entrevista

Benjamín Vicuña: “Al estudiante que quería ser actor yo le diría Tranquilo, que vienen cosas lindas”

El actor estrena película mientras se prepara para volver al teatro en una obra que aún permanece en secreto.

Mientras participó el fin de semana del Encuentro de las Estrellas de los Premios Platino y dijo presente en la gala, donde Cien años de soledad y Aún estoy aquí se coronaron como grandes ganadoras, Benjamín Vicuña presenta Mensaje en una botella de Gabriel Nesci, con Luisana Lopilato. Hablamos con él para saber más detalles de sus trabajos.

—Qué se siente estrenar en cine en estos momentos donde la gente prefiere ver todo en su casa?

—Se siente vértigo, se siente bien, como un gran desafío poder invitar a la familia nuevamente a las salas. La familia en realidad no dejó de ir, vemos los números que pasan con los grandes tanques, verdad, americanos, pero poder volver a conectar con sus historias, con nuestras historias. Bueno, ahí está el desafío, y esta película creo que tiene todos los elementos para poder convocar a ese gran público.

—Este año estrenaste también en cine algo completamente diferente, El silencio de Marcos Tremmer y ¿cómo es esto de saltar de género, no sé si se filmaron en medio, en paralelo?

—Esa es la gracia yo creo de ser actor, de poder tocar diferentes teclas, diferentes temas también, poder generar debate, reflexión, entretenimiento, y es una gran trenza que se van intercalando, que se van cruzando temas, pero sí, la verdad que me considero un afortunado de justamente poder estar estrenando películas hoy en la situación que existe, tanto en Chile como en Argentina, poder estar acompañando este tipo de estrenos me parece un súper privilegio.

—Tu sala de teatro en Chile cumplió 20 años, ¿cuándo la soñaste, imaginaste que esto iba a suceder?

—No, son 20 años, tenemos las cuatro salas, pasamos la pandemia, que no es menor para cualquier complejo de arte vivo, sabemos lo difícil que es, y fue muy emocionante, fue muy lindo poder estar ahí, rodeado de todos los realizadores, actores, actrices, directores, técnicos, bueno, y fue muy emotivo.

—¿En Chile hace cuánto que no te subiste a un escenario?

—¿En Chile? Claro, porque acá hice Felicidades, he hecho El Método Gronholm, yo decidí vivir en Argentina

por mis hijos, y la verdad es un país que amo, que adoro, y hoy intento que converja mi vida familiar, mi trabajo, mi presente y mi futuro acá. Así que sí, efectivamente no he tenido la posibilidad de subirme a las tablas en Chile en mis propias salas, es una paradoja.

—¿Y tenés ganas?

—Sí, me vine con esta sensación, de hecho hay un proyecto que voy a ver si puedo meter ahora en el invierno, que se dio una oportunidad y una pequeña ventana de tiempo, y bueno, quizás, quién sabe, si puedo estar allá, y luego poder venir para acá con una obra, es una obra grande, son ocho personajes, pero es un súper título, que no vamos a decir por ahora.

—Mensaje en la botella… una historia que no tenía precedentes en el país…

—Es un plot espectacular. Funciona muy bien. La película tuve la suerte de acompañarla en el Festival de Málaga, con una recepción espectacular. No solo es una comedia, es una comedia que tiene movimientos fantásticos, pero también nostálgicos, emotivos, que te invita a viajar. Y la fantasía de viajar en el tiempo es lo que todos en algún momento quisimos y yo creo que de eso se trata incluso el cine, en la recuperación de la memoria, en la identidad, y también en ese experimento de poder suspender nuestra realidad y el multiverso y transportarlo. Entonces, esta película tiene eso, y cuando la contrasto con mi propia realidad, que es inevitable, porque le va a pasar a todas las personas que ven el cine, van a decir Uy, ¿cómo no me mandé un mensaje?

—¿Qué mensaje te mandarías?

—Yo creo que más que un gran aviso serían señales de, o abrazarme, o mensajes de aliento. Por ejemplo, si tuviera que trasladar, a propósito de esta cosa nostálgica de los 20 años del teatro, al estudiante que estaba en la universidad, que quería ser actor, y que estaba haciendo teatro callejero con sus compañeros y todo, yo diría Che, tranquilo, que vienen cosas lindas. Como advertencia, es difícil, porque yo creo que, perdón que corresponda desde un costado filosófico, pero es difícil, no voy a entrar a hablar de errores o arrepentimientos en una vida tan larga y generosa que he tenido. Pero obviamente que hay cosas que abrazo y otras cosas que por ahí me duelen, pero más que una advertencia sería tratar de asimilar la vida como es, ¿verdad? O sea, aceptarla como es, y de eso se trata. Todos estamos en un proceso de aceptación constante, de lo difícil que es la vida.

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