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Atracción fatal, un clásico difícil de reinventar en tiempos contemporáneos

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV internacional, diario Hoy recuerda la película que ahora fue producida en formato de serie para la pantalla chica.

Hacia inicios de los 90 se dio lugar a una película llamada Atracción fatal, dirigida por Adrian Lyne. El filme daba cuenta de un thriller erótico que fue hecho con 14 millones de dólares y ganó más de 300. Además, estuvo casi 40 semanas en la cartelera alrededor de todo el mundo y contó con los protagónicos de Michael Douglas y Glenn Close.

Allí la actriz se pone en la piel de Alex Forrest, una productora de textos que vive una historia apasionada con él, un abogado casado, padre de una hija que se llama Dan Gallagher y tiene una vida tradicional. La noche de amor y pasión se repite, pero luego ella se obsesiona con su amante y todo terminará de la peor manera. Allí se vieron en jaque los parámetros de las buenas costumbres atravesadas por la pasión, la sexualidad, los trastornos psicológicos y un crimen que cambiará la vida de todos.

Esta suerte de entrega ya tenía antecedentes en otras como Psicosis y La llamada, donde el sexo era una línea que despertaba otras miserias y bajezas del ser humano. También en el caso de la película con dos gemelos interpretados por Jeremy Irons donde mantiene una relación muy unida rozando el incesto y ahora se replica en una serie protagonizada por Rachel Weisz llamada Dead ringers.

Ahora Atracción fatal volvió en un formato para la pantalla chica y el rol principal es llevado a cabo por Joshua Jackson, que se pone en el papel del abogado que trabaja en una institución pública para poder lograr el cargo de juez. A su vez, su esposa Annie se queda en la casa ocupándose de los quehaceres domésticos y cotidianos pero también de la crianza de su única hija llamada Elle. Allí pasan los días hasta que comienza un romance con la compañera de trabajo, Alex, y a partir de ese momento todo cambiará.

En estos inicios todo será con la picardía y algarabía de las aventuras sexuales que pueden fluir en la clandestinidad, pero, al igual que su antecesora en formato fílmico, las obsesiones estarán a la orden del día para hacer de las suyas. Así la mujer comenzará a mantener comportamientos erráticos que van a desencadenar una serie de desgracias por lo que acabará con su vida. Allí Dan será el responsable de cumplir unos años en la cárcel, quince más precisamente, y, al salir, querrá retomar la vida como antes. Sin embargo, todos sus seres queridos han seguido adelante con sus existencias. De esta manera, Annie se ha vuelto a casar con un hombre que no sabe que Dan estará bajo libertad condicional. Por su parte, Elle ha crecido, ya cursa los estudios universitarios y tiene una lucha interna para retomar, o no, la relación con su padre. Es más, ha estado tan negada que confiesa a su terapeuta que su padre está con vida, es decir lleva años ocultando la realidad. Por su parte, Dan afirma que no mató a Alex y todo tendrá recorridos equivalentes a las luchas de género que se han ganado en esta última década. La diferencia es que aquí los personajes continúan después de la tragedia en un vaivén que muestra el antes y el después de una aventura de pasión y erotismo que cambiará sus vidas para siempre.

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