Engaños y mentiras en la pantalla chica

Después del fraude descubierto en el programa de Andrea Politti, en el que sus participantes fingieron ser desconocidos y eran en realidad un matrimonio, ahora la duda se instaló en torno al nuevo ciclo que conducirá Mariano Martínez

El escándalo estalló semanas atrás, cuando en el programa de Andrea Politti, Ojos que no ven, una pareja de participantes simuló haber encontrado el amor en el aire, pero gracias a la magia de las redes sociales los televidentes descubrieron que los supuestos desconocidos eran una pareja consolidada desde hacía ocho años. La pregunta quedó instalada: ¿Fue un error de la producción, que no chequeó a los invitados, o es parte de una farsa guionada por el propio programa? Ayer, dos hechos similares ahondaron en hipótesis y dudas que minan la credibilidad de los ciclos que se basan en la participación de gente anónima. 

Ahora se descubrió un nuevo engaño en el programa de Politti, en cuya última edición la conductora presentó a Salvador, quien quería conquistar a su compañera de baile, Liliana. “Es una persona que día a día se ha ido haciendo más especial para mí”, dijo el participante, y la historia con aires de novela terminó en una nueva unión. Ya finalizada la emisión, los televidentes descubrieron que Salvador y Liliana ya estaban casados. Sí, era una farsa. La producción del programa, sin embargo, quiso deslindar responsabilidades y, luego de conocerse el primer caso, había señalado: “Los contenidos de Ojos que no ven son historias de amor reales que viene a contarnos la gente común. Cualquier diferencia con la realidad corre por cuenta de quienes vienen cuentan esas historias”.

Debut y primer traspié

Con Primera cita, Mariano Martínez debutará en la conducción, enfrentando un nuevo desafío que parece no haber arrancado bien. Si bien el programa aún no salió al aire, se presentaron los avances, en los cuales se puede ver que algunos de los participantes que aparecen como personas anónimas ya habían estado en un ciclo similar, llamado El show del problema, conducido por Nicolás Magaldi. 

La duda volvió a instalarse: ¿es gente común, fanática de aparecer en televisión, o son actores que participan del juego a cambio de una remuneración? Sea como sea, la credibilidad, base fundamental de estos programas, está puesta en juego una vez más.