entrevista

“Cada espectador tiene una obra distinta en su cabeza”

Así lo manifiestan desde la compañía Teatro Ciego, que estará llegando a la ciudad con su espectáculo Un viaje a ciegas. En diálogo con diario Hoy, cuentan todo sobre la original y desafiante propuesta.

No ver. Cancelar el sentido de la visión para que, finalmente, entren en juego el resto de las percepciones sensitivas. A partir de allí, surgen nuevas experiencias, sensaciones, percepciones.

De algún modo esa parece ser la premisa de la original propuesta de la compañía Teatro Ciego, una organización social con base en Capital Federal, con más de diez años de experiencia en el desarrollo de espectáculos. Estos se realizan en total oscuridad e incluyen actores con discapacidad visual, que ven en esta técnica una forma de desarrollarse profesionalmente en igualdad de condiciones. Con más de una década de recorrido, hoy día el Centro Argentino de Teatro Ciego cuenta con tres áreas de producción: espectáculos de Teatro Ciego, un área dedicada a espectáculos para instituciones educativas y producciones especiales. Esta semana visitarán la ciudad con su espectáculo teatral-musical Un viaje a ciegas, en lo que será la función despedida, después de haber llevado la obra por todo el país y también en el exterior. La cita es este jueves 2 de febrero a las 21 en el Teatro Metro (calle 4 entre 51 y 53).

A propósito de ello, diario Hoy dialogó con Julieta Álvarez (miembro del equipo y del staff de la organización) acerca de la historia del proyecto, sobre cómo recibe el público este desafío. También se anima a una suerte de balance de todos estos años.

—Empecemos por el principio: ¿cómo fueron los inicios del grupo y de la propuesta hace alrededor de diez años ya?

—Los inicios, a ver… Básicamente uno de los directores, Gerardo Bentati, vio una obra que se llamaba Caramelo de limón en Córdoba, que era en la oscuridad y con actores en vivo y le interesó la propuesta y la técnica. La trajo a Buenos Aires para replicar con otras obras y así se fue indagando y abriendo el primer teatro, que fue en la zona del Abasto haciendo propuestas propias donde se escribieron otros espectáculos y se indagó en distintos efectos.

—¿Cómo explicarían brevemente la experiencia a alguien que no sabe nada sobre el proyecto y la propuesta?

—No se ve nada en ningún momento, pero sí trabajamos con distintos efectos para estimular el resto de los sentidos no visuales. Para el que no conoce nada, lo que le podemos decir es que va a ingresar en un espacio donde van a suceder cosas, nada a través de la vista sino a través del resto de los sentidos. Va a escuchar las voces de los actores y las actrices. La propuesta es 360°: los va a escuchar adelante, atrás, al costado. Los actores y actrices se van moviendo y además se hacen distintos efectos para que la persona pueda sentir efectos de aroma, táctiles, diferentes cosas que enriquecen lo que va sucediendo en la imaginación de las personas, porque no pasa a través de la vista sino a través de la imaginación.

—¿Hay experiencias idénticas, similares o muy parecidas en el resto del país o del mundo?

—Experiencias similares a la de Teatro Ciego no conocemos, sí conocemos de cosas que se hacen en la oscuridad, como por ejemplo, restorán a ciegas, o lugares donde uno va a comer a ciegas o tiene alguna experiencia en total oscuridad, pero exactamente igual no conocemos. Nuestra particularidad es que todos los espectáculos que se dan en nuestro espacio en Palermo son en total oscuridad. Eso hace que tengamos un manejo de la técnica bastante elevado, con lo cual cualquier cosa que hagamos en la oscuridad está totalmente controlada y tiene un nivel de perfeccionamiento importante que nos la dio la experiencia. También hacemos eventos en la oscuridad para distintas empresas y esa es otra experiencia superenriquecedora porque trabajamos con grupos de áreas de una empresa donde hacemos workshops o experiencias ad hoc o lanzamientos de productos y todo es con el común denominador de la oscuridad. Así que la particularidad que tenemos es esa: todo lo que hacemos se hace en la oscuridad y eso nos da una expertise sobre ello.

—¿Cómo han sido las devoluciones o comentarios del público? Dado que es algo novedoso en una obra teatral donde siempre el primer sentido que entra en juego es la vista, y justamente eso en la obra no está…

—Las devoluciones siempre son muy enriquecedoras. En general, la gente sale muy agradecida del espectáculo, siempre nos dicen que les pasaron cosas que creían que no les iban a pasar, cosas relacionadas con atravesar una transformación y algo que por ahí al principio pensaban que era algo que les iba a prohibir o a obstaculizar, como es la oclusión de la vista, la prohibición de ver, básicamente. Lo que sucede después es que justamente descubrieron que no viendo se ve un montón de otras cosas. Que se abrieron a otra forma de percibir el mundo y otras formas de conocerlo. A través del resto de los sentidos. Y la particularidad que tiene la experiencia de Teatro Ciego es que cada espectador tiene una obra distinta en su cabeza, diferente. Porque como nosotros no trabajamos con la cuestión visual de los vestuarios, de la escenografía, los personajes y demás, cada persona imagina, con lo que tiene a mano y con los estímulos que le vamos dando, cada situación y de una manera diferente. Eso es de lo más lindo. Y algo sí, que les pasa a los espectadores y que nos lo transmiten es justamente esta cosa de abrirse a otra percepción y en general, también encontrar una transformación en eso. Al principio les resulta temeroso o con miedo, al finalizar es algo totalmente distinto. Es una sensación de gratitud y de haber experimentado algo que no creían que les iba a resultar de ese modo. Nosotros siempre decimos que hay algo que sucede con la percepción del resto de los sentidos, por ejemplo, cuando uno siente un aroma especial, que eso te lleva a un recuerdo de tu casa cuando chico y tu mamá cocinaba. Esas cosas son muy mágicas y no las tenemos tan a mano, porque el sentido de la vista un poco que se lleva puesto el resto de los sentidos. Solemos juzgar las cosas por cómo se ven. Entonces de alguna manera, esto es una invitación al espectador a hacerlo desde otro lado. A atravesar un desafío distinto. Siempre nos pasa que salen muy transformados, muy sorprendidos y siempre agradeciendo la experiencia.

—Esta función es la despedida de la obra Un viaje a ciegas. ¿Hay alguna otra obra en proceso, en mente? ¿Se puede adelantar algo?

—Respecto a la propuesta nueva todavía no podemos decir nada, sí contar que Un viaje a ciegas es un espectáculo que estuvo en cartel para las funciones de gira muchísimos años, con lo cual estamos superagradecidos de que el espectáculo nos haya dado la posibilidad de viajar alrededor del país y también por el exterior: Uruguay, Chile, México, España. Con muchas ganas de empezar sí, en la nueva propuesta de lleno y poder volver a llevarla a distintos puntos del país.

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