para hacer cortometrajes con los chicos que estudian dirección de cine. Eso fue básico para ir entendiendo lo que es un set de rodaje, la cámara, donde tenés que posicionar la importancia, de que estás en un equipo, que no eres tú solo, que tienes que estar en la marca. Es decir, tienes que estar pendiente de dónde está la percha de sonido, todas esas cosas de entender lo que es un set de rodaje y luego ya, pues, mira, no sé si la suerte o el destino fue que me han ido llevando por un camino ascendente, durante todos los años y yo he llegado aquí.

—Y tu familia, ¿cómo tomó la decisión?

—La verdad que en un principio un poco en shock. Yo le fui dando vueltas durante unas cuantas semanas de cómo decir eso, pero bueno, fue bastante fácil, porque en un principio lo fui compaginando con la empresa. Iba por las mañanas a trabajar a la empresa y por las tardes me iba a estudiar, hasta que sí que llegó el día. Pero yo ya trabajaba, me ausentaba del trabajo porque tenía un rodaje con un programa de televisión, pequeñas cositas, y ya veía que no sentaba muy bien. Hasta que ya un día, sentados en el coche, le dije a mi padre, que habíamos ido a ver unos clientes: papá me voy a intentar esto de ser actor y voy a dejar la empresa; y él no me miró, miró hacia adelante y solo me supo decir: ya eres mayorcito para saber lo que quieres. Se salió del coche y se metió en la empresa y yo me quedé temblando ahí en el coche, entonces sí que ahí empezaron unas semanas complicadas de aceptarlo. Mi madre, navegando ahí entre esas dos aguas, preguntándome: pero te lo has pensado bien, tu padre que se lleva un disgusto. Todos me lo echaban un poco en cara o con la actitud, pero bueno. Luego rápidamente cambiaron de opinión porque me vieron y sobre todo en Palmeras en la nieve, yo creo que fue la película que sirvió para que aceptaran todo.

—Bueno, por ahí te puede llegar a tocar interpretar en algún momento a algún empleado de una empresa familiar, y ahí es como que todo tiene que ver con todo…

—Bueno, de hecho, el personaje este de Jesús de la Reina, mi rol de Sueños de libertad, un empresario, muy buen empresario, aunque tenga un carácter déspota con los trabajadores, yo me identifico en esa parte de buen trabajador. De jefe ejemplar en cuanto a que es el primero que llega y el último que se va, que toma decisiones difíciles para la empresa, aunque sea pensando en su propio provecho o lo que sea. Pero él quiere lo mejor para la empresa, pero porque sobre todo quiere lo mejor para su familia, y entonces yo en eso sí que conecto y me identifico con él en esa parte.

—No es la primera vez que te toca cubrir un espacio que, sobre todo en la televisión española, tiene que ver con la ficción diaria que requiere mucho trabajo, ¿no?

—Es espectacular. Yo ahora he hecho una parte o un descanso para atenderte, pero es mucha la cantidad de hojas que tengo que estudiar. Yo me paso el día prácticamente en plató o en exteriores desde las 8 de la mañana, que dan motor para grabar y eso significa que yo me levanto a las 6 de la mañana cada día, y se acaba la jornada cinco y media seis de la tarde. Entonces, pues, llegas a tu piso sobre las 18:30 o 19 y entonces te tiras, pues, otras tres horas estudiando lo del día siguiente, y así al final las jornadas son de 13 horas. Llevo mucho peso con el personaje, tiene muchas tramas con muchos otros personajes con lo cual ya sabes que vas a tener mucha frecuencia en cada capítulo. Y yo lo llevo encantado, estoy contento y feliz de esta responsabilidad y de esta confianza que depositan en ti, para hacer un personaje tan clave en la serie. Pero, por otra parte, no se puede obviar que es mucha exigencia a nivel de estudio.

Noticias Relacionadas