Entrevista Exclusiva

Gabriel Cartañá: “Lo más importante es decir te amo”

Dinámico, con una narrativa simple y directa, la pregunta que le da nombre a su nuevo libro es solo la excusa para incorporar temas de agenda y la posibilidad de repensar los vínculos.

Tras llegar a los medios de comunicación por su participación en ciclo radial de Beto Casella, Gabriel Cartañá, no ha parado de inventar la mejor manera para acercar la psicología al público. En esta oportunidad, ¿Qué digo cuando digo te amo?, editado por Hojas del Sur, fue la excusa para que dialogáramos con él.

—El libro está presente hoy, recién salido de imprenta, pero, si lo hubieses escrito para este contexto extraordinario, ¿qué otra cosa tendríamos que aprender a decir, además de te amo?

—Si tuviera que cambiar el título teniendo en cuenta el contexto actual y lo que ocurre hoy en día creo que lo más importante es decir te amo y cómo te cuidan. Es una situación extraordinaria, pero yo entiendo, como el ejercicio del amor sano, tiene que servir con criterios que sirven en un contexto así y en otros contextos, como el cuidado y el respeto. Creo que está asociado a algo que se complica en pandemia, con la aceptación de los espacios individuales, que se complica porque en este contexto desapareció eso, pero no por el amor. Entonces hay que aprender a reinventarse con la buena individualidad y el respeto y otros contextos que hacen al buen amor.

—Apelás constantemente al lector a involucrarse en la narración, ¿cómo surge esta idea?

—Siempre trato, en general, de tener una dialéctica con los lectores y el público, cuando se trata de una obra de teatro o un programa, y en el libro con el texto, donde trato de imaginar al lector leyendo para que lo que estoy escribiendo tenga algún tipo de utilidad en el orden de lo práctico, y que pueda ver el concepto aplicado a alguna situación de su vida. Cuando estoy tecleando tengo a la imagen de una persona leyendo en un bar, ­proponiéndole juegos sobre conceptos, para que los pueda aplicar en su vida.

—¿Por este punto también es que escribís con un lenguaje coloquial?

—Yo vengo del ámbito de la Psicología, donde siempre se ha dicho que inteligencia tiene que ver con complejidad. He escuchado muchas veces a intelectuales en medios de comunicación al que le dicen: Qué inteligente y no se le entiende nada, hablar en difícil solo implica aprenderse palabras complicadas, o que no son de la jerga común, y unirlas. Siempre he tenido presente que si alguien no comprende un concepto es porque no lo expliqué correctamente, por eso siempre trato de sondear para que luego puedan explicar los conceptos que imparto a otro, y si no podés hacerlo es que yo no explico correctamente. Eso trato de trasladarlo al libro, aunque no sé si me ha salido.

—Sí que te salió, y además incorporás temas presentes en la agenda de medios, como cuestiones de género, violencia, que lo hacen más interesante aún…

—Es lo que lo hace interesante, hablar de conceptos como violencia de género en una sociedad donde todos los días mueren mujeres como consecuencia de la violencia, es hablar de algo que nos está pasando. No les pasa solamente a las mujeres que fallecen o golpeadas, nos pasa a todos, yo tengo madre, hijas, amigas, y aunque no las tuviera yo soy un hombre, que si levanto la voz, o miro de reojo a una mujer, aunque yo no sea violento, puedo entender que esa mujer pueda tener miedo de mi mirada porque vive en una sociedad donde en general los hombres tienen conductas violentas.

—¿Qué preguntas creés que aún quedan pendientes sobre el amor y el vínculo con el otro?

—Por ahí algo con lo previo, porque el amor es una de las actividades más importantes de nuestra vida, lo que tiene que ver con el amor romántico, junto con el trabajo, con la familia, es uno de los pilares que mueve a una persona a desarrollar su vida, sin embargo, para trabajar o tener un trabajo vocacional nos preparamos, vamos a la universidad, practicamos, luego lo ejercemos, y en el amor no pasa eso, ejercemos sin estar preparados. Atendí hace unos años a una pareja joven que vivía con sus padres y me propuso él que querían, siendo que no habían vivido nunca solos o con otras personas, hacer terapia de pareja preventiva, y me pareció brillante. Se prepararon para lo que venía, avanzando en la relación con situaciones desconocidas, es decir que se estuvieron educando en el buen amor, y eso no se hace, ellos fueron, a su corta edad, más sabios que gente adulta que cree que se las sabe todas.

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