Entrevista Exclusiva
Entre hombres: su elenco cuenta detalles de la polémica propuesta
Analizando el rol de la Policía, los políticos y mucho más, la miniserie propone una mirada diferente sobre la vida en el Conurbano en los tiempos previos a la crisis de 2001, donde nadie estaba a salvo.
La ansiada espera terminó, Entre hombres (de Pablo Fendrik y basada en la novela de Germán Maggiori) llegó a HBO MAX con una narrativa única y potente. Diario Hoy dialogó con Gabriel Goity, Diego Cremonesi, Diego Velázquez y Claudio Rissi para saber detalles de esta potente miniserie, que también cuenta con Nicolás Furtado entre los roles principales.
—¿Cuál fue el mayor desafío de construir sus personajes?
—Diego Cremonesi: Para mí fue un desafío porque era un personaje con características contundentes, y a la vez esas características de su personalidad tenían consecuencias directas en el desarrollo de la historia. Por otra parte me parecía que esos condimentos mentales que tiene el personaje se constituían como un elemento narrativo del personaje en su arco y en el de la serie, es un elemento que jugaba en lo personal, que es lo que a uno más lo preocupa, pero también en el resto de los acontecimientos. Me parecía una oportunidad muy buena para actuar algo de esas características por cómo iba a estar contado desde lo técnico, era una gran oportunidad de actuar lo que proponía la serie, que estaba en la novela y en el tratamiento técnico, que pocas veces se da, existiendo en la sutileza y el universo expresivo que me abría.
—Diego Velázquez: Mi personaje, a diferencia de otros, es el más “implotado”, el resto son “explotados”, el mío contiene. En el libro había mucha información sobre él que luego en la serie había que transformarla en acción. Trabajamos en duplas, y no se sabía mucho qué era lo que el otro hacía, así que había que confiar en la mirada y guía del director.
—Claudio Rissi: La construcción del “Tucu” en principio remite a un personaje de nuestro territorio y con características muy particulares, que habla con un tono diferente, y eso también es parte de la construcción de este personaje, que además era fuerte y violento en extremo, despegándose de otros personajes que rondaron en mi universo actoral. Ese fue un buen desafío, atravesar un umbral que muchas veces forma parte de los prejuicios de uno; hasta dónde puedo ir en el sentido expresivo de ese rol. En muchos casos me veía violentando esos prejuicios de la mano de Fendrik, confiando muchísimo en él, llegando a ese mundo tan oscuro y hostil del personaje. Llegamos a un puerto con marejadas muy interesantes. Atravesar ese umbral fue un trabajo muy placentero, descubriendo cosas que habitan en mí y que había que exponerlas allí, fue una experiencia maravillosa y de enorme aprendizaje para mí.
—Gabriel Goity: Ya había escuchado hablar de la novela y que la iban a adaptar. Me convocaron al proyecto, hablé con Diego Andraznik, me dio la novela y la verdad que la devoré. Para mí interpretar este tipo de personajes fue alucinante, además que Pablo Fendrik tenía bien en claro qué quería y armamos entre todos la construcción, fue un trabajo que además se completó con la ayuda de los escenarios naturales; siempre ayuda a la construcción de estos personajes con estas características tan oscuras. Además hacer pareja con Velázquez fue buenísimo, nos conocimos ahí, fue muy bueno, también el trabajo con Furtado o Cremonesi, con el resto nos conocíamos, es un elenco glorioso, todos teníamos las mismas ganas.
—¿Fue difícil trabajar actoralmente el tono del relato?
—DC: La serie se vuelve interesante por eso, de ese tono corrido, un poco casi del comic por momentos, esa cosa un poco estallada, que no creo que sea una novedad en el cine y el audiovisual, pero sí en nuestra tradición cinematográfica, empezar a jugar y bucear con otros tonos, es una ganancia tremenda. Lo que vi me sorprendió y muchos encontraron algo diferente a la hora de actuar y que se ve en la alegría y el riesgo que todos hemos tomado a la hora de emprender esto.
—DV: Yo agradezco la posibilidad de tocar otra tecla que no sea la realista, porque siempre se toca ese punto, uno quiere jugar y probar otras cosas, pero como decía me tocó este personaje y trabajarlo para que no quede fuera del código, porque es alguien que va de 0 a 100, va guardando, guardando, y de repente cuando explota, explota.
—CR: El realismo acá no tenía lugar, ese umbral del hábito de hacer naturalismo no interesa, porque no hay poesía allí, no considero el naturalismo como parte de mi actuación o manera de actuar. Acá había que transgredir los límites, por momentos teatral, llevando todo a límites en los que uno sabe que lo teatral y lo cinematográfico no coinciden, no se llevan bien, en teatro no tenemos un primer plano y en cine y televisión sí existe, exigiendo una determinada cantidad de energía expresiva a la potencia que pueden tener los personajes, que acá, en su mayoría, son expansivos. Ese lenguaje se abordó a partir de la locura de la cabeza de Pablo, más allá de lo que estaba en la novela, y fue muy interesante transitar esos vericuetos, que nos corre un poco de ese lugar de confort que tenemos los actores. Además, muchas veces, los tiempos de producción no nos permiten componer otra cosa. Acá hubo un riesgo mayor; si bien hay lineamientos que uno conoce, constantemente se fracturaban, y había que llegar a otros lugares que eran absolutamente verosímiles. Eso es lo loco: que más allá de que se rompen los lineamientos, todo sigue siendo verosímil, entrando en un mundo mágico raro, en donde entrás, formás parte y comprás esa historia con absoluta verosimilitud y eso es una experiencia muy valiosa para mí. Se acerca mucho al comic y fue una experiencia fantástica, y estoy agradecido de que me hayan convocado para esto.
—GG: Habla de una época bien precisa, allá a mediados de los 90, una Policía que trabajaba con una impunidad absoluta y resabios de la Dictadura. Mi personaje, por ejemplo, era fuerza de tarea. Es maravilloso poder ponerle cuerpo a estos monstruos, con esa forma de vida, criados en el mal, usados por los factores de poder, son pobres tipos, parte necesaria de una Policía que operó muchos años.
Germán Maggiori: “El formato permitió que la extensión se acomodara a la historia y no la historia a la extensión”
El autor de la novela homónima Entre hombres, responsable también de la adaptación para la miniserie de HBO MAX, habló con diario Hoy en exclusiva sobre aspectos del relato y el potente viaje al submundo del poder que cuenta.
—¿Qué quedó de la novela y qué fue novedoso?
—Creo que ahí hay varios aspectos, y en cualquier proceso de adaptación lo que habitualmente pasa es que cuando es virtuoso se termina enriqueciendo, empiezan a aparecer otras capas en los personajes o la impronta que pone el director, y aparecen cosas interesantes. Como escritor tengo que despojarme de la primera versión de mis personajes y repensarla desde el resultado de ese proceso. Y estoy muy contento. Porque además, hay cosas que se pudieron traducir bien, hay una cuota de cinismo en la novela que a la hora de adaptarla se reconvirtió con una cuota de sátira y grotesco que me parece que terminan reformulándolo para bien.
—¿Cómo fue reencontrarte con tu propio material e imaginarlo con Pablo para una producción audiovisual?
—Fue interesante el desafío que implicó para hacerlo, hubo tentativas previas, y esa idea jugaba en mi cabeza, pero creo que el diferencial estuvo dado por el formato que se eligió, que anteriormente se pensaba como película. El formato elegido para narrar, de cuatro episodios, permitió que la extensión se acomodara a la historia y no la historia a la extensión y eso nos facilitó el trabajo.
—¿Expectativas por el estreno en esta plataforma?
—Siempre que la audiencia se amplíe, y con lo que significa la nueva plataforma, el hecho de ampliar mucho lo que originalmente era sólo un canal o ventana de exhibición es lo que todos queremos. Nos pone en un lugar interesante para mostrarnos, es una oportunidad para que continúen realizándose este tipo de trabajos.
Pablo Fendrik, el “padre de la bestia”
El talentoso realizador Pablo Fendrik, responsable de Entre hombres, viene experimentando en el formato de series con éxito, tras El jardín de bronce, la inédita El Refugio y ahora con esta miniserie que estrenó HBO MAX.
“Un año antes de adaptarla otro productor me la había acercado para hacer una película, la leí, me sorprendió la violencia y virulencia del material, me pareció loco que creyera que yo podría adaptarla e ir tan lejos, un día eso se disolvió porque me dijo: Los de Pol-Ka me primerearon los derechos. Meses después me reuní con Diego Andraznik y para hacer El jardín de bronce y me dijo, tengo algo también para más adelante. Tiempo después me hablo de Entre hombres, es decir que por destino era algo que yo tenía que dirigir. Ahí la volví a leer con la concreta idea de que sea una miniserie”, mencionó a diario Hoy.