Gabriela Mandato: “Las épocas de teatro de revista fueron lo mejor de mi vida”

La histórica bailarina de los programas de cumbia habló del glamour y el trabajo que implica ser una vedette. A su vez, se definió como “una humilde chica de San Martín” que desea ser madre. En esta entrevista, sus cambios y su nuevo rol en la TV 

La pollera muy corta, la cámara indiscreta, las caderas moviéndose en baile circular y una sonrisa enmarcada en rubio platinado. Gabriela Mandato se hizo famosa en los programas de cumbia televisada, los sábados por la tarde, donde era la bailarina principal, la coreógrafa y la bomba sensual. Sin embargo, en esta charla íntima, ella se definió como “una humilde chica de San Martín que vino a esta vida a aprender y a trabajar de lo que le gusta”. 

“Soy momentista”, dice Mandato, citando una frase de Moria Casán, para referirse a su filosofía de vivir el momento y recordar el pasado con el mejor rostro, pese a los contratiempos que debió atravesar en su larga carrera, primero como bailarina y luego como vedette. 

“Tengo los mejores recuerdos de lo que hice. Las épocas de teatro de revista fueron lo mejor de mi vida. Trabajé con los más grandes y es imposible no sentirse orgullosa de lo que una hizo”, relata, mencionando a Emilio Disi, Florencia de la V, Carmen Barbieri y “el genio de Gerardo Sofovich”, gracias a quien llegó a sentarse en la mesa de Mirtha Legrand. Pero detrás de la brillantina, resalta Mandato, “había un trabajo muy duro, donde tenía que dejar a la familia. No había feriados y vivíamos entre viajes y giras”.

Sin embargo, tras muchos años sobre las tablas, en calle Corrientes, en Mar del Plata o Carlos Paz, Mandato “colgó el conchero”. Fueron tiempos de cambio: se separó, se reencontró con su padre, se casó luego de un noviazgo fugaz, se enfermó y debió operarse de urgencia. Finalmente volvió a la televisión, pero en otro rol. 

—¿Cómo fue el reencuentro con tu padre?

—Nos vimos después de muchos años. Él se había separado de mi mamá y nos desconectamos totalmente. Fue duro el reencuentro. El día de mi casamiento me dio la sorpresa y apareció. Jamás le pedí explicaciones, es algo que tengo superado y hoy tenemos una conversación cotidiana. Comenzamos una relación desde cero, no tenemos nada que reprocharnos ni ninguna cuenta pendiente. 

—¿Tu vida cambió al casarte rápidamente?

— Sí, me enamoré y me casé hace dos años. La vida me sorprendió con algo que no tenía pensado, ya que siempre estuve muy abocada a mi carrera. Se dio así, surgieron las ganas y no dudé ni un instante en decir que sí. Este amor es todo, es un flechazo, cuando uno lo siente hay que darle para adelante. Ahora tengo ganas de ser mamá, porque es una cuenta pendiente que tengo con la vida, sería poner el broche de oro a la familia. Pero debido a que me enfermé, me tuve que operar y me asusté bastante, los tiempos se retrasaron. 

 

—Cambiaste el perfil: de vedette a penalista y comunicadora, ¿por qué?

—Me llegó una propuesta y no la pude desaprovechar porque forma parte del crecimiento, de hacer cosas que salen del cotidiano, y eso es lo más importante. Uno viene a aprender a esta vida. Por eso decidí cambiar de rol, porque soy curiosa y me interesa hacer cosas nuevas. Si puedo ayudar, mucho mejor. Me convocaron para participar de un magazine con Tomás Dente y Paula Trapani. Hice un trabajo social recorriendo hospitales, cárceles y comedores para realizar informes especiales. Fue un trabajo lindo, pero muy duro, ya que se ve la realidad tal como es. Estar codo a codo con la gente me encantó.

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