entrevista
Alejandro Maci: “Es un relato que nos atañe aun en sus partes más oscuras”
La serie Santa Evita, uno de los contenidos más esperados del año, recuerda los amores y odios en torno a la gran líder política y espiritual del pueblo argentino.
Santa Evita, serie basada en el best seller homónimo de Tomás Eloy Martínez, sigue la historia del cuerpo embalsamado de Eva Duarte de Perón después de su muerte, el cual se mantuvo a la espera de ser enterrado durante tres años para la construcción de un monumento que nunca se concretó.
Protagonizada por un reconocido elenco internacional encabezado por Natalia Oreiro (Eva Perón), Ernesto Alterio (Coronel Moori Koenig) y Diego Velázquez (Mariano), más la participación especial de Francesc Orella (Dr. Pedro Ara) y Darío Grandinetti (Juan Domingo Perón), la dirección estuvo a cargo de Rodrigo García, quien también se desempeña como productor ejecutivo, y del cineasta, actor, director teatral y guionista Alejandro Maci, con quien habló diario Hoy para saber detalles de la propuesta.
—¿Cuáles son las sensaciones al lanzar la propuesta al mismo tiempo en todo el mundo?
—Estoy muy conmovido, porque es un proyecto que adoro, como a la experiencia profesional grupal. Un relato que leí en la década del 90 como mero lector y me había fascinado; ahora trabajo en esto. Atravesamos la pandemia, pudimos llevar adelante el relato y llegó a término. Estamos orgullosos de la calidad y ojalá la gente se magnetice tanto como nosotros, porque es una historia tan especial, que atañe a nuestra historia pero tiene un aspecto universal, de tanta manipulación hacia una mujer, de tanto dominio masculino.
—En el último tiempo le ha tocado trabajar en proyectos en donde la mujer está en el centro: su documental sobre María Luisa Bemberg, este relato, la adaptación de Teoría King Kong. ¿Cómo se conecta con el universo femenino?
—Me es natural, siempre he tenido una posición al respecto y a lo largo de los años me ha tocado ver rodajes altamente machistas y misóginos, donde esto no estaba en el centro de la cuestión. Tengo una mujer médica que ha vivido situaciones espantosas en su profesión, y cuando me conecté con María Luisa, ella bregaba en el desierto y esto no era moneda corriente. Creo que todo lo que está cambiando es para bien, no ha cambiado del todo, pero hace propicio algo más justo. Es natural que estas cosas fluyan a mi alrededor, porque honestamente es mi posición.
—La ficción no da respuestas, pero, ¿qué cree que Santa Evita ofrecerá a aquellos que vayan a buscar respuestas?
—Siempre aspiro a que un relato resulte provocador, que lleve a pensar y discutir. Uno no encuentra respuestas, no se trata de un libro de catecismo; es un relato que nos atañe aun en sus partes más oscuras.
—¿Cómo se piensa, desde la adaptación, la universalidad del relato?
—La novela por sí sola ha tenido una penetración internacional feroz, ha sido traducida a más de 40 idiomas. Es la novela más vendida de la historia de la literatura argentina por la peculiaridad de la historia que cuenta, porque no narra una biografía de Eva, trata un episodio de la historia argentina, a propósito, con posterioridad a la muerte de Eva, con la momificación de su cadáver y con un aspecto fetichista que despertó que es único en la historia de la humanidad, y se vuelve metáfora, refleja muchas cosas, como la brutalidad con el afán de dominio.
—¿Fue difícil la adaptación?
—Es un trabajo que realizó Rodrigo García con Marcela Guerty y Pamela Rementería, antes que me involucrara en el proyecto, con una antena puesta en la época, en el momento en donde nosotros contamos el relato, en qué significa, además, Santa Evita en 2022, en un mundo que ha puesto en cuestión esta visión patriarcal de la mujer, el cual este relato espeja, suscita, para que vean qué pasó con esta mujer libre, con pensamiento propio, autónoma, con una potencia que nadie pudo doblegar. Tuvieron que volver fetiche su cadáver para disputársela, para ser dueños de ella, y me parece que ahí hay un cuento, que no es solo argentino, sino que tiene un aspecto metafórico rico para cualquiera.
—¿Cómo vive la actualidad de las series?
—Uno tiene las antenas puestas para ver qué pasará con el audiovisual, que está en proceso de transformación, la irrupción de plataformas, la cultura de ver ficción en plataformas ha cambiado, se ha instalado algo distinto, la gente puede tener diferentes equipamientos para ver con claridad, las series han elevado su calidad, porque hay seis mil episodios para elegir. Es interesante que en nuestra tierra se abra espacio para creadores, equipos, productores. El aspecto positivo de la globalización de una historia como Santa Evita es que se verá en el mundo entero. Quiero saber qué repercusión tiene en esos lugares en donde la imagen de Eva y Perón es mínima, o es ninguna o es lo que sea, me parece que es una forma interesante de pensarnos a nosotros mismos.
—¿Por qué hay que ver la serie?
—Porque es un thriller magnético y el relato tiene una singularidad tal que a mí me ha hechizado, es una historia de una perversión y un vértigo que sorprende constantemente.