Álvaro Morte: “El cine es absolutamente necesario”

Con partes rodadas en Jujuy y las participaciones de Andy Gorostiaga, Selva Alemán y Daniel Aráoz, la nueva propuesta del actor español llega a los cines impulsada por su talento.

Recordado por encarnar al ­Profesor en La casa de papel, Álvaro Morte hace tiempo que está encarnando otros papeles y buscando un horizonte lejos del éxito de Netflix. En ese recorrido llegó a nuestro país para presentar Objetos, de Jorge Dorado, en donde interpreta a Mario, un nostálgico empleado de una oficina de objetos perdidos que se encuentra con una oscura historia. Para saber más detalles de la propuesta, en la que participa la argentina Eugenia Suárez, hablamos con el actor durante su estadía en el país.

—¿Cuán importante era para vos estrenar aquí?

—Pues es cerrar un poco el ciclo, la Argentina ha estado siempre presente en la película desde el primer momento. Parte de la película corresponde a Argentina. Hemos grabado en el país y es una alegría que después de todos estos meses por fin consigamos estrenar en Argentina. Estamos deseando poder compartir con todos vosotros lo que hemos hecho con tantísimo cariño.

—Objetos justamente habla sobre las personas utilizadas como objetos sin saberlo. ¿Qué reflexión tenés sobre puntualmente este tema de la película?

—Bueno, a mí había una cosa muy interesante de la película que es precisamente el contraste entre el universo de Mario, que es un personaje que efectivamente se preocupa de los objetos hasta el punto de casi llegar a humanizarlos, que se relaciona mucho más humanamente con los objetos que con otras personas, y, sin embargo, de repente se choca de frente con un entramado de gente que recosifica a personas, que trata a personas como objetos. Y de ahí el nombre de la película. Entonces, ese contraste a mí me parecía tremendamente interesante para empezar a escarbar. Creo que “Nacho” López, con todo lo que se desmenuzó en el guion, más luego el trabajo de Jorge, hacer el punto de vista sobre esos temas, no de una forma evidente, no subrayando, creo que hubiera sido más burdo. Creo que el tema es suficientemente grande e importante como para no tener que decirle al público, oye, mira aquí, sino que ya están.

—Hablaste de Mario, ¿cómo fue componerlo? Es un personaje misterioso, cuando arranca la película mucho no sabemos, a medida que va avanzando justamente entendemos esa dedicación que tiene por su profesión, algo que está por desaparecer, pero ¿cómo fue componerlo?

—Bueno, tuvimos mucha charla, Jorge y yo, una de las cosas que me apetecía de hacer este proyecto era precisamente el hecho de que nos conocíamos. Como ya éramos amigos y demás, es esa parte agradable de traerte el trabajo a casa, que puedas llamar a las 11 y media de la noche y decir: “Jorge, se me ha ocurrido esto, ¿qué tal si tiramos por aquí y por allá?”. Y efectivamente queríamos construir un Mario que tuviera algo especial, que fuera distinto. En el guion no estaba, no se definía que Mario acabara siendo como nosotros hemos intentado que fuera, más antihéroe que héroe. Nos interesaba mucho cómo, siendo un personaje que cuida los objetos rotos, intenta repararlos. Él es el primero que está roto y no se repara a sí mismo y necesita encontrarse.

Toda esta cosa de objetos perdidos, todo este universo, creo que está muy bien reflejado en lo que es la esencia del personaje de Mario, y empezamos a tirar desde ese hilo, un personaje que estuviera muy de espaldas a la sociedad, que le costara relacionarse abiertamente con la gente, pero que se encuentra con algo tan grande que, por otro lado, no es cobarde y se atreve a emprender ese viaje por muy grande que sea el enemigo al que se pueda enfrentar. Y ahí, digamos, arranca toda esa evolución que va a hacer el personaje, todo ese arco a lo largo de la película en el que no te digo que se acabe encontrando reparando del todo a sí mismo, pero sí que empiezas a ver que va limpiando cosas que tenía ahí como trabadas.

Nos pareció interesante, le propuse a Jorge que fuera un tipo no especialmente brillante, no especialmente inteligente, porque esa aventura que tienes que enfrentar de repente es más complicada si eres un tipo que roza la torpe, y nos pareció bien tanto a Jorge como a “Nacho” López, el guionista. Tiramos por ahí y luego hay una serie también de inspiraciones, como El jorobado de Notre Dame, La bella y la bestia, este tipo de héroe que sabe que tiene que salvar, o él piensa que tiene, que es muy distinto, él piensa, más allá de que la chica quiera o no ser salvada, él piensa que tiene que salvarla desde esta cosa torpe y que no sabe cómo hacerlo.

—Has tenido experiencias de rodar en otros idiomas. ¿Qué pasa cuando volvés a la lengua nativa? ¿Hay algo del cuerpo, de la palabra que se pone para actuar de otra manera?

—Yo creo que trabajar en otros idiomas lo que sí que te da es la oportunidad de romper tu estructura en cuanto a la línea tonal que se usa expresándote en castellano, hay cosas que cambian, dónde se hace hincapié en esta palabra, en aquella, si hablas en castellano o si hablas en inglés, y eso sí que es verdad que te hace, en cierto sentido, abrir la puerta a nuevas formas que luego puedes intentar acoplar al castellano cuando vienes de fuera, si has roto esas líneas tonales, ese dibujo que haces con ese texto, con esa interpretación, digamos como que es como verlo desde otro sitio y cuando vuelves otra vez ya no tienes solo un punto de vista. Te vas abriendo a verlo desde distintos sitios.

Noticias Relacionadas