entrevista

Axel Milanés: “Siempre he sido intensamente curioso”

En una entrevista exclusiva, el trovador cubano dio cuenta del recorrido en el arte y brindó detalles sobre el concierto que se trae entre manos.

El cubano Axel Milanés dará un concierto, y es por ello que dialogó con este multimedio. La cita obligada será el 23 de octubre, a las 20:30, en Guajira, ubicado en 49 entre 4 y 5, y la apertura del concierto estará a cargo del artista platense Diego Martez.

—¿Qué concepto mantiene tu producción? 

—Mi propuesta son canciones desarrollándose de manera independiente y no conformando una compilación. Mostrándose solas para ser vistas y escuchadas, aunque también dispuestas a estar en espacios afines a ellas, derivándose, compartiéndose. Mi propuesta son además las canciones ejecutadas en vivo, momento en el que se despliega una energía (a veces una lucha) que no suele desplegarse al grabar tranquilamente en un estudio.

La idea es ir orquestando mis canciones según la manera en que ellas me sugieren la música. Y por último, algo imprescindible: mi propuesta es seguir el auténtico camino del cantor, del trovador, en su afán de ser un cronista de su tiempo, de cantar y contar la vida con la mejor profundidad y belleza ­posibles.

—¿Cuáles son las sensaciones que te rodean? 

—Siempre he sido intensamente curioso y he tratado de respirar todo lo que la vida me ofrece. En cambio, siento que no he sido justo al vivir y brindar todo lo que he respirado. Así que últimamente (con la Covid-19 acércandonos la muerte) me he dado cuenta de que hay que equilibrar. Uno no vino a esta vida solo para recibir. Si no te expresás, si no creas, si no das lo mejor de ti... Te estás perdiendo una buena parte del tesoro que es vivir. Y cuando digo “dar lo mejor” no me refiero a la “carrera por el triunfo”, con la fantasía de la meritocracia como “norte de la brújula”. Por supuesto, todos tenemos méritos. Pero el amor propio no es todo el amor. Dar lo mejor significa, para mí, sacar el máximo a nuestras capacidades de amar, de crear y de estimular el amor y la creación en quienes nos rodean. Lo considero válido para hacer y cantar canciones, y para todos los demás aspectos de la vida.

—¿Cómo te atraviesa el arte? 

—Me atraviesan la intensidad, la profundidad, las señales a las que puedo interpretar de varias maneras, o aquellas a las que no les encuentro sentido alguno, pero que por algún motivo no me permiten estar tranquilo cuando estoy frente a ellas. También lo bellamente simple, lo lúdico, lo que tiene tanto amor en sí que no lo puedes interpretar de más de una manera.

—¿Qué análisis hacés de la escena actual? 

—Hoy son tiempos complejos para cada alma que habita en este mundo, pues la situación de la pandemia nos impuso (por y para un buen rato) el más exigente de los encuentros: el encuentro con uno mismo.

Sin embargo, deseo hacer referencia a dos temas que redundan todo el tiempo en la comunicación masiva. Me refiero al miedo y al odio. Estos dos “bichitos” parecen ser una buena fuente de ganancias para algunos por ahí. Es fácil ver cómo se despliega la mala onda en palabras y acciones, por todo el mundo, contra cualquier asunto. Hasta hay un país donde se eligió para la presidencia a alguien que, en sus actos de campaña, manifestaba la disposición a usar armas atómicas. ¿No es algo realmente loco que haya pueblos eligiendo este tipo de opciones?

—¿Cómo se llega ahí?

—No lo comprendo en toda su magnitud. Pero entiendo que el miedo y el odio tienen el poder de fragmentar y destruir pueblos, culturas, familias y hasta la mismísima autoestima de un ser humano. Entiendo que no se debe entrar al juego de inmovilizarnos, o mal movilizarnos, ante el presente y el futuro. Entiendo que no se debe entrar al juego de despreciar los asuntos que nos rodean, pues es la más clara señal de que nos despreciamos a noso­tros mismos.

Cuando los seres humanos nos perdemos en las emociones negativas, somos vulnerables a cualquier información. Entonces nos tragamos cuentos como, por ejemplo, ese de que “la tierra es plana”. En esa vulnerabilidad quedamos aislados, saturados, anestasiados de la realidad y de nuestra condición humana. Y por encima nuestro pasan pandemias, guerras, todo tipo de despojos, y por supuesto los oportunistas (unos pocos) que se llevan las ganancias del dolor colectivo. Entiendo que es necesario salir de ese escenario, que hoy se nos plantea amplificado por los medios de comunicación que en realidad deberían informar, educar y hacer crecer a la humanidad.

Entiendo que es necesario buscar toda la información y el conocimiento posibles. Es necesario encontrarse con la sensibilidad tanto individual como colectiva. Es necesario brindarse y colaborar. No olvidemos que logramos sobrevivir a la Covid-19 gracias al trabajo en equipo. Así tenemos que sobrevivir a todo lo que nos haga peligrar. Y no solo sobrevivir, sino inventarnos una mejor vida. Estoy convencido de que el miedo y el odio no son invencibles. El sentimiento llamado amor es infinitamente más movilizador, más poderoso, sobre todo cuando es compartido, y no debemos esperar a que llegue a nosotros como un consolador existencial, sino que tenemos que hacerlo, ofrecerlo, como dice una canción de Silvio Rodríguez: a mano y sin permiso.

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