ENTREVISTA EXCLUSIVA

“Canté por amor al arte: me apasionaba el oficio, salir y escuchar los aplausos”

En diálogo con diario Hoy, Antonio Ríos recorrió sus legendarios pasos sobre los escenarios gracias a la magia de sus canciones románticas, convertidas en hits de la movida tropical.

Con 66 gloriosos años, Antonio Ríos, reconocido como “El maestro” dentro de la movida tropical, es un ídolo nacional que tiene en su haber más de 1.400 canciones escritas de puño y letra que están registradas a su nombre.

Pero hay que remontarse a los años 60 para reconocer su historia de vida como integrante de una familia numerosa formada en Chaco, para luego trasladarse de forma permanente a los pagos maradonianos, es decir a Villa Fiorito.

Una vez instalados, el artista junto a su hermano comenzaron a trabajar como lustrabotas para colaborar con las finanzas familiares y así poder tener un plato de comida en la mesa. Luego incursionó como vendedor de zapatos hasta llegar a una curtiembre donde dividía las horas para también llegar a tiempo a su otro oficio como verdulero. Sucedió en este contexto que inició su carrera como cantante supliendo a artistas en diferentes grupos, e interpretando temas en fiestas familiares.

Dueño de un look muy elegante que conlleva trajes de colores, camisas y sombreros, el galán de la cumbia prestaba atención a su imagen antes de cada espectáculo, lo que desataba los celos de su primera esposa. Tiempo después, la pareja decidió tomar caminos diferentes.

Lejos de quedarse quieto, Antonio se abocó a su desempeño sobre los escenarios hasta consagrarse como integrante de notables proyectos como Sombras, Malagata, Green para luego desempeñarse como solista e instalar hits como Amigo mío y Nunca me faltes, infaltables en cualquier evento o festividad hasta nuestros días. Este último tema estuvo inspirado en una recepcionista de una remisería que conquistó su corazón. Fue escrita en 15 minutos tras una noche inolvidable. Vale mencionar que ambos vivieron un tórrido amor durante un tiempo considerable.

Asimismo, la vida sentimental del Maestro no fue una pavada, pues se ha enamorado una infinidad de veces, fundó un clan numeroso que cuenta con 20 hijos biológicos, otros del corazón con los cuales tiene un excelente vínculo y un sinfín de nietos en un amplio rango etario. Se describe como “un padre presente”. Gran parte de sus herederos trabajan en la banda, ya sea como músicos, productores o bailarinas.

Sin embargo, no todo fue música y trabajo intenso en la vida de Ríos porque también fue considerado un excelente futbolista cuyas chances lo llevaron a practicar el deporte dentro del club El Porvenir mientras que también probó suerte en Racing. Ante las responsabilidades laborales, el artista debió tomar una decisión y así lo hizo de una forma muy sabia porque logró cosechar una trayectoria certera en la música. De esta manera, el hobby u oficio temporario se convirtió en su empleo formal, sostén económico y profesión de vida que lo llevó a recorrer diferentes destinos turísticos.

Con su perfil galante y fama de semental, no perdió su tiempo a la hora de conquistar el corazón de las mujeres por las que se sintió atraído. Tuvo muchas novias, confió en el amor libre y disfrutó del matrimonio o los diversos concubinatos que protagonizó.

Durante una entrevista íntima con este multimedio, el autor de Nunca me faltes se expresó con certeras palabras en relación a su profesión y las vivencias encontradas durante más de tres décadas de estar inmerso en la movida tropical. Además presentó el show online que dará el 7 de noviembre cuyas entradas están disponibles en Passline.

—¿Qué es lo que más disfrutás del trabajo?
—Son los aplausos y la alegría intensa con la que me recibe la gente.

—En esta época difícil donde los artistas fueron los primeros en bajar los telones y serán los últimos para volver a los escenarios, ¿podés vivir de la música?
—Gracias a Dios, sí. Por suerte, tengo unos ahorros entonces, hasta la actualidad, pude sobrevivir. Más adelante, no sé, pero, por ahora, la estamos llevando bastante bien.

—Tenés una vasta trayectoria y lograste hacerte un lugar dentro de la música tropical, ¿qué recordás de tus inicios?
—Sobre el principio de mi carrera, di mis primeros pasos junto a mis hermanos. Después conocí a la primera mujer con la que me casé y dejé absolutamente todo. Con el correr del tiempo, pude volver a cantar gracias a un amigo. Para ese entonces, tenía 25 años y nunca más dejé la profesión. Después llegó la posibilidad de unirme como integrante al grupo Sombras. Ya pasaron 33 años desde que comenzó mi fama y no paré nunca más.

—¿Cómo fue ese inicio en el fútbol?
—Sucedió de una buena manera pero, como ingresé al club siendo chico, eso fue malo y se convirtió en una frustración muy grande para mí. Ya creía que nunca iba a llegar a ser nadie hasta que, de repente, apareció la música e inicié de nuevo mi vida. Se convirtió en una gran pasión y me costó ocho años la posibilidad de llegar a ser famoso. Sufrí bastante porque prácticamente no cobraba nada pero fue una excelente experiencia. Para todos los que no creen, durante mucho tiempo, canté por amor al arte: me apasionaba el oficio, salir y escuchar los aplausos. Lo expuesto sucede hasta el día de hoy.

—¿Qué pensás del streaming?
—Sirve primero para que la gente no se olvide de nosotros y viceversa. También para llevar alegría a los hogares.

—¿Por qué recomendarías al público que vea el show?
—Para esta oportunidad hemos producido un espectáculo muy bueno donde recordaremos las canciones de los comienzos del grupo Sombras, Malagata, Antonio Ríos. Por otra parte, también compartiré el escenario junto a mis hijos. Así que, para mí, está buenísimo.

—¿Cómo está el corazón de Antonio Ríos?
—La verdad es que se encuentra en perfectas condiciones, sano y lúcido. Estoy amando a mis hijos y pasándola muy bien.

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