ENTREVISTA EXCLUSIVA
Gastón Marioni: “Me conmueve cuando la gente encuentra un lenguaje para expresar cosas que la vida ordinaria no le permite”
El director y dramaturgo dialogó en exclusiva con diario Hoy sobre sus proyectos teatrales para este año, en el que el Teatro Estudio volverá a abrir las puertas para el público platense.
El año arrancó movido para Gastón Marioni, uno de los dramaturgos más reconocidos de la Argentina. Su vida hoy se divide entre La Plata y Montevideo, en donde está a punto de estrenar El elogio de la risa, una obra escrita para Juan
Leyrado que se realizó en varias ciudades de nuestro país y ahora cruza el charco hacia los escenarios de nuestro país vecino. Además, Marioni fue seleccionado para el Festival de Teatro de Buenos Aires (FIBA) con La Ilusión del rubio. “Un monólogo que interpreta Martín Slipak y dirigí yo. Es una obra que se hizo en el contexto más desfavorable y no ha parado de tener repercusión, es una locura total. Estamos muy felices, primero por la experiencia artística, pero también porque guarda en sí una bandera que necesita ser visibilizada: las desapariciones forzadas en democracia”, explicó al respecto. Y no solo eso: Teatro Estudio, la sala que dirige en La Plata, se prepara para arrancar en marzo una temporada de estrenos que abrirán las puertas al público. De eso y mucho más, Gastón Marioni habló en exclusiva con diario Hoy.
—¿Qué es Teatro Estudio y qué proyectos tiene para este año que empieza?
—Teatro Estudio es en principio una sala de autogestión independiente de la ciudad de La Pata que ya tiene 20 años. Es una sala muy bonita con una programación muy variopinta, que se ha consolidado como una referencia del teatro. Convive en el mismo espacio la sala de teatro que coordino también, desde hace más de 20 años. Teatro Estudio es mi segunda casa y un espacio que el público agradece mucho y los artistas también. Es un lugar que todos cuidamos mucho, no solo ediliciamente, sino también desde la calidad humana. Han pasado artistas como Luis Machín, Cristina Banegas, Pepe Cibirán Campoy, actores y actrices muy hermosos. Y eso le ha dado una identidad al público.
—Escribiste obras tanto para público adulto como para público infantil. ¿Cuál es la diferencia entre los códigos de uno y de otro?
—En mi conviven esas dos dramaturgias, esas dos poéticas que para mí no son opuestas, sino que son complementarias. Acá en La Plata he hecho muchísimas temporadas, y es el día de hoy que me cruzo con gente que me dice en la calle: “Yo iba a ver tus obras”. He hecho mucho teatro para pibes y pibas. Es un universo que me parece reconfortante, creativo y recreativo. Lleva también mucha responsabilidad. Lo que cambia en cada caso son los procedimientos. Mi teatro para pibes siempre se lo ha denominado como un teatro para toda la familia. Yo nunca me olvido que hay una mamá, un papá, una tía o un tío que también están participando. Abrazo fuertemente el legado que dejó Hugo Midón. Comulgo con su dramaturgia. Es uno de los grandes referentes de lo que es el teatro para toda la familia. Todo teatro es político y todo teatro es comunicativo. En toda comunicación hay un tema, algo que se dice; excepto que sea una banalidad. Y ahí está la diferencia, en el primer caso es el procedimiento, en el segundo caso son los temas. Tengo ganas de hablar con pibes cosas que no tengo ganas de hablar con adultos y viceversa. Creo que por eso me gusta escribir estas dos dramaturgias, porque me permite ampliar el abanico temático.
—Cuando das clases, se supone que hay una retroalimentación con tus estudiantes. ¿Qué te dejan ellos a vos?
—La docencia en arte, y puntualmente en teatro, suele ser muy gratificante. A mí la docencia me deja varias cosas. Tanto con niños, como con adolescentes y adultos me conmueve. Me conmueve cuando la gente encuentra un lenguaje en donde puede expresar y experimentar cosas que la vida ordinaria no le permite. Entonces hay ahí desde fascinación, agradecimiento, alumbramiento en el caso de muchas personas que se redescubren a sí mismas. Me encanta formar actores y actrices, me encanta ver que personas que entran con nada se van con todo y comienzan a insertarse en el mundo teatral. Es muy conmovedora esa devolución tan agradecida, a veces inenarrable. En el caso de nenes y nenas, siempre pienso que yo soy un bendecido que durante dos horas los tengo sin el celular y sin necesidad de ir a agarrarlo. Esto hoy impacta mucho. Conectarse con uno ya es un montón, y eso es lo que el teatro propone.
—¿Cómo ves la escena teatral platense?
—La Plata es uno de los puntos culturales más fuertes del país. Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mar del Plata y La Plata son las capitales en donde se reconoce que puede haber cantidad de producción. Y es verdad que nuestra ciudad tiene, por suerte, una gran cantidad de centros culturales, salas de teatro. Y tenemos un problema desde hace muchos años: cómo traemos el público local. A la gente en general le atrae cuando ve en un afiche que viene a la ciudad, no se, Fátima Flores. La banco a muerte a Fátima, yo lo que digo es que al teatro independiente se le hace muy difícil la convocatoria, la llegada del ciudadano. Que se entere que en Teatro Estudio está Cristina Banegas haciendo Eva en la hoguera, o Luis Machín haciendo Mar de noche, o una obra mía hecha con actores locales. Digo, cómo convocamos al público, porque sostener la producción laboral es muy difícil. Las redes sociales han beneficiado bastante, pero ahí ya tiene que ver más con políticas públicas sobre qué espacio se le quiere dar a la producción cultural en una ciudad. CABA tiene su Festival Internacional de Teatro. Durante 10 días toda la ciudad está tomada por curadores del exterior, actores, público. Mi mirada sobre el teatro local es que es muy bueno, y que merece ser visto. El teatro autogestivo es experto en bancársela solito, como decimos los teatreros, en remarla. Hay algo de eso que forma parte de nuestra idiosincrasia.
—¿Cómo viviste la pandemia y el aislamiento, que fueron muy duros para el sector artístico?
—Uno de mis grandes miedos era que la gente se desacostumbre de ir al teatro, porque ir al teatro es un hábito que, si no se practica, se pierde. Además, tenemos que recuperar la seguridad. Siempre decimos vayan al teatro que es un lugar seguro. El Covid quedará en la historia de la humanidad como una gran patada dolorosa, de detenimiento, que arrastró mucho sufrimiento. Pero ahora sí estamos preparando con todo para marzo, la temporada va a ser hermosa: vamos a estrenar, por primera vez, una obra que se llama
Abismados (estará todos los viernes a las 23.00 en Teatro Estudio). Es un poco una reflexión teatral sobre esto que nos pasó, el aislamiento. Es un díptico, es decir, dos obras cortas, que surgen a partir de las experiencias que tuvieron estos actores, porque sus historias personales se meten adentro de la obra.