entrevista

Carlos D’Elia: “Dirigir es un rompecabezas también nuevo para mí”

El reconocido productor, periodista y comunicador habla del impactante documental que acaba de estrenar y que denuncia un caso aún impune.

Tras desempeñarse por décadas al frente del departamento de noticias de El Trece y TN, Carlos D’Elia se puso tras las cámaras de Hermanos, una historia de sangre, el documental que se ve en Flow y que en breve llegará a TNT y Max.

La producción devela la búsqueda de justicia por parte de Mariano Cohn tras la muerte de su hermano Alejandro, casi 10 años atrás, por impericia médica. Para saber más detalles de la propuesta y su rol en la producción, hablamos con D’Elia.

—Más allá del impacto inicial con el que te enteraste de la muerte de Alejandro, ¿qué te impulsó a hacer la película? ¿Qué veías vos en esa historia que te impulsaba a contarla?

—Me había impactado mucho cuando Mariano vino a mi oficina contarme qué estaba pasando de alguna manera, a contarme las noticias que por un motivo u otro no se habían divulgado y ahí encontré una persona de la que tenía una imagen de él. Del tipo que es uno de los directores más importantes del cine hispanoamericano y al mismo tiempo cuando lo tenía frente a la oficina y te contaba el derrotero que hacía por abogados, oficinas, estudios jurídicos, tribunales, con el tiempo se había aprendido hasta una cantidad de términos médicos. Y tiene una tenacidad, una fuerza que a mí me resultó, además de admirable, me parecía que como lo contábamos desde la tele no alcanzaba. Además es una historia bastante intrincada, compleja, no es una historia sencilla, entonces eso en definitiva fue lo que me obligó entre comillas hacer esta peli, la posibilidad que da el cine documental, muy superior a la tele en el sentido del manejo del tiempo. Entonces no tenés ese minuto a minuto, podés contar una historia compleja con prácticamente todos los detalles porque la verdad que no dejamos casi nada fuera. Así que fue eso, más mi necesidad de encontrar también caminos nuevos en el audiovisual, y fue como dos más dos, cuatro.

—¿Vos necesitabas después de alejarte de la gerencia de noticias, de seguir involucrado de alguna manera, y entendiste que el cine documental te podía dar esa posibilidad?

—No hice un análisis tan profundo o con una perspectiva a largo plazo. Me pareció que iba por ahí. Yo si bien sigo vinculado al canal, no estoy en la redacción, en la diaria, en el minuto a minuto, que durante treinta y tantos años tuve sobre mi espalda. Pero no es que planifique que ahora voy a hacer director de documentales, que ya suena así fuerte, sino que me parece que esto era algo que había que hacer urgente. Yo justo había ido a estudiar a Barcelona un máster de cine documental, entonces fue se fue dando naturalmente, de hecho, lo empecé todo esto antes de entrar máster.

—Ahí me hablabas de la tenacidad y del esfuerzo que viene teniendo Mariano desde que él se enteró de esta tragedia y la película justamente se llama Hermanos y tiene esa parte de conexión, ese lazo que ellos tenían a través de diferentes cuestiones que no tienen que ver solamente con el relato de lo acontecido. Tiene que ver con ese compartir la gaseosa, ¿cómo fueron apareciendo todas esas viñetas que terminan dándole todavía más fuerza a Hermanos?

—Porque es importante que la gente que está viendo un producto visual o tenga un conocimiento construya un vínculo afectivo con el personaje que estás presentando. Ya a Mariano lo tenía, obviamente, entonces con las entrevistas alcanzaba. Y charlando con Mariano aparecieron... la historia de los videos de la familia y, bueno, cuando nos empezamos a ver para mí ya no era utilizar dos minutos para que la gente lo viera, sino que era reflejar el clima de un vínculo entre hermanos, un vínculo de una familia y si son 12 o más minutos. No me acuerdo ahora, pero para mí esto era clave, para que no sea solamente un relato policial.

—Aceptaron rápidamente, tal vez Mariano, sí, pero, ¿los padres, que hasta ahora no habían hablado o si lo hicieron fue para alguna nota gráfica, aceptaron rápidamente?

—Mirá la parte de los padres fue la más compleja. Mariano fue el que lo fue, digamos, ablandando y bueno finalmente. Yo nunca estuve con la madre y de hecho hoy me llegó un mensaje de texto de ella que decía “el lunes a la noche vi el documental”, y agradece el tratamiento y todo. Y básicamente es mío el agradecimiento porque me dejara contar esta historia y el vínculo.

—¿Cuánto tiempo de rodaje hubo?

—Fue más largo de lo esperado y más complejo de lo esperado, porque como te dije, buscamos a todos. Por mi lado tenía a los imputados, a los abogados, gente que te da la vuelta. Y, a todo esto, los actores que participaron en los relatos, que todos lo hicieron con una generosidad increíble, también hay gente que tiene su agenda, que quiere ver el texto, etcétera. Eso sumado a toda la realización, postproducción, audio, la música. Entonces es un rompecabezas también nuevo para mí, porque estamos siempre acostumbrados a manejar otros tiempos de realización y de puesta, más con la urgencia. Yo soy nacido y criado en emergencia.

—¿Te sentiste cómodo?

—Hay un tiempo acá, que es mucho más laxo, que tiene que ver con terminar el producto y la ansiedad de poder mostrarlo recién después de un tiempo. En las más largas investigaciones, habrán sido cinco o seis meses, incluyendo la preproducción, producción y postproducción, por lo tanto, el nivel de ansiedad fue grande.

—Y cuando la viste por primera vez, ¿qué te pasó?

—Me pasó algo raro porque yo te diría que, en la segunda función que se la mostramos a la prensa, la verdad que me emocioné, y no sé por qué en ese momento. Será que me afloje un poco, pude sentir eso y estoy conforme. Creo que la historia termina siendo mejor así, de esta manera.

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