El papel consagratorio de Timothée Chalamet

Hace más o menos diez años, Timothée Chalamet comenzaba su carrera actoral con tan solo 13 años. Fueron dos cortos que sirvieron de base para que el neoyorquino llamara la atención a más de un productor.

Así, le llegó un papel en La ley y el orden, y en 2012 demostró qué era lo que podía hacer cuando interpretó a Finn en Homeland. Tenía apenas 17 años, pero ya interpretaba con gran maestría escenas que implicaban el despertar sexual adolescente o la desesperación de un joven que atropella a un transeúnte y huye.

2017 fue un año bisagra en la carrera de Chalamet, con papeles en dos de las nueve películas nominadas en la máxima categoría de los Óscar: Lady bird y Call me by your name. De ambas, es, sin lugar a duda, la segunda la que le permitió mostrar lo mejor de sí. Se trata de un grandioso drama romántico entre un estudiante que llega a 

Italia con 24 años (Armie Hammer), y el hijo de su profesor (Chalamet), que todavía es menor de edad y batalla por descifrar cuáles son sus intereses sexuales.

¿Por qué puede ganar?

Si bien la tiene difícil, ya que Gary Oldman es el claro favorito, Timothée puede hacerle fuerza, gracias a una interpretación infalible que transmite inocencia pero también el fuego de un chico que se está iniciando sexualmente.

Con mucho cuidado, Chalamet se muestra sólido en cada escena en la que explora sus emociones, con un final de película impecable y conmovedor.

James Franco pagó los platos rotos

De ser el mayor logro de su carrera, a quedar en el olvido. Así de brusco fue el camino para James Franco, quien a principios de enero se quedaba con el Globo de Oro como mejor actor por The disaster artist.

Sin embargo, las denuncias por acoso que surgieron en su contra opacaron todo. Así, Franco fue totalmente ninguneado, y su película apenas competirá en una categoría: la de mejor guión adaptado.