El grito sagrado de Los Redondos

30 años atrás, la banda platense publicaba su primer álbum, Gulp!, la onomatopeya que cambió para siempre su historia y la del rock nacional

En 1985, nueve años después de su formación (como desprendimiento de La cofradía de la Flor Solar), Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entró en la historia grande del rock nacional a través de un grito concreto, que se venía gestando en las entrañas de La Plata desde hacía tiempo: Gulp! fue la onomatopeya cúlmina con la que la banda liderada por Carlos Indio Solari y Skay Beilinson (junto a la incondicional Carmen “La Negra Poli” Castro y el artista gráfico Rocambole Cohen) trascendió el under, aunque no sin esfuerzo. Porque el disco llegó a las disquerías gracias a la autogestión de los miembros del grupo, que caminaron  con sus discos en la mano tratando de convencer a los comerciantes de que se trataba de un material digno de venta.

Las canciones de Gulp! (todos hits, como Barbazul versus amor letal, La Bestia Pop, Roto y Mal Parado, Pierre, el vitricida, Unos Pocos Peligros Sensatos, Yo no me caí del Cielo, Te voy a Atornillar, Superlógico, Ñam Fri Frufi Fali Fru, El Infierno está Encantador esta Noche, Criminal Mambo y Jam) se grabaron en 1984, en los estudios de MIA (Músicos Independientes Asociados), propiedad de la familia Vitale. Lito participó en los teclados y fue el técnico de grabación; la producción contó con el dinero que la banda venía juntando en los shows desde 1976.

El arte de tapa corrió por cuenta de Rocambole, a quien el grupo conocía desde los días de La Cofradía. En la tirada inicial, el artista llegó a hacer siete mil discos artesanales. “Era el debut y había que presentar a la banda: la tapa tenía que tener impacto. La producción fue muy artesanal porque ese era nuestro modo de vida: vendíamos remeras, cosas de cuero. Yo en esa época estaba haciendo experiencias con chorreaduras abstractas que, además, eran fáciles de reproducir: pasamos un rodillo con tinta de grabado y aplicamos serigrafía con las letras en plasticola de color”, destacó en el libro Indio Solari: El Hombre Ilustrado, de Gloria Guerrero.

Finalmente, el 23 de agosto el Indio, Skay, Semilla Bucciarelli, en batería, Tito Fargo, en segunda guitarra, Willy Crook en saxo y Piojo Ávalo en batería, gritaron Gulp! en el emblemático Cemento del barrio Constitución, a donde se trasladaron después de que Valeria Lynch agregara funciones en el Teatro Astros que ellos habían alquilado para el 16 y 17 de ese mes.

Dificultosa pero épica y sentenciosa fue la irrupción de Los Redonditos en la escena del rock nacional. 30 años después, ya separados, siguen cantando en los discos como el grupo que fueron, detenidos en el tiempo; mientras, más de un fanático repite, como en una engañosa letanía: “Lo único que queremos es que se vuelvan a juntar”.