El despertar del deseo femenino

Mañana llegará a las salas Desearás al hombre de tu hermana, el thriller erótico dirigido por Diego Kaplan con el que Pampita debuta en la pantalla grande

Mañana en las salas de todo el país se estrenará Desearás al hombre de tu hermana, un filme que no solo marca el debut cinematográfico de Carolina “Pampita” Ardohain, sino también un lugar para el debate sobre la sexualidad.

Desde su estreno para la prensa hace una semana, la película dirigida por Diego Kaplan, con el guión de Erika Halvorsen y las actuaciones de Mónica Antonópulos, Juan Sorini, Andrea Frigerio y el brasilero Guilherme Winter, ha generado consternación y despertado las más feroces críticas, tal vez como una forma de resistencia a que el deseo no esté puesto sobre la mujer, sino sobre el hombre.

“Hicimos lo que quisimos, fuimos libres, porque de repente me di cuenta de que no había censura. Me parece que ese fue el primer quiebre, el antes y el después. Lo importante es arriesgarte, tomar vuelo, si no quedamos muy encerrados y estamos pidiendo permiso para todo”, aseguró Kaplan. En diálogo con Hoy, los actores y el director reflexionaron sobre las diversas temáticas que toca el filme.

—¿Cómo arrancó su camino en Desearás…?

Juan Sorini:—En mi caso, se buscaba a un actor con misterio, que no estuviera tanto en el candelero por lo que requería Juan Rojo (el personaje) y surgió mi nombre. Fui uno de los primeros. Ya estaban Caro y Andrea, y así empezamos. El guion me encantó y hubo un entendimiento rápido de la cuestión. Después, cuando estuve en el set y lo conocí a Diego, vi cómo funciona su mente. La película se podría haber hecho de mil maneras, sin embargo Diego eligió esta, que es un culebrón con un lenguaje muy particular, sobre todo el de mi personaje, que es un tipo muy actuado. Juan Rojo actúa todo, es muy extremo en sus decisiones, tiene un decir muy particular, 

Mónica Antonópulos:—Sabía que iba a estar Diego Kaplan y me entregué. Era impensado lo que iba a surgir de esto, pero sabía que iba a ser algo increíble, que no había visto ni como espectadora ni como actriz. A mí me gusta mucho el cine y salí fascinada luego de verla. Me agarró una felicidad de ver a este director que se sale de lo convencional. Me parece que es una película femenina. Acepté porque el libro de Erika me pareció increíble, siento que nos está hablando. A Diego también lo conozco en lo personal y siempre quise trabajar con él. Tiene una gran sensibilidad y todo lo que iba a plasmar con su lente iba a ser así: sensible, cuidado y con mucho humor, porque en él es inevitable eso. 

Carolina Ardohain:—La verdad, sentí que no se podía hacer a medias. Encontré el guion perfecto, que me hizo volar la cabeza. Este fue un proyecto con el que soñé desde un primer momento. No esperaba ser Ofelia, pero cuando llegó no podía salir de esto. Estaba hechizada y, por suerte, fui muy contenida por parte de Diego Kaplan, un elenco de lujo, una hermana maravillosa (por el papel de Antonópulos), una excelente actriz, tuvimos química desde el primer ensayo. También un galán buen mozo, para que se derritan todas las mujeres en los cines, y la actuación de Andrea, que nos hace reír de los nervios por lo controversial que es todo lo que dice. Me parece que cuando todo se une y surge así, natural y mágicamente, es perfecto.

—En ese sentido, ¿cuál fue para vos el desafío físico y emocional de encarnar a Ofelia?

CA:—Lo físico fue un desafío, porque era exponerme totalmente. Entonces queríamos compensar con todo lo demás, con todo lo que tiene el personaje: el drama, la conexión. Si no compensaba con lo otro, para mí no valía lo físico. Le dimos mucha importancia a todo lo actoral, porque si no iba a quedar vacío en el camino.

No tengo prejuicios con mi cuerpo. Hacía mucho tiempo que no mostraba un costado sensual por la maternidad, que me había llevado a otros lugares, así que fue como sorprenderme de mí misma al exponer tanto. Estoy orgullosa del resultado final y de que las mujeres no tengamos prejuicios ni tapujos con nuestro sexo, nuestro cuerpo y nuestro deseo. Sin las escenas de sexo no se podía contar ese personaje, que siente tanto. Y el desafío habría sido igual de enorme si hubiera hecho a Lucía, porque también es difícil hacer que no sentís e interpretar el dolor que eso conlleva. 

—La película ya fue vista por la prensa y tuvo críticas mixtas, ¿cómo creés que la va a recibir el público?

JS:—Así, con amor y odio. No hay un punto medio, es imposible que te dé lo mismo. La vas a recordar, para bien o para mal. Es de alto impacto por la manera en que articula las temáticas que toca. También creo que pasa por muchos temas, e incluso eso generó debate, porque han dicho que es una película bizarra, trash, como que no saben donde encajarla, qué decir de ella. Es novedosa, por eso también la prohíben (en referencia a la calificación de apta para mayores de 18 años).

Entre el amor y el odio

Con una fuerte impronta, Desearás al hombre de tu hermana ya ha generado las más variadas críticas. Sencillamente será una película que despertará pasiones y odios a lo largo y ancho del país.

Con guión de Erika Halvorsen (El hilo rojo) y dirección de Diego Kaplan, el filme ambientado en los 70 se centra en dos hermanas: Ofelia (Carolina Ardohain) y Lucía (Mónica Antonópulus), dos mujeres con pasiones muy distintas, enfrentadas por una vieja rivalidad.

Es el día de la boda de Lucía. Se casará con Juan Rojas (Juan Sorini), su pareja desde hace cuatro años. 

Carmen (Andrea Frigerio), la madre optimista y negadora, decide invitar a su hija Ofelia a la boda de su primogénita, queriendo poner punto final a la rivalidad entre las hermanas, que llevan siete años sin saber una de la otra. Ofelia llega al casamiento acompañada por su pareja, Andrés (Guilherme Winter). Así, las hermanas vuelven a encontrarse empujadas por deseos de otros. 

“La película no te da mucho descanso y hay cosas que te van cayendo después. Pero en esos 90 minutos, toca muchos temas bravos. A mí me pegó, me impactó y es algo con lo cual me identifico”, admitió Juan Sorini.

Y es que en realidad, el filme abre las posibilidades hacia el debate, a la vez que con ironía y humor nos muestra una contraposición entre los deseos e invita a pensar por qué esto que vemos expresado en el deseo femenino nos choca tanto.

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