Entrevista exclusiva

Guido Süller, el hombre detrás del personaje mediático

El hermano de Silvia se desempeña como arquitecto, tras haberse jubilado de azafato. En una charla íntima con diario Hoy, habló de Giselle Rímolo y de su romance con Ricardo Fort

En Zap, el programa que conducía Marcelo Polino, cautivó a la audiencia y se convirtió en un ícono de la nueva televisión de este siglo. Pero esa era su vida pública, y no tenía nada que ver con su oficio. Es que como un superhéroe, que tiene que mostrar una personalidad que no es la suya, él es “un gran discriminado por haber hecho tan bien el personaje mediático. La gente tiene miedo de que sea un loquito o un escandaloso, y nada que ver”. 

Más de 25 años volando en Aerolíneas Argentinas y un legajo intachable avalan que Guido Süller es mucho más que un mediático. Y en una entrevista íntima con este medio así lo demuestra.

—¿Cómo fue despedirte de tu trabajo en Aerolíneas?

—Entré en el año 1989, le dediqué 25 años de mi vida y me jubilé en 2015. Fue una etapa concluida, que me dio muchísimas satisfacciones: la posibilidad de conocer el mundo, de abrir la cabeza, de respetar al que piensa distinto, de probar nuevos platos, de vivir en sociedades con otras religiones y costumbres. Te hace entender cosas que si no viajás no podés comprender.

—¿Tuviste alguna situación insólita como la de Vicky Xipolitakis?

—Yo como jefe de cabina jamás hubiera permitido que una chica así entre a la cabina. No estaba vestida adecuadamente y podía distraer la atención de los pilotos, porque estaba en una actitud provocadora. Como autoridad del avión de ninguna manera la hubiera dejado pasar.

—Sos arquitecto, ¿estás ejerciendo?

—Actualmente estoy haciendo una casa en Escobar. En la TV no lo cuento porque tanto ser arquitecto como tripulante son profesiones de una gran responsabilidad, no las puedo mezclar con el personaje superficial que se ve en la televisión.

—Filmaste para Armando Bo con Guillermo Francella, Gloria Carrá, Carla Peterson, ¿cómo fue la experiencia?

—Hice una sola película cuando era chiquito con Alfredo Alcón, que se llamó El agujero en la pared y nunca más hice cine. Tuve esta oportunidad de trabajar con grandes de verdad, de ser dirigido por Armando Bo, ganador del Óscar por mejor guión por Birdman, y compartir elenco con Guillermo Francella que es uno de los mejores actores argentinos, Carla Peterson, Gloria Carrá, todas primerísimas figuras. Animal se llama y va a ser una gran película. Es un muchacho muy amable Armando, él es muy gentil, un placer trabajar con todos. Francella fue un encanto de persona conmigo y Carla Peterson me ofreció su motorhome así que compartí con ella en el rodaje. Fue una gran experiencia porque aprendí los tiempos del cine, ya que las escenas son muy cortadas. Uno tiene que entrar en personaje para una escena, cuando por ahí viene de hacer una muy distinta. Es muy diferente al teatro.

—Hablando de teatro, ¿vas a hacer temporada en el verano?

—Me voy a Las Grutas, tengo una obra en el Casino del Río. Una comedia que se llama El rey de las pistolas  con Valeria Degenaro, Camila Gasparini, Oscar Muller y un cuerpo de baile. Ya estuve el verano pasado allá y nos fue muy bien. El año anterior estuve con Un turco muy travieso y como el productor consideró que yo era el más aplaudido me volvió a contratar para protagonizar. Se van a descostillar de risa. Hay unos sketches excelentes, se van a reír desde el minuto uno hasta el último. 

Familia, abusos y herencia

—¿Cómo estás hoy con Silvia y sus hijos?

—Cuando ella se fue a Estados Unidos  me dejó una deuda muy grande, porque yo era garante de un departamento. Yo me había jubilado y una cosa es el sueldo cuando uno está activo, y otra es cuando está retirado. Tuve que gastar hasta el último peso, me quedé en cero, porque no solo era el alquiler, era expensas, intereses punitorios, abogados, y tuve que pagar todo de mi bolsillo. Es mi hermana, yo la quiero con virtudes y defectos, pero no quiero que me siga haciendo mal, Silvia me ha hecho mucho mal a lo largo de mi vida. Y con mis sobrinos me llevo muy bien. Marilyn tuvo un hijo, Francisco, ¡soy tío abuelo!

—¿Con tus padres qué relación tenés?

—Excelente con ambos. Tienen 88 años, los acompaño lo más que puedo, me duele verlos viejitos, pero es la ley de la vida, me estoy preparando. Es doloroso, para mí que no tengo pareja ni hijos, mi única familia son ellos.

—¿Qué opinás de Giselle Rímolo?

—Ella es una muerta en vida. Creo que da lo mismo que esté presa o libre. Es una mujer que cuando le sacaron la corona y banda de “reina doctorcita” de la televisión argentina cayó en caída libre, y empezó a ser víctima de fármacos y antidepresivos. Está viva, pero es como un vegetal. La diferencia entre que esté presa o libre es que el psiquiatra y la comida se la tenemos que pagar todos nosotros. 

No es un acting, yo estuve averiguando y es una mujer que hasta tiene un perfil suicida, si realmente determinan que se quede siete años y medio presa, no la veo muy bien. Pero bueno, La Hiena Barrios está libre y mató a dos personas. No la estoy defendiendo, pero no se la acusa de muerte, sino de mala praxis. Es un horror, pero nueve años de cárcel, pensando en otros que están libres, me parece mucho. La Justicia sabrá lo que hace. Ella tenía diplomas, decía que eran doctorados, pero eran cursos sin validez. Era doctora en terapias alternativas

—¿Qué recordás de Ricardo Fort? 

—Lo conocí mucho antes de la explosión mediática. Tenía 19 años, éramos dos adolescentes en 1988, y estuvimos juntos hasta 1989. Fue una relación muy linda, ambos queríamos ser famosos, yo actor, él cantante, y luchábamos juntos para alcanzar nuestros sueños dentro de la inocencia que tiene un adolescente. La falta de afecto nos unía, Ricardo fue un chico con mucho dinero y poco amor. La prioridad en su vida fue el vil metal y el amor. Yo siempre le dije que era un pobre niño rico. Cuando estábamos los dos juntos, la gente se daba vuelta para mirarnos. Éramos muy llamativos.  Me había hecho una permanente y me parecía al chico de La laguna azul, al actor que lo interpretó. 

—Fuiste uno de los pocos que denunció acosos y abusos en la farándula...

—Pepito Cibrián en mi primer obra de teatro me hizo la vida imposible. Primero me sacó el papel coprotagónico, me hacía llorar en los ensayos, hasta que terminó echándome. Con el Bambino Veira tuve una pequeña situación en “Los años locos”, el restaurante. Por suerte no pasó a mayores. Esto fue antes de lo de Malena Candelmo, yo tenía 16 años. 

—¿Te vas a casar con Tomasito?

—Como soy soltero, sin hijos ni herederos, la persona que se atreva a acompañarme en los últimos años será la merecedora de heredarme. No digo que me vaya a morir, y tampoco que tenga que ser una pareja, puede ser un amigo, o una amiga, un compañero de vida. No tiene por qué haber sexo, el amor puede trascender lo físico. Con Tomasito nunca fuimos pareja, ni vamos a serlo. La relación es muy paternal, lo trato como un hijo, aunque el ADN dio negativo, continúa siendo así. La propuesta es que me acompañe, pero no significa que tenga que acostarme con él, no me voy a acostar con alguien a quien veo como un hijo.

Noticias Relacionadas