Damián Mole: “El arte de compartir obras es soltarlas y que sean libres también”
El artista platense presenta su flamante disco y se expresa sobre los modos de distribución actuales.
Con la curiosidad a flor de piel, Damián Mole siempre está creando y produciendo a través de sus canciones y melodías.
Ahora charló con este multimedio sobre su último lanzamiento.
—¿Cómo surge el proyecto?
—En mis proyectos siempre están presentes las canciones, son el eje de lo que hago, de mi arte y expresión, aunque me guste experimentar en diversos lenguajes y géneros, las canciones siempre están como sincera fuente expresiva. En el caso del disco Cantaniñe, están reunidas canciones que tienen un concepto muy fuerte de libertad. Sonoramente su esencia es acústica, de guitarra y voz complementada por un cuarteto de cuerdas y uno de vientos. Cuentan un pequeño viaje por la vida y el gran misterio que eso implica. Estaba la idea y el proyecto de grabarlo en un lindo estudio. Mi amigo y hermano, Seba Rulli, me incentivó a hacerlo y me acercó al estudio Nakao; su presencia y su arte están presentes en mi obra, y siempre estará. Este disco está dedicado a él. Me di el lujo de proponerles trabajar conmigo en este álbum a artistas que admiro mucho. Lucas Albarracín fue quien diseñó los arreglos para cuarteto de cuerdas y de vientos. Participan Fran Cadierno en cello, María Jesús Rivarola en viola, Branda Pietrángelo y Eliana Vázquez en violines, Francisco Risso en saxo alto, Matías Formica en saxo tenor y flauta traversa, Lucas Albarracín en flugelhorn y corneta, Ana Gershánik en voces, Milena Salamanca en técnica vocal y Juan Ponche Abraham en bajo, grabación, mezcla y masterización. La tapa es una ilustración hermosa de la genial artista Flor Kaneshiro. Por mi parte llevé la producción y grabé voces, guitarras, batería e instrumentos de percusión. El disco está compuesto por cinco canciones que tienen como concepto ser libres en nuestra acción y nuestras formas, con el amor y el respeto que eso merece y conlleva. El arte de compartir obras es soltarlas y que sean libres también. Cantaniñe comienza con una canción de cuna y termina con un viaje intenso que transita por lo que podría ser un dilema existencial y se pregunta: “¿Qué pasa con el valor hacia la vida? ¿Qué estamos haciendo día a día por nuestras libertades y por el mundo del cual también somos artífices?”. Lo cierto es que queda abierto y voy a hacer una segunda parte prontamente.
—¿En qué otros proyectos estás inmerso?
—Comparto la música con los amigos de La freiZa, proyecto musical con el que hemos vivido muchas aventuras y aún tenemos muchas por delante ya que estamos grabando un siguiente álbum. Están grabados y publicados los discos El error original en 2015 y ADQADMNT en 2017. Mi proyecto de música electrónica Flir es donde también la creatividad, la espontaneidad, la experimentación y la danza se unen en algo que me apasiona muchísimo y permite generar creaciones únicas que se viven con una sensibilidad muy particular y profunda.