Ariel Winograd: “Dijimos pongámonos en los zapatos de nuestros personajes, no los juzguemos”

El rey de la comedia debuta en el universo de las series con una biopic sobre Guillermo Coppola, donde se describe cada uno de sus matices.

Coppola, el representante es la nueva serie de Star+ dirigida por Ariel Winograd y protagonizada por Juan Minujín, que analiza la figura del popular e icónico personaje que supo protagonizar situaciones particulares a lo largo de su vida. En exclusiva hablamos con Winograd para conocer más detalles de la propuesta.

—Lo que hiciste es una locura, una locura divertida que nos hace viajar en el tiempo, ¿cómo fue para vos viajar a los 90 y qué recuerdos tenías de esa época?

—El recuerdo mayor es Cara de queso, con lo cual fue volver a la película, pero desde otro punto de vista. Imaginar un Cara de queso con poder, pero que sigue haciendo las cosas medio atando como puede, digamos, y la verdad que fue un viaje en todo sentido. Primero porque es una década muy interesante que marcó mucho el exceso, la frivolidad, que se valía.

—Todo…

—Exactamente. Entonces un poco la idea era que funcionara como el representante no solo de Maradona, sino de los 90. Había como un juego a lo ¿Quieres ser John Malkovich?, querés meterte un ratito en la cabeza y viajar en este viaje, tipo ponete unos oculus y métete en este mundo de lleno. Y lo que pasaba era que estábamos todo el tiempo, porque en esta serie yo tuve el honor de trabajar con mi mejor amigo que es fotógrafo, se llama Federico Cantini, que ahora hizo la fotografía de Flaming hot, la peli de Eva Longoria, y vive en Los Ángeles. Cuando le dije: che, voy a hacer la serie de Coppola; me dijo: vamos. Y tenemos un nivel de potenciarnos en pelotudeces, era entrar e ir a jugar, ese era un poco el juego. Y nos pasaba todo el tiempo en el rodaje cosas, y decíamos qué pasa si ponemos un robot, o qué pasa si, cuando él está teniendo la escena de sexo, pongamos que se transforme en Venus, o la joda del comercial de Colbert. Había como todo el tiempo eso, era como tratar de que sea como un gran zapping para los que no vivieron esa época. Fue un juego que empezó con Juan también, estábamos todo el tiempo como diciendo: tenemos que construir un superhéroe, y ver cuál es el superpoder que tiene nuestro personaje. La parla, obvio, le tiene que salir todo mal y lo tiene que atar todo con alambre. Y cuando empezó a aparecer el vestuario de Julio Rulo, el makeup que hicieron los chicos, Loli y Marquitos, y el arte de Natalia Mendiburu ahí entramos. Y por eso también un juego por esto era todo como viajar ya directamente cuando entrás en el rodaje, entonces ahí ya tenés un punto ganado. Era muy divertido todo y todos están como jugando.

—¿Cómo fue convencer la Coppola?

—Bueno, esto fue al revés nosotros. Con Pol, Cabe Bossi y Maxi Lasansky, que son los chicos de Pampa, hace muchos años que teníamos ganas de hacer un proyecto juntos y ellos me traían algunos proyectos y era como que no encontrábamos. Un día me llamaron y me dijeron: Coppola, ¿qué onda?, y le dije: dale, vamos, ¿qué hay?, nada, me dijeron, está él. A partir de ahí nos empezamos a juntar con Mariana y Fer de Disney y empezar a pensar y, con los chicos, decir: bueno, ¿quién la va a escribir? Empezamos a ver distintos guionistas y surgió la idea de trabajar con Mariano Cohn y Gastón Duprat, que después también se sumó Emanuel Diez y se hizo una investigación. Se hizo como un desarrollo de qué anécdotas, historias, servirían para hacer estas mini películas, una serie de seis capítulos que no tenía que tener secuelas, precuelas. No hay nada, digamos, es como que eso para mí me gusta mucho, porque yo lo tuve más como una peli, en ese sentido. Y no hay una presión de tener que dejar un cliffhanger, sino un guion más que tenía su propio micromundo. Entonces la verdad que se fue construyendo, es un proyecto que nace hace cuatro años en el 2019. Empezamos con la pandemia, en el medio se siguió escribiendo. Entonces no se hizo corriendo, y ahí cuando tenés un poquitito más de tiempo, en el desarrollo de los guiones, que ya sabes que no va a estar Maradona, que no tenés que sacarlo después. Porque dijimos desde el principio que no se vea, para que sea Coppola, y Coppola cuando no está Maradona, él es Maradona. Es un poco la premisa entonces.

—¿Cómo se hace para mirar los noventa y no juzgarlos y construir el proyecto?

—Bueno, exactamente así, no juzgándolo. Para mí todo el tiempo lo que decíamos era que es muy fácil ponerte hoy y decir: che, esto está bien o esto está mal, porque hemos evolucionado como sociedad, digamos. Hay cambios culturales muy fuertes, que en ese sentido lo que nosotros dijimos es: siempre pongámonos en los zapatos de nuestros personajes, no los juzguemos, tratemos de entenderlos. Y yo, la visión que tengo es una visión desde la selección de cada canción que está en la serie. Tuve mucha libertad. Para mí fue un juego absoluto, o sea que me divertí muchísimo. Entonces tuve un equipo de gente talentosísima detrás de cámara y adelante, todos. Decíamos: queremos este actor, el actor decía que sí, entonces pasaba que no es frecuente que de pronto tenés todas nuestras primeras opciones que pusimos en el cast, fueron los que dijeron que sí, el juego fue absoluto. Entonces tengo como una visión de enamoramiento.

—Pensando en Coppola con sus superpoderes, ¿cuál te lo llevarías para tu vida?

—Y debe tener una agenda poderosa, un superpoder en el teléfono.

—¿Cómo fueron los encuentros con Guillermo?

—El que tuvo más encuentros fue Juan, yo preferí tener un poco más de distancia, pero siempre igual era como a veces lo llamaba y le decía: tengo una pregunta, ¿te puedo llamar?, ¿esto es verdad o no? Así como en un pizarrón, como el meme de los que obligan, le explicamos todos los guiones con Juan y después nos invitó a la casa con parte del equipo técnico, jefe de locaciones, vestuario, arte. Los recibió en la casa, mesa con todos quesos y agua y no sé qué, y el jarrón en el medio de la mesa, de verdad. Y le preguntamos si lo podíamos tocar, nos sacamos fotos, después nos llevamos el jarrón para hacer una réplica exacta y filmamos en la casa de él, en la parte de abajo y todo lo que es el balcón. O sea, hubo como muy buena predisposición todo el tiempo y la intención no era matarlo ni de llevarlo al bronce. Fue representarlo porque es un personaje que también representa la Argentina y a mí me parecía como interesante contar eso, y no decir che esto está bien, esto está mal. La idea era como contarlo muy lúdicamente.

Juan Minujín cuenta detalles de Coppola, el representante

A los pocos minutos del primer episodio de Coppola, el representante, de Star+, dirigida por Ariel Winograd y protagonizada por Juan Minujín, uno ve directamente al icónico representante de Diego Maradona, entre otros, un personaje que atravesó la historia popular Argentina. Por acá Minujín le revela detalles a diario Hoy sobre su trabajo.

—¿Cómo fue el trabajo con los compañeros?

—Muy bien, porque estaba la verdad muy seteado por Wino y todo era de verdad muy lúdico. Yo creo que es la experiencia más lúdica que tuve hasta ahora en lo audiovisual, en mi carrera lejos, porque había una dimensión que cada día era llegar a jugar lleno de herramientas y de cosas y de ideas. Es todo muy radial con Coppola en esta serie, pero era genial compartir con Mónica que hace de Yuyito, Ana Favella que hace la secretaria, Carlitos Junior que es Agustín Sullivan, Joaquín Ferreira que hace de Poli Armentano. Era encontrarnos en este lugar y decir: juguemos, a ver qué ocurre acá. Era lo contrario con Wino, que tenía como la coreografía de cámara. Que sabe qué quiere que los actores hagan, te liberaba para que salga lo mejor de lo inesperado que pudiera aparecer ahí.

—¿Y eso era difícil para vos? Porque por ahí venías de otras experiencias en las cuales estabas más seteado…

—No, yo me encuentro mucho más en esta zona de improvisar y de jugar, de divertir y de poder filmar. Nunca filmé tanto porque era con tres cámaras y filmamos todo el tiempo. Y todo el tiempo que íbamos cambiando íbamos improvisando. Yo me encuentro mucho más ahí que en el camino de los directores que quieren como la cosa súper, híper precisa y hacer todo el día la misma toma. Son caminos y son lenguajes distintos, y los dos me parecen superrespetables y expresivamente ricos, pero esto es muy divertido.

—De todos los superpoderes de Coppola, ¿cuál te gustaría tener?

—Me parece que es muy optimista, es una persona que ha perdido todo y ha vuelto a tener todo, y vuelto a perder. Ha afrontado una serie de adversidades, uno lo ve muy optimista, lo veo una persona muy vital y eso me parece interesante.

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